El 18 de abril fueron publicados en Aporrea mi artículo Éxito Maduro y el de Antonio José Rivera Chávez Yo marxista.
Es claro que son dos visiones distintas del fenómeno político que vivimos, dos experiencias que vienen, aparentemente, de un tronco común: el marxismo. El personaje que dice llamarse Rivera, tergiversando la realidad de esos años, se atreve a decir que en los años sesenta los jóvenes de la época abrazaron de forma mayoritaria los movimientos revolucionarios siguiendo el ejemplo de la Revolución cubana y olvidando la búsqueda pacífica del poder. Esto es falso. Algún sector de la clase media, particularmente los jóvenes estudiantes provenientes de este sector social y de la pequeña burguesía, pero es perfectamente claro que esa masiva incorporación nunca llegó hasta los sectores populares, al sector obrero ni al campesinado, que en su mayoría eran controlados por AD.
Una buena parte de los jóvenes de esa época fueron a la Universidad, algunos leyeron algo de marxismo, pero la verdad verdadera, es que esos jóvenes se llenaron de lecturas referidas a los héroes de la Rusia heroica de la revolución bolchevique y las hazañas de la resistencia rusa en la segunda guerra mundial. Y, por supuesto, se deslumbraron con los barbudos que recientemente habían conquistado el poder en la Cuba heroica. Aunque algunos de ellos, en la década 60-70 se intoxicaron con las delicias de las ofertas adeco-copeyanas, para luego entregarse a las teorías neoliberales de los chicago boys (verbigracia Teodoro), al mismo tiempo que otros se convirtieron en verdaderos delatores de sus compañeros y camaradas.
Debemos estar agradecidos que aquello fue un delirio y nunca se concreto nada, pues de haber caído Venezuela en manos de aquellos seudo revolucionarios, de aquellos iletrados, bien mal que la estaríamos pasando. Podríamos agradecer que de aquel monstruo salió el MAS, que tuvo una visión más clara y bolivariana del proceso. Hoy día, lo que queda son cenizas, miserias, da lastima y tristeza ver como terminó ese proyecto, una especie de franquicia, que aún respira pero lo que dan es vergüenza. Deberían, por respeto, cambiarse el nombre y llamarse Movimiento al Suicidio.
Es importante destacar que Chávez (el bueno, no el seudo articulista) si entendió esa teorización sobre la revolución, todo lo que quería implementar era o fue la tesis del MAS, además de haber recopilado las experiencias anteriores de los revolucionarios venezolanos, particularmente de las que se vivieron en las décadas de los 60-70 con sus pro y sus contras. Aunado a los principios que manejaba Kleber Ramirez. Eran otros actores y diferentes posturas.
El sujeto Rivera insiste que en esos años se resistió contra el sistema, pero no dice cuantos se vendieron y cuantos se volvieron tránsfugas y vende patria. Cuantos terminaros sus vidas como Teodoro, Pompeyo, Bandera Roja, los bachilleres Tablante, Ochoita, Esculpi, los Mujiquitas, los Torrealba y muchos otros estafadores de ideas, cómplices del Imperio que reciben dólares, de la Embajada gringa, por entregar y traicionar la Patria. ¡Quien sabe desde cuando!
Es verdad, un grupo de militares patriotas entendieron la realidad y asumieron el compromiso de luchar por transformar el país. No olvidemos que hablamos de seres iguales a nosotros, revolucionarios, gente noble, hijos del pueblo que sabían que era necesario luchar por rescatar nuestro país y, en el transcurso de los años, se convencieron que sus expectativas solo podrían consolidarse si se transitaba hacia la construcción del Socialismo. Es verdad, el líder, el hombre noble murió, pero desde el punto de vista marxista sus ideas impregnaron al pueblo y hoy día son una realidad. Como dijo el poeta, es mucho más fácil destruir una muralla de piedras que una muralla de ideas.
Quizás Rivera podría darnos una clase de “marxismo”, pero estoy convencido que no deja de ser sino un simple marciano que no entendió ni el Manifiesto Comunista, ni cree en la Revolución. No creo que su interés sea reivindicar el Marxismo, lo que quiere junto a sus amigotes malandrines con mentalidad del siglo XIX es seguir la mamadera de gallo, seguir siendo jefes de una turba, en un bar de sabana grande, hablando y fastidiando, cambiando todo, al estilo gatopardiando, para que todo siga igual, así son estos marcianos críticos. Todavía no entienden que ahora tenemos un proceso y un país diferente, con errores y debilidades, lo reconocemos, pero en camino de mejorarlo. Lo lamentable es que sientan miedo y huyen cobardemente, cuestionan y huyen como siempre lo han hecho.
Llego el momento de entender que Maduro es un legítimo representante de la clase obrera, un revolucionario, un real timonel de la Revolución que llevara adelante las transformaciones señalada por el Comandante Eterno: Hugo Rafael Chavez Frías. Es lo podemos observar con la designación de su primer gabinete, en donde se observa una combinación de veteranos y un núcleo de jóvenes comprometidos. Pero a su vez, no desecha a quienes salen del gabinete y por el contrario los ubica con responsabilidades súper importantes de carácter estratégico. A la par que reconocerles su trabajo.
Somos muchos los que pensamos que ahora es cuando debemos radicalizar el proceso. Larga vida a la Revolución venezolana, con Maduro el camino es seguro. Hasta la victoria siempre.
¡Maduro dales duro!