“Creo que en estos años hemos acumulado experiencia, hemos creado entes que no existían.
Creo que hemos venido acumulando recursos, inyectando recursos y seguiremos haciéndolo.
Creo que tenemos unos nuevos códigos;
Creo que tenemos una nueva arquitectura legal, jurídica, empezando por la Constitución;
Tenemos leyes de consejos comunales, leyes de comunas, economía comunal,
Las leyes de los distritos motores de desarrollo;
Pero no le hacemos caso a ninguna de esas leyes;
Nosotros, que somos los primeros responsables de su cumplimiento. “
Comandante Chávez. 20/10/2012 “Golpe del Timón”.
En el torrente de análisis que se han puesto sobre la mesa, a propósito de los resultados del pasado 14 de abril, existe uno, el cual creo debemos poner mucha atención, y tiene que ver con la influencia que tuvo en muchos votantes, la intensidad en las últimas semanas de la escasez de productos de la cesta básica y la descarada especulación de precios de los mismos. No es mi intención hacer un recuento de cómo se reflejó la escasez de productos vitales para la seguridad alimentaria en comercios y abastos. Todo aquel que haya hecho mercado en las últimas semanas sabe de lo que estoy hablando.
La campaña electoral del candidato de la derecha, aprovechó una circunstancia crucial del entorno económico del país, circunstancia que sabemos, fue impulsada y promovida desde sectores de la alta burguesía, los cuales, todavía mantienen sus tentáculos nauseabundos en el aparato económico estatal, y lamentablemente, los esfuerzos de la revolución mediante la fórmula (Estado + Pueblo) se han visto disminuidos ante esta guerra económica. Cabría entonces, preguntarnos ¿Qué hemos dejado de hacer?
¿Qué “hemos” dejado de hacer como Estado, y sobre todo, como Pueblo? evidentemente, perdimos la capacidad de asombro ante el golpe económico que se ha venido gestando desde hace varios años, la conformidad con estos injustificables precios como usuarias y usuarios de bienes y servicios, ha curtido nuestra conciencia, y este accionar es tan cómplice, como los que verdaderamente halan el gatillo de la aberración económica. Hemos sucumbido ante la inercia del consumidor gentil y poco disgustado con los precios que sabemos son descarados, cualquier persona, sin tener estudios básicos de economía, entiende perfectamente que está siendo víctima de una estafa, pero dice para sus adentros: “no tengo otra alternativa, me lo llevo”.
Esta cruda realidad, la vemos a diario en comercios, supermercados, abastos, panaderías y hasta en las famosas “bodeguitas” del barrio. El caso es, que “desde lo individual”, sentimos este malestar, que nos llena de impotencia, discutimos al respecto, en la casa de un vecino, con un compañero de trabajo, en la cola justo antes de pagar ese producto, “cuyo precio es especulativo”, en cualquier lado, pero son discusiones aisladas, aisladas, como son los esfuerzos individuales para contrarrestar toda esta situación.
Es una sensación similar a la del paro del 2002, no encontramos todos los productos de la cesta básica, pero lo más indignante es que no hay un paro verdadero, las “santa marías” están abiertas! pero coño! si encuentras en el anaquel lo que necesitas llevarte a casa, entonces no lo puedes pagar, porque resulta que no cuesta lo mismo que hace apenas 2 días, pero no importa, no lo llevas hoy, porque te falta dinero, pero mañana vuelves con la capital que te faltaba y lo adquieres, te vas molesto, pero finalmente vuelve a decir para tus adentros: “no tengo otra alternativa, me lo llevo”.
¿Realmente no tenemos otras alternativas?
¡Qué barbaridad! Cómo he recordado a Chávez en distintos Aló Presidente, hacer mención de la importancia de la creación y consolidación de las Comunas, ¿cómo sería el día de hoy, si en mi localidad, o en la tuya, si cada sector, contara con una verdadera “Comuna”, donde todas y todos los que vivamos en dichos sectores pudiésemos ejercer el pleno derecho a la soberanía, desarrollar nuestros propios proyectos productivos, controlar la autogestión del ansiado “Estado Comunal” donde la panadería, carnicería, abasto, supermercado, entre otros establecimientos, fueran coordinados, supervisados y gestados por nuestros propios vecinos y no por los que hoy en día nos joden con los precios y el acaparamiento?, muchos de ellos que ni siquiera viven en nuestros barrios.
¿Cómo sería este presente, si ayer hubiésemos reparado en la importancia de la “Contraloría Social”?, la cual no va dirigida solo al control de entes públicos, sino también al control de las actividades de producción, distribución, intercambio, comercialización y suministro de bienes y servicios necesarios para la población, realizadas por el sector privado.
Imagínense por un segundo, cómo sería la cosa si hubiésemos creado: “Comités Revolucionarios de defensa de la Soberanía Alimentaria” en cada barrio, urbanización, sector popular, entre otros. No tenemos ni siquiera un inventario de los comercios que existen en nuestras zonas, donde conozcamos la cadena productiva y de distribución de dichos establecimientos, donde sepamos de donde vienen los productos, la materia prima, y lo más importante, inmiscuirnos en el control de estas cadenas para evitar desvíos de mercancía, el desabastecimiento o la especulación de precios. La presión de las masas contra estos acaparadores, especuladores, deformadores del aparato productivo y económico, verdaderos delincuentes.
Chávez tiene razón cuando se arrechó en ese Consejo de Ministros, y el regaño no va dirigido solamente al gabinete ministerial, va dirigido a toda la población. Nuestros ministros esperan por la participación del pueblo, y el pueblo espera por el apoyo de los ministros, y en esta espera “casi enfermiza” de unos y otros, la derecha rancia casi logra sus objetivos.
¿Entonces compas? , ¿Hasta cuándo tantas excusas? pareciera que entendemos la “autocrítica” como: “échale la culpa al otro”. Revisemos que estamos haciendo, desde cada sector, organización de base, colectivo, institución, escuela, barrio, para contrarrestar esta ofensiva económica, Chávez tiene razón, existen los entes y muchas leyes, ejemplo: “Ley Orgánica de las Comunas”, “Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal”, “Ley Orgánica del Poder Popular”, “Ley Orgánica de Planificación Pública y Popular”, entre otras. Preguntémonos: ¿cuántas veces las hemos consultado?; ¿cuántas veces las hemos discutido?; ¿cuántas veces las hemos puesto en práctica?; ¿Cuántas veces las hemos defendido?; ¿Será que haremos lo mismo con el Programa de la Patria?.
¿Cómo defendemos lo que no conocemos, lo que no sentimos, lo que no nos duele? Sí, es cierto, muchas preguntas y pocas respuestas, las respuestas invito a que se den desde cada sector popular, en los trabajos, en la universidad, en la escuela, no de forma individual, sino colectiva, que se conviertan los resultados del 14 de abril en el detonante que nos espabile el letargo en donde estamos sumergidos, tenemos una responsabilidad muy grande, ante el país, dediquemos las horas que invertimos en la “reunidera” sin sentido, a ensayar esas leyes, vamos a validarlas en la práctica, si ayer la indiferencia y apatía nos curtió la práctica revolucionaria, hoy cerrémosle el paso, y asumamos la tarea, con compromiso, responsabilidad y lealtad a la Patria.
“Esto lo digo yo, no para que nos sintamos acogotados, amilanados; todo lo
contrario, es para coger más fuerzas ante la complejidad del desafío”.
“¡Cuidado!, Si no nos damos cuenta de esto, estamos liquidados
Y no sólo estamos liquidados, seríamos nosotros los liquidadores de este proyecto”.
Comandante Chávez. 20/10/2012 “Golpe del Timón”.
Indira Villafaña
@villao_1