La muerte del Presidente nos tomó por sorpresa, a pesar de la fraseología necrofílica de la oposición; nunca nos imaginamos que su siembra fuese tan pronto. Tan es así que los venezolanos oíamos la noticia una y otra vez, y no se podía creer. Luego era impresionante como la población se lanzó a la calle, espontáneamente, a rendirle tributo a ese gran líder. Ya la oposición no pudo ocultar, con absurdos argumentos de pago, la conexión entre el pueblo y el comandante. Nunca se imaginaron que ese fervor era de tal magnitud, ríos de gente caminando rumbo a la Academia Militar. Inmediatamente larguísimas colas de kilómetros para darle el hasta luego frente a su féretro.
La oposición ha vivido en el mundo de la ficción inoculada por los medios de comunicación, por ello perdieron la brújala y el sentido de pueblo. Desde la virtualidad construyeron una Venezuela distinta a la de la esperanza de los pobres. Por ello no pueden explicarse lo siguiente: almorzando en un restaurant popular de Maracaibo se me acerca una niña vendiendo golosinas, me mira mi atuendo rojo y la cinta tricolor en mi brazo y pregunta usted es chavista? Le respondo, claro, y luego mirándome me dice “mi mama también y tienen los ojos hinchados de llorar, por que Chávez nos ayudo mucho, nos dio una casa”. O la imagen de una anciana, desconsolada, llorando, queriendo aferrarse al ataúd donde yacía el Presidente. Cómo te puede llegar esto al alma sino te metes, sino te insertas en la dinámica de amores, odios, pasiones, esperanzas, que se desataron con el comandante.
La oposición nunca entenderá esta situación por ello siempre irán de derrota en derrota. Desde el simulacro/tv se mostró, durante 14 años, una imagen de Chávez terrorífica, la monstrificación del otro en sentido estricto, el otro solo en negativo, no hubo nada positiva o valorable que mostrar. La virtualidad negó un liderazgo que hoy después de su muerte ha quedado cimentado e imposible de ocultar por unos medios opositores. Hoy Chávez, una vez más, estará en el torbellino político como elemento simbólico que estructurará las luchas futuras por un mundo mejor.
Docente e investigador/Universidad del Zulia.
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