El incansable batallador en que se ha convertido el “Arañero” de Sabaneta, no da ni se da tregua alguno en este duro proceso político que se le atravesó en la vida y que más allá de su legítima aspiración personal de recobrar su libertad individual, lo arrastra como una espiga en medio del vendaval, lo cual no culminará hasta el final de sus días, porque ese es su destino y es su decisión de líder revolucionario, consciente de su responsabilidad histórica.
No sorprende entonces que apenas, en su primera aparición pública después de la memorable victoria alcanzada en los comicios del 07 de Octubre, define el curso de los próximos tiempos con una trilogía de acciones que pretende que definan en horizonte de esta nueva etapa de la revolución bolivariana y socialista en Venezuela: “Unión, Debate de Ideas y Trabajo”.
A la defensa en batalla de sus ejecutorias de gobierno, el cuestionamiento del programa de gobierno y las alianzas del candidato de la oposición y la confirmación de las posiciones antiimperialistas, soberanistas e integracionistas de la revolución venezolana, el comandante Chávez dio paso a tres puntos cardinales de la dirección revolucionaria y su gobierno, dirigido a trazar un rumbo que responda a las condiciones políticas reflejadas, no solo numerología electoral, sino en las posiciones políticas de las grandes formaciones que, con fiereza y sin tregua, batieron todo el territorio nacional, y mas allá de nuestras fronteras, para conseguir una victoria que, por conciencia y trabajo del pueblo bolivariano le correspondió al comandante Chávez y al conjunto de fuerzas revolucionarias, patrióticas y democráticas agrupadas o dispersas bajo su liderazgos.
El primer aspecto estratégico es la “Unión”, pensada no solo para la cohesión de las fuerzas identificadas con la revolución bolivariana y socialista sino para ir a la Nación Venezolana en la búsqueda de vasos comunicantes, ideas comunes, posiciones políticas coincidentes e iniciativas unitarias que permitan avanzar en la construcción de un espacio de controversia democrática civilizada entre la oposición burguesa y las grandes mayorías de los trabajadores manuales, intelectuales, campesinos, pequeños comerciantes e indígenas que sostienen el proceso de cambios radicales de la sociedad y el Estado Democrático y Social de Derecho y Justicia hacia un modelo de Socialismo afincado en nuestras tradiciones históricas, que se nutre de las experiencias de las luchas de los pueblos de Nuestra América y del movimiento revolucionario mundial y toma en cuenta las condiciones objetivas del desarrollo del Capitalismo y el imperialismo en su actual fase global-neoliberal.
Y es que si algo fue confirmado en esta gran confrontación de clases y corrientes políticas en que se convirtió la elección presidencial del 07/0ct. fue que, aunque la contradicción histórica en Venezuela y el planeta sigue siendo la existente entre la burguesía y el proletariado y demás clases explotadas y oprimidas; las realidades del desarrollo de esa lucha de clases indican que la confrontación hoy es entre la Nación Venezolana – que debe unir a todos los patriotas venezolanos – contra el imperialismo y una fracción de la burguesía aliada y subordinada al plan de reconquista neocolonial que viene desarrollando el imperialismo norteamericano y frente al cual, la Unión de los patriotas, demócratas y revolucionarios venezolanos, por encima de su condición de clase, debe ser la base de la confrontación permanente contra el imperialismo en la defensa de la Patria Independiente y Soberana al servicio de las mayorías. No por casualidad, se definió al Comandante Chávez como el “Candidato de la Patria” y se confrontó a la oposición en su fraudulenta pretensión de representar los intereses de la Nación.
La segunda línea de acción política trazada por el comandante Chávez es el “Debate de Ideas” que recupera y reafirma su apasionado llamado al estudio de las ideas y experiencias políticas, a desechar el empirismo para el análisis y el desarrollo de la acción política y especialmente, comprender la complejidades del proceso revolucionario venezolano y de los cambios que se viene operando en América Latina y el Caribe y el planeta; con el fin de promover un rearme ideológico de los revolucionarios y las revolucionarias que sea capaz de soportar y conducir acertadamente, los nuevos impulsos de la revolución y los retos planteados para atender las necesidades del pueblo, la solidaridad con las luchas de otros pueblos y las amenazas que representan las acciones desestabilizadoras del imperialismo. Es decir; se trata de recuperar los “5 Motores”, asumir con creatividad y fuerzas las “5 Líneas Estratégicas” y desarrollar, desde la sociedad y el Estado, el nuevo Plan de Desarrollo Simon Bolívar 2013-2019, que nos llevara más rápidamente a alcanzar los objetivos estratégicos que esta re volución democrática, pacífica y popular aspira alcanzar en el próximo sexenio.
Y por último, El Trabajo”, no como repetición mecaniza de tareas políticas en el seno del pueblo ni en los órganos del gobierno, sino como esfuerzo creativo y compromiso revolucionario con la eficiencia y la eficacia en la construcción de la nueva institucionalidad revolucionaria del Poder Popular y en el funcionamiento de los órganos del Estado y, en particular, la rama ejecutiva nacional, regional, estadal y municipal, cuyas evidentes fallas constituyen parte importante de la deserción de muchos y la incomprensión de otros, y que se reflejó en el aumento cuantitativo de la votación de la candidatura de la derecha y que puede expresarse en los próximos resultados de las elecciones estadales y municipales; razón por la cual, “trabajo, trabajo y más trabajo” es hoy, para los revolucionarios venezolanos y las revolucionarias venezolanas una responsabilidad de la mayor importancia, porque de ella depende la credibilidad que los ciudadanos y las ciudadanas tengan del gobierno popular, bolivariano, antimperialista y socialista al servicio de las mayorías, bajo el liderazgo del presidente comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
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