Lo que a otros pueblos y experiencias de liberación nacional en el mundo le ha costado años de luchas, de sacrificios, de perdidas de valiosas vidas, de extravíos y desencantos, de desorientación ideológica, así como de avances y retrocesos, de retrocesos y avances, en Venezuela en esta oportunidad histórica, se ha ido concretando a pulso, de forma sostenida, paulatina, con el liderazgo del Comandante Supremo, Hugo Chávez Frías lo que es reencontrarse con el hilo histórico como pueblo, como nación, con las luchas ancestrales, anticolonialistas y contemporáneas de nuestros hombres y mujeres, que de insistentemente transitar por distintas batallas por alcanzar la liberación y socialismo al fin logramos lo que a otros pueblos en lucha le ha costado hasta siglos en conseguir, en Venezuela contamos ya desde 1.999 con el PROGRAMA de la Revolución Socialista Bolivariana que es el texto constitucional de la República Bolivariana de Venezuela y como muy bien lo define Lenín: Programa: “Es lo que se aspira y por lo que se lucha”.



La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es la carta de navegación que nos orienta por donde debemos navegar para alcanzar dicha República Socialista Bolivariana donde con las obras de gobierno, el liderazgo del Comandante Supremo de la Revolución Hugo Chávez Frías y la Gestión Pública Bolivariana ya hay evidencias a demostrar que con ello se ha redimido al pueblo tan sólo con los primeros albores del Socialismo Bolivariano; es allí hacia donde debemos dirigirnos con el agregado adicional que contamos ya en esta ocasión histórica con el Segundo Plan de la Patria, ahora 2013 – 2019, que conforman el constructo orientador que hay que concebir y materializar para que el rumbo de la patria sea genuinamente Socialista -Bolivariano.



Es de carácter urgente, unificar la voluntad, la disposición del pueblo venezolano de seguir la obra y acción del desaparecido Comandante Hugo Chávez quien orientó a nuestro pueblo, lo elevó a su condición de protagonista de la historia y contribuyó de manera sostenida a reivindicarlo pero mediante la necesaria organización y movilización revolucionaria consciente; por ello se aferró estrictamente en sus análisis, a enarbolar el texto constitucional, como la dirección correcta hacia donde deben conducirse todos y todas las revolucionarias en Venezuela, todo el pueblo pues.



Tenemos que enfatizar que en el texto constitucional, en la Doctrina Bolivariana y en las luchas anticolonialistas, así como en la Teología de Liberación con su Dios que es el pueblo y el pueblo que es el Dios, así como también alimentarse del Socialismo Científico, he allí donde están los tres pilares, entre otros aspectos como el árbol de las Tres Raíces es que están las claves para elaborar líneas políticas, diseñar las tácticas y las estrategias, concebir las políticas públicas, tanto en el orden interno sociopolítico como en el plano internacional; de manera que el texto constitucional no es adorno, no es retórica, es por el contrario, es la esencia misma, allí en ese contenido está el diseño de país por el que aspiramos y por el que luchamos día a día.



Duele y desconcierta muchas veces cuando cuadros, militantes, opinadores y creadores de matrices de opinión de filas revolucionarias nos perdemos en la lontananza, cuando nos perdemos en la bruma, y en la sobre valoración de la opinión del YO personal según los estados emocionales o del perfil de personalidad y en la incomprensión de los escarceos propios de la lucha de clases –hay que estar claros y claras, la oligarquía no va a cesar en su empeño de retomar el poder político y económico- y nos extraviamos en el pragmatismo, en el empirismo, en diatribas estériles, en que hay veces estamos más pendientes en lo que hace la derecha en vez de estar también bien pendiente en lo que nos corresponde hacer como cuadros, militantes y generadores de opinión, de que muchas veces nos quedamos en lo táctico o nos quedamos en lo estratégico, lo cual trae como consecuencias muchas taras paralizantes, entre ellas, la desconfianza a nuestras propias fuerzas y nuestra capacidad movilizadora; en otras palabras…no consideramos capaz al pueblo de defender lo logrado y avanzar hacia conquistas superiores.



En conclusión preliminar: si no hacemos la debida ruptura con la forma tradicional de hacer o de diseñar políticas tanto locales, regionales y nacionales o institucionales.



Además también estamos emplazados, urgidos de establecer una relación dialéctica entre lo táctico y lo estratégico, tenemos que preguntarnos insistentemente ¿Dónde está el Socialismo en lo que hacemos a diario? ¿Cómo asimila el pueblo lo que es el Socialismo Bolivariano?



Consideramos que el Artículo 3 de los Principios Fundamentales del texto constitucional, el 5, así como 62, 70 de los Derechos políticos y el 299 referidos al Régimen Socio Económico, en conjunto nos pueden orientar perfectamente para avanzar con paso cierto a lo que quiso, quiere y querrá el Comandante Chávez, construir el Socialismo Bolivariano en Venezuela más temprano que tarde y con el menor trauma posible; porque vale decir, laboramos extenuantes jornadas de trabajo diario de más de 12 horas cuando menos pero en nada se coadyuva a la aspiración de construcción de esa Sociedad Justa y Amante de la Paz que nos señala Simón Bolívar en el Discurso de Angostura por lo que la desazón arrastra a la impotencia, al desencanto y así de ver como un imposible la construcción del Socialismo Bolivariano en Venezuela, todo por falta de visión y la carencia limitativa de distinguir lo Urgente y lo Importante, lo táctico y lo estratégico, muchas veces pensamos en la cantidad sin el acompañamiento en el despertar la consciencia de clase social en el pueblo.



Todo y toda cuadro al frente de la institucionalidad en éste periodo de transición debe dar todo de sí y de su equipo de Dirección –no de gerencia que es un término neoliberal- para en base a criterios científicos, con la participación de sus equipos de trabajo y dirección se aboquen a quebrar el Estado de opresión burgués y abrir cauce al nuevo Estado Socialista Bolivariano de Liberación y desarrollar todo un cúmulo de iniciativas, acciones y emprendimientos para estar al servicio del pueblo cumpliendo estrictamente con el Objeto Legal de dicha institución (no con la maldita tendencia de Misión y Visión como se acostumbra a colocar en las pocas carteleras que se colocan en las instituciones y por cierto en las instituciones donde hay televisión en las salas de espera está puesto en los canales de la burguesía con su veneno ideológico o está apagado ¿qué tal?), repetimos toda institución tiene un objeto legal que le da pie a su creación y el objetivo social a alcanzar; y cuando esta institución no dé más a su Objeto Legal, cuando no aporte más nada y se quede el Objeto Legal por debajo de las expectativas socio política se debe abrir las compuertas de dicha institución a una reingeniería institucional como lo mandata el Artículo 5 del texto constitucional “Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos”.



De manera pues, ya no más trasfusiones de sangre y oxigenación al Estado constituido, abramos entonces cauce al Estado por constituir con tacto y teorización y práctica dialéctica; por supuesto, habrán instituciones que tendrán mejores condiciones que otras para dar esos pasos, pero eso no es motivo para que todas no trabajen para ese propósito histórico si queremos hacer Revolución Socialista Bolivariana.



Las condiciones en términos generales están dadas más cuando a partir del 14 de abril de 2013 con el triunfo de Nicolás Maduro se tendrá que profundizar la lucha de clase, combustible necesario e imprescindible para dar curso a una nueva realidad con la que se ha de despertar este nuevo ciclo histórico y atinadas son las palabras del Comandante Supremo de la Revolución Socialista Bolivariana: -Tenemos Pueblo! tenemos Patria! Que nadie se equivoque.



Parafraseando lo anterior y con los agregados que emanan de este escrito, repetimos: Tenemos Pueblo! Tenemos Patria, Tenemos Programa¡ Tenemos patriotas socialistas bolivarianistas! Que nadie se equivoque!



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