Nuevamente, el destino ha colocado al Presidente de la República ante una difícil prueba, de la cual la mayoría de quienes votamos por él, e incluyendo quienes no lo hicieron, sabemos que en este momento solamente el amor, la solidaridad y la reciprocidad es lo que materializa millones de corazones confundidos por su recuperación y larga vida.
En tal sentido, una vez que el presidente Hugo Chávez habló al país, (en especial a quienes apoyamos la Revolución Bolivariana), sobre su estado de salud, al necesitar de manera impostergable otra intervención quirúrgica, bien sabe el mandatario nacional y su grupo médico que probablemente no estará en condiciones de recuperación postoperatoria para el día 10 de Enero de 2013, fecha prevista para iniciar el período presidencial 2013 – 2019. Ahora bien, no soy jurista, pero si esto llegase a ocurrir, y entendiendo, que estamos ante la presencia de un presidente reelegido, y en virtud de que todo esto ocurre al casi finalizar su segundo mandato (2006 – 2012), estaríamos en presencia de una eventual falta temporal, las cuales deben ser suplidas por el o la Vice – Presidente(a) Ejecutivo(a) por 90 días, prorrogables por otros 90 días, según el artículo 234 de nuestra carta magna, de cuyo lapso, una vez transcurrido, la Asamblea Nacional decidiría sobre la posibilidad de una falta absoluta.
Sobre esto último, contrario, a lo que ya han expresado voces “dueñas del derecho”, no interpreto falta absoluta de Hugo Chávez, porque el artículo 233 de la constitución señala claramente que tal ausencia, sólo se produce por muerte, renuncia o destitución decretada por el Tribunal Supremo de Justicia; o en su defecto incapacidad física o mental debidamente certificada por junta médica, también aprobada por la Asamblea Nacional; es decir, es obvio que hasta la presente nada de eso ha ocurrido, y en consecuencia, quienes se atrevan a “predecir” el futuro en tales términos estarían cayendo en el sentido de las especulaciones. Para estos distorsionadores de la realidad, bien habría que aplicarles aquella máxima de Wittgenstein: “De lo que no puede hablarse, mejor es permanecer callados”. En otras palabras, quienes “afirmen” que si Chávez no se presenta el 10 de Enero den 2013 para su nuevo período, estaría en “plena falta absoluta”, son los especímenes “jurídicos” dependientes de la más rancia oligarquía, que desde hace 14 años comenzó a perder sus privilegios.
El hecho, de que por vez primera, el Presidente de la República haya asomado la posibilidad de un sucesor para el destino de la Revolución Bolivariana, es un gesto de inmenso amor por su pueblo. Un espacio de sinceridad, que tal vez, por razones de la propia evolución de su enfermedad, no se había dado en los términos médicos ahora evaluados en su estado de salud. Él mejor que nadie conoce las debilidades y fortalezas de quienes le acompañan, los cuales más allá de si han sido más los errores que los aciertos o viceversa, sobre la (de)construcción del proceso, es evidente, que hoy tenemos un país que ha avanzado en todos los espacios del sentido social y de Identidad Nacional.
La eucosmía debe sujetarse, ante una posible falta presidencial, a lo que señale la constitución, y no centrada en acciones burguesas. Por ahora, si por ahora, Hugo Chávez, sigue siendo el Presidente de la República y con ello la transformación revolucionaria de Venezuela, más allá, de las palabras de aquellos infelices mánticos, seguirá su rumbo y su espacio en el tiempo histórico del siglo XXI.
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