Me disculpa camarada Nicolás, pero me permito recomendarle que no se meta con los muertos, en nuestro país si algo desde hace mucho hacemos todos es respetar a los muertos.
En algún momento leí la explicación magistral que acerca de esto hiciera un eminente hombre, ya difunto por cierto, como fue el maestro Prieto Figueroa, acerca del respeto que los venezolanos profesamos a quienes se despiden de esta vida. Sería bueno que Ud., camarada Maduro lo releyera, porque seguro estamos que lo conoce, no puede precisarlo con exactitud pero creo que es en “Joven Empínate”.
No entiendo porque Ud. se mete con un finado de la política y no me refiero a tantos espectros de los que como fantasmas aparecen a veces en la televisión declarando, como cualquier espectro, cosas de otro mundo. No, me refiero a la alusión que hizo usted, en la alocución a propósito del natalicio de Zamora, a un ex Diputado que salió del mundo de los “vivos” de la política después que lo mostraron en un video con las manos en la masa, digo en los billetes, cuando estaba recibiendo soborno de un empresario para el financiamiento de la campaña de su jefe.
Pero bueno, realmente lo que pretendo no es hablar del difunto, sino más bien aconsejar al camarada Nicolás acerca de que es mejor no hablar de los muertos porque toda persona después que se muere es buena, a decir de la abuela de maestro Prieto, por lo tanto, es mejor que se respete su memoria y que si se va a aludir a él, se deje claro que fue víctima de una jugada o mejor que lo mató su inocencia, intento meterse a político derechista y cuando había dado los primeros pasos, que son los más importantes, lo sacaron del juego, mandándolo al infierno a purgar su condena, murió por inocente. RIP, Juan.
Todo va muy bien hasta ahora, pero no vuelva a cometer un error como ese, sino pregunte y verá que tengo razón.
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