Se equivocaron, nuevamente, aquellos que pensaron que la muerte de Chávez significaba la desaparición de sus ideas y la extinción definitiva de la Revolución Bolivariana. Simularon dolor, luego celebraron, gritaron de alegría e inmediatamente se percataron que Chávez y su pensamiento están más vivos que nunca. Se multiplicó en millones de hombres y mujeres en todo el mundo.
No ha existido gobernante en el mundo más vilipendiado y calumniado que Chávez. Su ejercicio de gobierno siempre se desarrolló bajo una inmensa presión internacional que dio lugar a inéditos procedimientos en el marco de la “Guerra de Cuarta Generación”. Rompió los códigos de comunicación para enfrentar la conjura de las grandes corporaciones mediáticas. Se consolidó como el gran comunicador social que despertó la conciencia de los pueblos y se consagró como el “guerrero invicto” que durante 14 años desafió y derrotó las pretensiones hegemónicas de los grupos económicos nacionales y transnacionales.
Chávez rompió los viejos esquemas del quehacer político, derrotó la vieja y corrompida elite de la partidocracia e inauguro una nueva época. Los nuevos gendarmes del capital tendrán que aceptar que Venezuela vive un intenso e indetenible proceso de cambios políticos y transformación social que conducen inevitablemente hacía una sociedad nueva.
Ahora, entenderán que la vieja democracia representativa o “dictadura de partidos” murió y en su lugar emergió la Democracia Participativa y Protagónica como expresión de un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia. Tendrán que aceptar que, como dijo Arturo Uslar Pietri, “Venezuela es otra” y comprenderán que Chávez transformó el país al consagrar nuestra independencia política para siempre y dejó en marcha un proceso para consolidar nuestra independencia económica. Nos devolvió la patria.
En este contexto, los enemigos de la patria han comenzado a aceptar que el Chavismo es una inmensa corriente social que va mas allá de lo político, se nutre de un sentimiento cargado de espiritualidad y se expresa en un pueblo que ha alcanzado un gran nivel de “Conciencia del Ser Social” como primer paso hacia la construcción de una sociedad socialista como fiel expresión de una forma superior de organización social.
Las circunstancias que vive el país están confirmando que la vida personal de Hugo Chávez está estrechamente vinculada a los hechos históricos de América Latina de una manera tal que resulta imposible arrancarlos de ella y con esta afirmación no incurrimos en ninguna desproporción. Su infatigable actividad por la integración latinoamericana y caribeña se expresa en la creación de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América –ALBA-, la Unión de Naciones Suramericanas –UNASUR-, PETROCARIBE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños –CELAC-.
La muerte de Chávez marca el comienzo de su segundo tiempo. Lo podrán llamar “chavismo sin Chávez”, la era post-Chávez o como quieran, pero ahora estamos obligados a dedicarle tiempo al estudio y comprensión del pensamiento de Hugo Chávez como controversial legado que permitirá interpretar el curso de la sociedad venezolana y su transformación en el contexto de un mundo que tiene como referencia la Revolución Bolivariana.
La Venezuela contemporánea, en el contexto mundial, no se puede descifrar sin considerar los postulados de Chávez sobre la nueva geometría del poder y la geopolítica de los pueblos, los fundamentos de un mundo pluripolar, la integración complementaria y solidaria como alternativa para romper las asimetrías, la integración en la diversidad y la Diplomacia de los Pueblos.
La relectura que Chávez hizo de Bolívar y su obra, nos condujo a una nueva noción de Independencia desde una perspectiva sociológica que permite reinterpretarla como un proceso sociopolítico que no está concluido y necesitamos culminar para consolidar nuestra independencia para siempre y con ello preservar la patria.
No es posible entender a Chávez sin interpretar el contenido de sus constructos teóricos y prácticos sobre el Poder Popular como instrumento para garantizar nuestra Soberanía y sus vínculos con el pleno ejercicio de la Soberanía sobre nuestras reservas petroleras en el contexto de la nueva geopolítica del petróleo.
Ahora resulta obligatorio comprender los postulados del Socialismo del Siglo XXI cuya esencia es construir una sociedad autentica con características muy particulares como expresión de una forma de organización social superior que va mas allá de determinismo económico implícito en los planteamientos del marxismo clásico y darle mayor contenido social para potenciar el ser humano como epicentro del quehacer social, económico, político y cultural. Un socialismo que exprese la diversidad de la América mestiza y una economía para satisfacer las necesidades del ser humano y no los intereses del capital.
Comandante, nadie puede negar tu obra y tu pensamiento. Más allá del odio y la incomprensión, has comenzado a vivir tu nuevo tiempo porque estás sembrado en el corazón de nuestros pueblos y cabalgas airoso sobre los lomos de la dignidad de la América mestiza para seguir recorriendo los caminos de la Patria Grande y tu figura fulgurante trasciende al grito de viviremos y venceremos! Hasta la victoria siempre…comandante…
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