Allá por 1970, Otto Vandervelde y quien esto escribe, publicamos el libro: “Teodoro Petkoff: dos épocas del oportunismo de derecha”. No se había producido aún la división del PCV, ideológica y políticamente concebida, impulsada y ejecutada precisamente por Pompeyo Márquez y Petkoff , división no sólo organizativa sino profundamente ideológica, de ruptura entre el ideario socialista, marxista-leninista que programáticamente profesaba el PCV y el pensamiento “moderno” –revisionista se decía entonces porque revisaba los postulados del socialismo–, reformista y neo socialdemócrata, deL falso “socialismo a la venezolana” que proponían Márquez y Petkoff.
Nuestro libro contenía dos ensayos. El de Otto respondía a unas declaraciones tendenciosas y farisaicas de Petkoff a la revista “Elite”, consumada la fuga del Cuartel San Carlos, donde revisaba todo el proceso de la lucha armada y lo condenaba después que lo había impulsado, dando un giro abiertamente derechista en sus posiciones políticas.
Yo escribí refutando parte del libro de TP: “Socialismo para Venezuela”, enfrentando aquellos conceptos que sin duda revisaban el socialismo como postulado histórico y atacaba lo que entonces se llamó “socialismo real”, término panfletario y publicitario con el que se pretendía establecer una diferencia o deslinde entre la doctrina socialista creada por Marx y Engels, y la realidad que vivía la URSS y el campo socialista europeo. La frase, por supuesto, no la acuñó Petkoff sino toda una corriente realmente revisionista europea, que nada tenía de socialista. Esa será, posteriormente, parte de la política del MAS. Por supuesto el mentado socialismo para Venezuela nada tenía que ver ni con la cuestión nacional ni con los cambios y evoluciones que se produjeron a finales de los 80 y comienzos de los 90 y que finalmente desembocaron en el actual proceso bolivariano, hoy antimperialista y las posibilidades de instaurar una sociedad socialista en nuestro país.
Pero, años después de un prolongado silencio ideológico, de haber asumido sin tapujos las posiciones neo liberales, de ser parte abierta o velada de los procesos conspirativos contra Chávez, de formar parte de una oposición recalcitrante y extremista a través de su panfleto ‘Tal Cual’; así como a finales de los 60, con el beneplácito del imperialismo, insurgió contra el socialismo marxista con su olvidado libro “Socialismo para Venezuela”, sale a hablar nuevamente del socialismo democrático para buscar terciar en el debate sobre el socialismo del siglo XXI, que con gran acierto abrió el comandante Chávez.
Para que no lo confundan, Petkoff saca su obsoleta artillería desde el mero centro de la derecha política con la presentación de su ¿nuevo? libro “Dos izquierdas”, texto donde, de nuevo, apela al lenguaje de los años 60 y 70, pero sin la presencia del campo socialista europeo, concentra entonces su ataque contra lo que él llama “izquierda borbónica”. El libro, que recoge buena parte de los editoriales de su periódico ‘Tal Cual’, fue presentado por un sacerdote derechista –y a quien le gusta el juego conspirativo tras bastidores–, Luis Ugalde, rector de la privada Universidad Católica, el bautizo fue en el sofisticado y lujoso Centro San Ignacio y contó con la presencia de conspicuas figuras de la extrema derecha política y económica que gobernaron al país durante casi 50 años. Una perla de las palabras de presentación del rector Ugalde son estas: “El trabajo teórico de Petkoff aparece, justamente, en la coyuntura en que se da un gobierno militar como el de Chávez, apoyado por una izquierda que ni olvida ni perdona”.
Teodoro está impaciente, casi se podría decir que desesperado por alcanzar un liderazgo que él como individualidad no tiene, que hace rato perdió cuando desertó de la organización que creó –el MAS– en uno de los pocos momentos de lucidez que ésta tuvo en su larga trayectoria política, al girar realmente hacia la izquierda con el apoyo a la candidatura del presidente Chávez en 1998; pero con audacia intenta llenar el vacío de líderes que tiene la derecha como segmento social, entre otras miras para alcanzar la nominación como candidato presidencial, u otra salida que pudiera presentársele a la derecha.
Petkoff sale con una de sus clásicas paradas, asumiéndose socialista cuando todo el mundo sabe que es un neo liberal redomado, sus prácticas las evidenció en gran escala en el fatal e infeliz gobierno de Rafael Caldera, cuando siendo Ministro de CORDIPLAN uno de sus hechos más crueles fue, en abierta defensa de la oligarquía criolla, eliminar el régimen de prestaciones sociales de los trabajadores.
Nunca imaginó Teodoro que un desconocido militar, que viene de ese ejército que no pocas veces se puso al lado de las clases dominantes y reprimió criminalmente a su pueblo –recordemos el 27-28 de febrero de 1989–, que no tenía una trayectoria como luchador político fuese quien, cuando los Pecón, los Márquez, los Puchi, los Martín, los Caballero, los Puerta, los Bravo, habían enterrado el socialismo y todo debate que le fuera inherente, lanzase, en pleno proceso revolucionario bolivariano, la propuesta del socialismo del siglo XXI. Imaginamos las descalificaciones que han hecho en sus tertulias estos derechistas de un Chávez al que no le conocían ni reconocen sus dotes de teórico ni de ideólogo.
Pero los movimientos de Teodoro son torpes, de alguien cansado y agotado ideológicamente, que pretende actualizar el arsenal de seudo teorías de décadas pasadas, cuando le fue útil el deslinde de la izquierda revolucionaria para que el MAS, sus cuadros nacionales y medios, ganase la complacencia de las clases dominantes y convertir al partido, como en efecto ocurrió, en cazador de puestos, de prebendas políticas, de posternarse ante las clases dominantes, es decir, el oportunismo de derecha que denunciábamos hace 35 años, lo trasladó prácticamente de manera íntegra a la organización que creo, el MAS, que pretendió tener el monopolio de las conductas de izquierda cuando en verdad no era sino una organización de centro o de derecha, con atisbos de izquierda que se lo daban algunos de sus militantes y cuadros, los mismos que hoy están con el proceso bolivariano. Ese MAS ya no existe, se acabó, es un mal recuerdo.
Es una majadería de Teodoro llamar izquierda borbónica a todos los que apoyamos a Chávez; decir que somos revanchistas y retaliativos, semejante necedad se cae por su propio peso con el solo ejemplo del 13 de abril de 2002 ¿qué mejor momento para arrasar con la derecha y toda la conspiración si las masas estaban en la calle? Ni un acto de violencia ni de retaliación ¿actuó así la derecha fascista, amiga de Teodoro? Por supuesto que no, más de 100 asesinatos en tres días sobre eso no ha editorializado en Tal Cual.
Pero el ataque de Teodoro es contra Chávez y su propuesta del nuevo socialismo, entre otras cosas como una nostalgia de su pasado izquierdista que quedó muerto, y asumirse con el eufemismo de “izquierda democrática”, para tratar de reunir los dispersos e inútiles restos de oportunistas a lo Esculpi y compañía. La derecha, que lo es genéticamente, fascistamente, no se traga esa píldora ¿hacia quien va, entonces, dirigida? A tratar de encontrar una izquierda moderada en el seno del bolivarianismo para un chavismo sin Chávez. Pero Teodoro es así, genio y figura hasta la sepultura.