Felicitaciones al 5% de los venezolanos que tienen cuentas en dólares, amanecieron 47% más ricos. Sentido pésame al 95% de los venezolanos que no tenemos cuentas en dólares, ahora somos 47% más pobres. Así de simples son las cuentas de la devaluación que ayer 07/02/13 nos clavó el gobierno nacional al pasar el dólar de 4,30 a 6,30 Bs. La burguesía venezolana está de fiesta, bailando en una pata, debería salir a las calles en manifestaciones de alegría (no lo hará, las celebraciones serán privadas). El resto de los venezolanos debemos estar de luto, preparándonos, una vez más, para la próxima ola de aumentos. Esta es la verdadera polarización, entre quienes tienen y los que no tenemos dólares. Estemos claros: estamos ante un fracaso de la revolución bolivariana. Nuestro gobierno chavista ha devaluado el bolívar 5 veces en 14 años de gobierno, aproximadamente una vez cada 3 años. El ciclo inflación-devaluación lleva 40 años intacto y la burguesía muerta de risa.
El proceso de devaluación tiene componentes estructurales y especulativos. Los componentes estructurales, que merecen atención, como excesivo gasto público, elevada liquidez monetaria, fuerte deuda pública y alto déficit fiscal, hacen que los paises organizados devalúen una vez cada 10-15 años. Muchos países europeos con estas variables muy por encima de las nuestras no han devaluado en muchos años. EEUU, que lleva varios años bajo un desastre financiero, con todos los indicadores en rojo, devalúa o revalúa en mínimos porcentajes porque tiene control internacional sobre la tasa de cambio de su moneda y rígido control sobre su mercado interno. En Venezuela, país pequeño y desorganizado, el componente especulativo reina y obliga al gobierno a devaluaciones profundas, causadas por la continua alza de precios que hacen los comerciantes, basada en el marcador de precios del mercado paralelo, controlado por Fedecámaras y bancos norteamericanos. Los excesivos aumentos de precios, en pocos años llevan a la devaluación.
El problema central ha estado y sigue estando en la especulación y el acaparamiento, fenómenos causados por la función de marcador de precios que ejerce sin control el mercado paralelo y que con mucho gusto aplica Fedecámaras. Es aquí donde el gobierno tiene que fijar su atención. Los costos de los productos no interesan, el precio de venta lo fija el mercado paralelo que ahora mismo está en Bs. 21 y en continua alza. El dólar oficial a Bs. 6,30, que debería ser la guía actual del mercado, carece de significado. Bajo estas condiciones, en pocos años, o meses, vendrá otra devaluación.
Estando bien identificado el jueguito de comprar dólares a 4,30 y ahora a 6,30 y vender al dólar paralelo, además de otras marramucias, obteniendo una alta ganancia especulativa (250-400%), nos preguntamos ¿Qué papel ha jugado la Ley de Costos y Precios Justos? ¿Cuáles medidas contundentes ha tomado INDEPABIS? ¿Dónde está la contraloría social de la que tanto se habla? ¿Cuántos especuladores y/o acaparadores están presos?¿Cuáles medidas ha tomado el gobierno para neutralizar el marcador de precios del mercado paralelo? Las respuestas están a la vista: nada y ninguno. Esta es la política del gobierno: el bolívar no se defiende, de la devaluación no se habla, se clava sin previo aviso, los especuladores y acaparadores pueden hacer lo que les de la gana que nada les pasará, las leyes no se aplican, las instituciones existen pero no actúan. Este camino acabará con la revolución porque el bolsillo de los venezolanos pagará las consecuencias y porque pronto nadie creerá en lo que diga el gobierno.
El gobierno tiene que enfrentar el mercado paralelo con medidas revolucionarias, socialistas e inteligentes, a sabiendas de que la derecha venezolana (capitalismo) no cejará en sus esfuerzos por tomar el poder por cualquier vía. No podemos eliminar las páginas web, seguirán existiendo. No podemos impedir que un grupo de venezolanos compre y venda dólares de acuerdo con estos precios, hay muchos modos de burlar las disposiciones. No podemos eliminar el control de cambios porque los bancos y la burguesía se llevarían los dólares a los bancos extranjeros y acabarían con nuestras reservas internacionales. No podemos poner un fiscal en cada empresa y en cada galpón.
Pero sí podemos poner presos, de acuerdo a la Ley, a los comerciantes que aumentan los precios basados en este marcador y a quienes acaparan productos básicos. Sí podemos explicarle al pueblo, con razones válidas, que los precios del mercado paralelo son falsos, que al 95% de los venezolanos nos conviene defender el bolívar, que debemos desconectarnos del dólar e e ir hacia una moneda común suramericana. Sí podemos aprobar leyes más estrictas contra el contrabando a otros países de productos básicos. Sí podemos decirles a los comerciantes que utilicen los $400.000.000.000 que tienen en el exterior, que a mediano plazo no se entregarán más dólares públicos al sector privado. Sí podemos buscar un acuerdo cambiario con China para lograr una tasa Bs./Yuan adecuada y estable, otorgándole a China la mayoría de nuestras importaciones, dentro de un nuevo tratado comercial. Sí podemos controlar la importación, producción, distribución y comercialización de todos los productos básicos, garantizando estabilidad de precios y sacando del juego a Fedecámaras y su mercado paralelo. Tenemos que encontrar nuevas y mejores soluciones. Devaluar es fracasar.
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