Hace minutos me enteré de los números oficiales en las elecciones internas para postularse a candidatos a alcalde por el PSUV, en Caracas. Las mismas arrojan para Jorge Rodríguez 87% , Freddy Bernal 75 %, Evelio Arrieta 27,9 % y Richard Peñalver 14 %. No hay forma objetiva de verificar los porcentajes, pero no quiero desmentir las cifras dadas por la compatriota vocera del PSUV, Andreína Tarazona, en respeto a la integridad de quienes estuvieron encargados de llevar adelante el proceso. No obstante, debo lamentar que la Dirección Nacional del PSUV, que es la máxima responsable según el reglamento, dejará que la simpática chica Tarazona, tan con esa cara celestial de no quebrar un plato y hasta hace un año subalterna de Jorge Rodríguez como Presidenta del Instituto Municipal de la Juventud, fuese una de las principales encargadas de organizar la justa interna y totalizar los resultados, como se desprende de su declaración. Regla de oro en el ejército y la política: la confianza es buena, pero el control es mejor y no hay cara angelical que valga. Otra observación de carácter elemental: estando los diputados inhabilitados, ¿por qué entonces se anuncia el porcentaje de Bernal? Lo correcto, ceñidos a las reglas, hubiera sido simplemente no sumar ni divulgar los números que favorecieron al ex-alcalde, en tanto constituía una violación clara a las normas aprobadas. No son ahora los votantes del fin de semana quienes lanzaron al Freddy sino la misma compatriota Tarazona. Semejante infantilada política, alebrestó a ese 75% de postulantes que ahora querrán, en justicia, que se tome en cuenta a su hombre. 75 no es 87, pero tampoco es una ñinguita como para no tomarlo en cuenta. Es mentira calumniosa que lo demás es monte y culebra, pero Caracas si es Caracas como para estar arriesgándonos con torpezas a debilitar la unidad y el entusiasmo revolucionario.
Aceptemos de buen grado, por confianza en el partido y porque no hay remedio ni pruebas en contra, que el compatriota Jorge logró el 87% de las postulaciones y tal. Me pregunto: ¿Y en que queda ese 75% de los que votaron por Bernal ? Uno o dos días antes de las elecciones internas, el diputado anunció que no era candidato a alcalde; esto fue del conocimiento de toda la militancia caraqueña. Cabe entonces otra pregunta: ¿cuánto sería el porcentaje del ex-alcalde en caso de que estuviese habilitado? ¿80%? ¿95%? ¿O acaso el 90 % famoso del periódico Ciudad Caracas? Más aún, ¿cuánto serían los porcentajes de Freddy Bernal, Evelio Arrieta y Richard Peñalver, si tuviesen las páginas del diario municipal y la estructura burocrática de la Alcaldía a su disposición?
El Alcalde Rodríguez, ex-presidente del CNE, se conoce las verdes y las maduras en asuntos electorales. Sabe muy bien, que la gobernabilidad y fortaleza futura de la Alcaldía dependerá, no solo de los números, sino de la legitimidad de un liderazgo elegido democráticamente y aceptado consensualmente por todos los bolivarianos. Debiera ser un poco más inteligente y proponer él mismo medirse con su más cercano contendor, sin apelar al bendito reglamento. ¿O es que en vez de la Caracas socialista le interesa es el cargo? Si es el hombre indicado y ha tenido una buena gestión, no solamente vencerá con ese 87%, sino nos convencerá a todos de que su candidatura es la más aglutinadora y pertinente para enfrentarse a los zafios opositores.
Se arguye para descartar la postulación de Bernal el artículo del reglamento que exceptúa a los diputados, pero ¿ saben los lectores lo que pasó en Valencia? Miguel Flores, diputado durante años en la asamblea legislativa del Estado Carabobo, se llevó por los cachos al alcalde bolivariano en ejercicio Edgardo Parra en las votaciones del fin de semana pasado. Flores renunció hace un par de meses. Lo mismo pudo o puede hacer Bernal. Hasta ahora nadie, absolutamente nadie, ha motivado la decisión que limita a los diputados; supongo yo (supongo porque nadie lo ha explicado hasta ahora), que la decisión se debe a algunos compatriotas que ocupan cargos relevantes en la Asamblea Nacional como Darío Vivas,Blanca Eekhout o cualquiera de los presidentes de las comisiones, pero no a otros, cuya ausencia del cuerpo legislativo puede ser fácilmente suplida sin mayor problema, cual es el caso de Freddy Bernal. Me gustaría saber quiénes redactaron la norma para que dieran una explicación satisfactoria. Otra cosa, en su negativa a ser candidato Bernal expresó, “Yo soy miembro de la Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y desde allí acordamos en esta oportunidad no medirnos en este proceso de primarias internas del partido, por lo que se descarta la posibilidad”. ¿ Y entonces Bernal? Chico, ¿tú también te vas a poner con esa vaina? ¿Y Jorge Rodríguez quién es pues? ¿Un miembro de la Directiva de la Asociación Nacional de Alopécicos o de la Dirección del PSUV?
Unas palabras para aquellos y aquellas compatriotas que por correo privado me expusieron sus razones y argumentos por las cuales Bernal no debe ser candidato. Yo también tengo mis críticas al ex-alcalde, como a las gestiones del concejal Arrieta, a la de Richard Peñalver cuando estuvo en la Cámara Municipal y al mismo Jorge Rodríguez, pero ninguna razón puede valer para lesionar la voluntad colectiva de la militancia. Mis líneas no defienden en especial al ex-alcalde, sino la opinión de un grupo importante de compatriotas bolivarianos. Por mi, Bernal puede ser elegido para ejercer el cargo de virrey en el país del Nunca Jamás o no ser postulado, siempre y cuando eso sea el deseo de la mayoría.
Por lo demás, me molestan siempre los ventajismos. Me sentí indignado cuando a Rodríguez, el vice Maduro lo llamó “alcalde extraordinario” y “jefe victorioso”, ninguneando al resto de compatriotas aspirantes, olvidando que nuestro respeto al estilo y orientaciones del Presidente Chávez es intransferible. Me parece un abuso que desde las páginas del diario municipal Ciudad Caracas, poco tiempo antes de las elecciones, se haya destacado el trabajo de funcionarios de la Alcaldía, con miras evidentes a su postulación para el cargo de concejal; eso se llama alevosía y ventaja malsana en detrimento de compañeros y compañeras humildes, que solo cuentan con su práctica abnegada de militantes pelabolas y mensajitos de teletexto para promoverse, sin amparos de maquinaria alguna. Este último detalle es peor que el aplique a Bernal, que después de todo tiene unos cuantos fans que lo defienden. Las únicas cayapas que acepto de buen grado son las que se tienen merecidas los escuálidos, por ser la justa revancha histórica de los oprimidos. Pero, ¿cayapa y sala burrera en el Partido? No, señoras y señores, el que le pega a su familia se arruina.
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