Herencia de Guerreros vs. Embriones Imperiales

Tratando de explicarle a un amigo, que me adversa en lo ideológico, sobre el proceso político que vivimos y luego de varios años contrapunteándonos argumentos, para convencernos el uno al otro respecto a cuál es la mejor opción para el país (derecha o izquierda)exploté, sinceramente exploté cuando entre una actitud victoriosa y sarcástica me escribe: 

-Murió tu líder, y con él se muere tu porfiada pasión por convencerme de que él era la mejor opción para el país-.

No bastándole  el desagradable comentario, continuó:

-Jejejejejeje en resumidas cuentas, ganó el bien sobre el mal-.

Desde luego, para las y los compañeros que entienden el dolor que sentimos, no aguanté tanta afrenta y me dispuse a contestarle. En primer lugar, empecé a elaborar una lista, bastante larga por cierto, en la cual enumeraba todos los grandes logros que junto a Chávez habíamos conquistado, tratando de no descuidar ningún  ámbito (educación, salud, deporte, cultura, etc.) Me tomó  toda la noche preparar mi respuesta, la que dicho sea de paso, se me hacía más dura, porque me obligaba a recordar tantos sucesos, tantas luchas, tantas victorias, que a lo largo de estos años tuvimos que enfrentar para alcanzar estos logros.

Lloraba, lloraba entre la rabia y el dolor y me preguntaba si este carajo podría por lo menos reconocer algunos de estos grandes alcances para la sociedad. Ingenuamente estaba convencida que en su ser, por lo menos un retazo de humildad y respeto lo haría reflexionar. Hasta que repentinamente, comencé a reflexionar sobre  algo. Me di cuenta, que esa ha sido la trampa en la que nos han sumergido durante tantos años, esa trampa que nos hace perder el tiempo, tratando de abrirle los ojos a carajos empeñados en querer cerrarlos.

Gente que va por la vida esperando a que otra(o) reflexione por ellos y les convenza del rumbo que tienen que seguir. Gente que no tiene criterio, que no sabe cuándo, dónde y cómo continuar su vida. Gente que está prendida umbilicalmente de ese sistema que va contra su propia naturaleza.

Imagínense por un momento, ¿Qué sucedería si le quitas a un embrión el conducto que lo alimenta, antes que por su propios medios pueda digerir?. La respuesta es sencilla: termina de morir, o simplemente te lo hechas al hombro y buscas la manera de alimentarlo para que sobreviva. La segunda opción es por la que siempre hemos optado, más que por agrandar nuestras filas. Lo hacemos por un carácter humanitario, tratando de que ese ser despierte, se libere y empiece a auto- determinarse  ante la vida y su entorno.

Sin embargo compañeros, me he dado cuenta, que esa aventura es realmente eficaz cuando el propio embrión, gracias a las virtudes de la naturaleza, se desarrolla, nace y se arma de reflejos para poder digerir su vital alimento. Y cuando me refiero a esas virtudes de la naturaleza, hago énfasis en la memoria genética que nos corre por la sangre. Esa que escribe desde hace siglos la historia que transitamos hoy día, esa que nos hace repetir cada 100 años la misma leyenda, pero con diferentes nombres y rostros; esa, que al pasar de generación en generación muta, se transforma, se perfecciona para que no cometamos los errores de nuestros antepasados.

Y entonces, luego de pensar mi respuesta, simplemente concluí:

  1. Si se sigue ayudando a alimentar al embrión antes de desprenderse del cordón umbilical, se trasmitiráen esa memoria genética, al ser dependiente, el que requiere de otros para sobrevivir, el que no lucharápara zafarse y estarácada 100 años esperándonos para ayudarlo a nacer, o en el peor de los casos, seguirácada generación alimentándose de ese sistema, injusto, carnívoro, que en vez de alimentarlo, lo devora.
  2. Mientras que nosotros llevamos tatuados los genes de guerreros, esos que florecieron junto al Cacique Guaicaipuro y su compañera UrquíaLa Guerreraen la Resistencia Indígena contra las tropas españolas. Esos que reencarnaron en Miranda, Bolívar, Sucre y se enfrentaron a los realistas. Esos que resurgieron en la Batalla de Santa Inés con Zamora. Los mismos que emergieron con Páez y sus lanceros en las Queseras del Medio. Son los mismos genes presentes  en MaisantaEl Último Hombre a Caballo, en las guerrillas del Llano Apureño. Los mismos genes que armaron de heroísmo a Josefa Camejo en la Provincia de Coro.

Así transcurrió la historia, con Hombres y Mujeres valientes, héroes y heroínas incuestionables, llegando a 1992 con el Golpe de Chávez y su Por Ahora, que marcaría el destino de esta Patria y de Latinoamérica entera. De allí en adelante, tantas batallas y victorias. Los mismos genes que nos llevaron a bajar de los cerros cuando un glorioso 13 de Abril se levantó  este pueblo, desterrando a los oligarcas del Palacio de Miraflores y exigiendo el retorno inmediato de nuestro Chávez, nuestro Comandante.

Esos genes libertarios, siguen presente hoy en día, para enfrentar todas las batallas que sean necesarias. Esos genes que nos erizan la piel cuando se arremete contra esta Patria y contra cualquier pueblo del mundo. Los mismos que nos hacen brotar lágrimas, porque sabemos lo que significó Chávez en este capítulo de la historia. Pero, de igual modo, son los mismos que nos hacen hervir la sangre y se nos sube a la cabeza, y en un acto de tolerancia, mas no de pendejera, los seguimos resguardando para aprovecharlos cuando realmente valga la pena.

Finalmente compañeros, mi respuesta para el embrión (el carajo provocador), será enviarle este escrito. Yo me imagino cuál será su respuesta, quizás una larga carcajada, simplemente me llamará fanática, o su infaltable: no seas ignorante o que se yo, cualquiera de las vainas sin argumentos que se les ocurren a estos personajes. Simplemente no lo entenderá.

Realmente ya ni me importa. Está un arduo trabajo que tenemos por delante, el cual, dependiendo de nuestro accionar, se tallará en los genes que forjará a los hombres y mujeres que están por nacer, unos seguirán forjando embriones y otros con la indudable Herencia de Guerreros.

Yo lo veo compañeros, en los ojos de nuestras niñas y niños, en esas miradas veo tantos reflejos, veo una llama vibrante, que me dice: -tranquila, yo soy el relevo! Allí es dónde debo sembrar, no en estos embriones del Imperio.

Nuestra tarea está en nuestros carajitos y carajitas, los nacidos y los que aún están por venir. Ellos serán nuestro mayor legado, procuremos entonces que también lleven esta herencia, no los privemos de esta hermosa herramienta, no los dejemos sin estás armas vitales, de conciencia, de lucha y verdadera humanidad, permitamos en cada accionar que se siga germinando en ellos las Banderas de Libertad.

A pesar de que somos hombres de nuestra propia vida personal, somos también, por otra parte, en gran medida, representantes, víctimas y promotores de un espíritu colectivo, cuya vida equivale a siglos.

Carl Gustav Jung.

Recuerdos, sueños, pensamientos.

indiravillao_1@hotmail.com



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Indira Villafaña


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