Sorprende, por decir lo menos, que los revolucionarios nos desgatemos en debates, perdón la exageración, y para ser más claros en dimes y diretes que no nos conducen a nada.
Que a Chávez, alguien de nuestras filas, le haya endilgado el calificativo de traidor por la decisión que se tomó en relación a mantener la candidatura en un estado, debería ocuparnos menos o debería ocupar a menos de los que nos ha ocupado. Fíjense que me refiero a las opiniones centradas en el presumible ataque al Comandante y no a los análisis que se desprendan de la valoración de la estrategia, regional y nacional, para la confrontación electoral próxima de diciembre.
No ahondaré en la opinión emitida en la cual se calificó al Comandante de traidor, por las razones antes expuestas, me ha llamado más la atención las opiniones y comentarios publicados en Aporrea como derivación de la primera.
Con el respeto que nos merecemos todos los opinadores, incluido el propio Comandante Chávez, creo que nos distraemos en menudencias mientras los laboratorios de la derecha trabajan sin descanso para seguir perfeccionando su estrategia con el propósito final de acabar con las esperanzas de este pueblo hoy representadas por Chávez y la propuesta de Socialismo que encarna.
Debemos tener presente que en nuestro subsuelo reposa la mayor reserva de petróleo del mundo y que el imperio demanda de ella y seguirá haciendo hasta lo imposible por arrebatárnosla, debemos todos y cada uno de los revolucionarios estar preparados para esos escenarios difíciles. Evitemos ocupar nuestro tiempo en ejercicios que no dan frutos a la Revolución. Pienso que un Diputado de nuestras filas y que indudablemente apoya nuestra causa debe darnos el ejemplo y brindarnos orientaciones respecto a las tareas que los tiempos que corren nos imponen.
Me disculpan, pero a propósito de la recomendación anterior, vuelvo al análisis de los planteamientos de Luis Britto García, por cierto, J. Birdeau también está incorporando ideas importantes para el debate.
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