Chávez: el milagro que pedimos

Hombre llano, de voz taumaturga, y aura resplandeciente, que nos ha traído fuerza y valor, ha puesto el timón de la historia en nuestras manos, su espada libertaria salió de su coraje y amor patrio, brazo fuerte de los tiempos, conduciendo procesos y librando batallas victoriosas, transformó la diplomacia, le dio oficio de bien a las cumbres de líderes perdidas en suites de lujos, banquetes y apologías personalistas.

Sinceró la política, nos enseño el arte de gobernar gobernando de cara al pueblo, convirtió los abrazos entre sus iguales en hermandad de pueblos enteros, paso de la pose a la expresión espontanea de sentimientos cargados de sueños e ideales. Sufrió las invasiones imperiales a naciones hermanas como la suya propia, los pueblos sin redentores lo empezaron a sentir como suyo, como su propio salvador.

Se autocritica junto a su obra, rectifica cuantas veces lo ha creído necesario, es el amigo franco y leal, el que no falla aunque le fallen, el que perdona aun la traición más descarnada, aunque llamea con su verbo redentor, conquista continentes con su infantil sonrisa. Él es quien Es: El Hombre. Es su afán consagrarlo todo, darlo todo, hasta su último suspiro, consumirse para renacer entre los grandes sin que sea esta su intención.

Que sería de nuestras áridas tierras sin Chávez, donde descansarían los pueblos vilipendiados, son producto de la historia buena, de mártires y próceres, quienes como El lo trascienden todo. Es una fuerza que lo sobrepasa lo que lo define, es un poder que lo domina y lo dirige, fuerza de infinito Amor, desde de otras dimensiones se nos revela, se desprendió del tiempo y los espacios lejanos, ha cumplir ha venido fin supremo, supra conciencia que brota del supra ser.

Todos pedimos un Milagro, me ha dicho Dios, El es un Milagro, se los envié para que crean, para que tenga Fe, para que se unan como hermanos, para que sean felices y se amen unos a otros como Yo los ame. El va adelante preparando el camino.

Es imposible la muerte cuando se ha vivido realmente, no existe final para quienes encarnan los ideales eternos y las causas infinitas. Hoy es la vida la que celebramos, hoy nos regocijamos de los frutos del bien absoluto, hoy somos más humanos, gracias a Él, más justos, gracias a Él, más dignos, gracias a Él, más libres, gracias a Él.

Me lo ha dicho Dios, son los como Él, la estirpe iluminada que he mandado a la tierra para recoger la siembra de mis antiguos profetas y libertadores. Mis Apóstoles que siguen junto a ustedes, aunque no los reconozcan. Así no reconocieron a Elías. Soy Dios vivo, siempre vivo, entre ustedes, amados míos, siempre y eternamente estoy.

Mirad los nuevos cielos y las nuevas tierras que os he prometido.

¡Viva La Patria Grande!

pazdominicana3@hotmail.com


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Rafael Guillen Beltre


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