Bizarra política

Es difícil, casi imposible, hacer predicciones sobre los resultados electorales del 16D… Tenemos una campaña electoral bizarra, en nuestra, cada vez más, bizarra política. Hacemos uso de esta palabra en el sentido, no académico, de rara, extraña, extravagante, anormal o insólita. Bien decía Salvador Dalí que lo que más aborrecía de América Latina, o de México, es que era más surrealista que él mismo…

La oposición anda más enredada que perro con tres bolas. Un día dice que no hubo fraude, el día siguiente que hubo triquiñuelas. Unos parecieran llamar a votar, los otros a abstenerse. Unos animan a los electores, otros los desaniman. En fin, poco me interesa hablar de la oposición, ni me importa lo que hagan o dejen de hacer. Pueden seguir con sus entuertos…

Me preocupa el lado nuestro, el de la revolución, el lado con el cual me siento identificado. También estamos más enredados que ovillo de tejedora. Desorden al por mayor. Cuando quisimos designar nuestros candidatos, pasamos del arranque de caballo a la parada de burro. Terminamos nombrándolos a última hora, para luego cambiar a uno de ñapa. En perspectiva, otros cambios que no sabemos si van o no van. Dos o más candidatos en algunos Estados. Ausencia de espacios de discusión con los partidos y movimientos sociales aliados. Inexistencia de operadores políticos para alcanzar acuerdos. Incapacidad en la formación de liderazgos regionales. Candidatos “importados” y candidatos “naturales”, estos últimos difunden esta condición como un valor. Y uno se pregunta: ¿cómo quedan los otros? Ni hablar de las malas gestiones sobre las cuales estuvimos aplicando la técnica de “correr la arruga”. “Migraciones” a destiempo que crearon nuevos problemas. Y unas consecuencias, de todos estos hechos, que son imposibles de calcular. No me cabe duda, Dalí tenía razón...

Todo esto lo digo, con cierto dejo de humor, o incluso de ironía, pero realmente no me parece gracioso. Hay falta de seriedad y de rigor en lo que hacemos, hay errores que se acumulan que, muchas veces, no nos generan consecuencias negativas porque los errores de la oposición son mayores que los nuestros. En el país de los ciegos, el tuerto es rey; aunque, en revolución, esto no debería ocurrir… Disculpen la rudeza de estas palabras. ¿Qué es la política? ¿Un jolgorio?

unidaddelpoderpopular@gmail.com


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Reinaldo Quijada


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