Indudablemente que la gestión del gobierno requiere un impulso acorde con los nuevos tiempos en consonancia con la profundización del proceso bolivariano camino al socialismo venezolano democrático y revolucionario. Ahora bien, que atacar y que cambiar, este desiderátum debe estar estrechamente vinculado con los mensajes del pueblo, asumiendo la crítica y la autocritica de manera decisiva y sustancial.
Nunca gobierno alguno ha tenido la oportunidad de demostrar de lo que está hecho y para que está hecho. Son sus propios designios lo que ha de llevarlo a realizar la obra aún pendiente con el pueblo venezolano. Han de cumplirse las metas cuantitativas y objetivos cualitativos contemplados en los cinco ejes presentados ante el país. Por ello, la gestión sin miramientos burocráticos debe imponerse ante la inercia propia de los organismos, en primera línea los grandes ministerios, las gobernaciones y alcaldías deben sobreponerse a la cultura del olvido y el seguimiento de planes, por ello, la gerencia pública está obligada por las circunstancias y hechos conocidos a superar escollos propios de la dinámica capitalista y adentrarse en la transición hacia el poder popular a través de la organización comunal, es decir el poder constituido debe abrir paso seguro al poder constituyente soberano como la mejor forma de lograr le eficiencia requerida y necesaria.
Por otra parte, es necesario destacar que la gerencia pública nacional debe ser objeto de seguimiento y control con la finalidad de detectar signos de ostentación y modos de vida no cónsonos con los salarios devengados y más allá de ello, el adolecimiento de compromiso revolucionario en el cumplimiento de tareas que de una forma u otra atentan contra los resultados de la gestión, en eso, los ministros, presidentes de empresas del Estado, organismos adscritos, entre otros deben asumir ese compromiso de manera radical y verter aguas abajo directrices de cumplimiento con los planes y objetivos y metas propuestos. Además, se debe comenzar con la apertura o mejor dicho, con una política de puertas abiertas al poder popular a través de los mecanismos mas idóneos y complementarios, de cara a la presencia cada vez mas evidente de las comunas alrededor de cada una de las instituciones del Estado y comenzar de esta manera a romper el vinculo burocrático que teje la maraña institucional a través de la mala gerencia, del medrismo y el oportunismo reinante en muchos funcionarios.
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