Cómo estará de dura la Revolución Bolivariana de Venezuela que Chávez, el Presidente Reelecto, tiene un bojote días en La Habana y el país funciona sin problemas.
Hablemos a la luz de los hechos. Pero sin orden cronológico.
Primero. Con Chávez en La Habana se realizan tranquilamente elecciones de gobernadores y diputados regionales. Y Chávez gana 20 de 23 gobernaciones y 22 de 23 Consejos Legislativos. Una soberana paliza. Con Chávez en play barremos de calle.
El TSJ sentencia continuidad administrativa y Chávez continúa en La Habana. Y no pasa nada. Diosdado es reelecto Presidente de la Asamblea Nacional y quieto todo el mundo.
Magallanes se titula campeón y no pasa nada. La gente se va de viajes en Navidad y Carnaval y la vida sigue igual. Se presenta el problema en Uribana y La Canalla trata de culpar a Chávez y no pasa nada.
La oposición se aferra en sacar de circulación a Chávez de Miraflores esgrimiendo su ausencia del 10 de enero y se quedan como condorito en piso de mosaico; patinando.
El Gobierno aplica el ajuste del dólar y no pasa nada pese a que le oposición mediática intente calificar la medida de paquetazo el pueblo no les hace caso.
Todos los días son “igualitos”. El obrero, a la fábrica, el gerente a su despacho, la secretaria, a su oficina, los bancos a lo suyo, el pueblo uniformado siempre listo, los aeropuertos funcionando, los tanqueros atracando en Guaraguao, Guaranao, Punto Fijo, Puerto Cabello; las instituciones oficiales funcionando, la Liga de Baloncesto Profesional desarrollando su calendario, la gente cobrando, la gente vendiendo. En fin. El país funcionando y en paz, como debe debe.
Por el contrario. En Primero Justicia se encendieron las alarmas con la denuncia hecha por Diosdado en la Asamblea Nacional sobre presuntos actos de corrupción de los parlamentarios de esa tolda política Richard Mardo y Gustavo Marcano.
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