Postulaciones en el PSUV ... ¿Y ahora qué?

Digamos que el Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, vive una interesante etapa o proceso de consolidación organizativa y política. Mucho se ha criticado, comenzando por el mismo Presidente Chávez, el marcado electoralismo que ha venido caracterizando a esta organización. Hasta ahora no queda duda acerca de la vigorosa y entusiasta disposición de su militancia cuando se trata de asumir cuanta campaña electoral se le presenta por delante y más cuando está en juego el pellejo del líder-presidente.

Es cierto que desde el punto de vista electoral, las organizaciones Bolivarianas que junto al presidente Chávez tomamos esta vía para hacer revolución, marchan de victoria en victoria, reivindicando social y políticamente a un pueblo que a finales de los noventa sucumbía en la frustración.

También es cierto que todo el esfuerzo que realiza el Presidente con sus políticas de alcance nacional, hasta ahora exitosas, pudieran tener más impulso y aceleración a nivel local si no fuera por los notorios desniveles de compromiso de muchos funcionarios públicos y representantes populares. Esta ausencia de compromiso con la Revolución Bolivariana a pesar de los desplantes y poses, indudablemente tiene como referencia y causalidad la deficiente formación integral y la poca disposición del conglomerado militante a prepararse para este reto de construir una nueva sociedad, lo cual no es tan fácil como pelar mandarinas.

No queda duda que el responsable de todo este preocupante cuadro es el mismo partido que hasta ahora manosea propuestas de escuelas de formación y no concreta, en conocimiento de una militancia poco dada al estudio y a la investigación de su entorno. De manera que la situación toma ribetes críticos en momentos como este de postulaciones a concejales y alcaldes. Es como si se dijera: ¡partida!, y los candidatos que los hay como arroz responden: ¡A correr que llegó Humberto!

Este llamado de postulación debe ser evaluado en su verdadera dimensión para mejorarlo. Quien aspire determinado cargo debe presentar ante la instancia pertinente su carta de referencia política y social, su página de servicio y propuestas de gestión. Y quien quiera seguir en el cargo o aspire otro superior hay que evaluarlo con rigurosidad. En esto hay que ser serios para evitar la guachafita y las desviaciones personalistas en que incurren los elegidos.

Algo o mucho hay que hacer para que este tipo de elección que es vital para nuestras ciudades y pueblos no siga siendo, para algunos, una parranda de derroche de dinero, perverso clientelismo, abuso de poder, manipulación y chantaje. En el caso del PSUV la reflexión es urgente. Debemos luchar contra la improvisación, el inmediatismo y el exagerado electoralismo. Hay que estar a la altura del líder-presidente y de una Revolución Bolivariana que es referencia mundial.

revolcones76@yahoo.com.ve



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Juan Azocar


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