Existe una desviación conceptual de la democracia que hace que en su aplicación o despliegue como forma de consulta para decisiones mayoritarias se corra en el riesgo de caer en democratismo.
El democratismo es una patología de uso social que puede llegar a extremos paroxísticos cuando se pretende someter a consulta y votación a toda decisión que tienda a comprometer el desempeño de una determinada sociedad o de organizaciones humanas de diverso tipo.
Decíamos en una nota anterior de opinión que, cuando los liderazgos están bien definidos y afianzados, votar por el líder significa una expresión de confianza en el mismo, al punto que la conformación de sus equipos estratégicos para el ejercicio del poder, no siempre necesitan de la votación mayoritaria y concurrente para darles legitimidad o, para que sus electores se sientan complacidos o identificados con los mismos.
De manera muy clara señalábamos que votar por Chávez, en gran medida, significa votar por la confianza de que el líder tendrá el suficiente tino y visión estratégica para conformar sus equipos de gobierno. Para ello no hace falta, entonces, realizar sucesivas elecciones para influir en la designación de, hasta, los últimos eslabones en su cadena de mando.
Votar por todo y para todo, además de expresar una desconfianza en la elección del líder y conductor del proceso, refleja una desviación democratista que, lejos de contribuir con la unidad y el avance en el desarrollo de los proyectos sociales y políticos de largo aliento, como es el caso de la construcción del socialismo, lo que hacen es alentar el fraccionalismo, fomentar el divisionismo, la dispersión y la pérdida de unidad para la acción de enfrentar al enemigo de clase, es decir, al capitalismo.
La coyuntura política que ha posibilitado hasta hoy la unidad del pueblo en torno a la Revolución Bolivariana se debe a la identificación y elección, por parte de ese mismo pueblo, de un líder revolucionario como Hugo Chávez.
Ésta es una perspectiva que no se debe perder de vista cuando se observa, se estudia o se discute acerca del actual proceso para la escogencia de las candidatas y los candidatos a gobernadoras y gobernadores en las distintas entidades del país.
Por eso señalábamos en fecha pasada, y no dejamos de insistir hoy, en que quien debe ganar el 16 de diciembre en cada uno de los 23 estados del país, es Hugo Chávez. Y para que Chávez sea un equipo de conducción de la Revolución hacia el socialismo, la unidad es imprescindible y la unidad tiene hoy nombre propio y se llama Hugo Chávez.
ivanpadillabravo@gmail.com