Por el comportamiento irracional del ex candidato de la derecha, exigiendo auditorías y ahora negándose a participar en ellas, resulta insólito que en el estado Bolívar, se tenga que presenciar en los medios una discusión estéril entre militantes presuntamente afectos a la revolución. Del bando que sea, no es posible aceptar que ante el juramento de lealtad al comandante eterno y aun vivas sus palabras en las que clama por la unidad, tengamos que soportar de dos sectores minoritarios ajenos a la gran militancia chavista, una pelea estéril alimentada por quienes viven precisamente de los patrocinios mediáticos. El nuevo presidente Nicolas Maduro, inicia una agenda de calle vital para la consolidación de su primera fase de gobierno, vital para consolidar su liderazgo ante la responsabilidad encomendada y en lugar de las diatribas, la militancia del PSUV debe ser orientada al engranaje con las políticas de calle del gobierno nacional.
La revolución y las instituciones corren un grave peligro ante el comportamiento de la derecha, que con descaro viene desconociendo todos los poderes públicos, al igual que lo hicieron durante el golpe del año 2002. Lo hacen con absoluta impunidad y usando el chantaje de echar a la calle como carne de cañón a un pueblo alterado emocionalmente por los medios de comunicación.
Me pregunto si esa gente que duda de los logros de la revolución, no la harán precisamente por presenciar a militantes supuestamente de la revolución echándose cuchillo en la prensa y en la radio. A la militancia leal al comandante eterno, los exhorto a ocupar los espacios, pues el PSUV es un partido de masas que los necesita a todos, hoy más que nunca cuando se trata de defender el legado de Chavez, pero además, les aclaro, que no basta una estructura nacional, regional y municipal para crear el partido a su imagen y semejanza y que funcione de manera perfecta, es mas, no existe y nunca ha existido una estructura partidista con ese poder, el poder de un partido de masas lo tienen precisamente las masas y los espacios que conquiste para el debate de ideas, la consolidación de las mismas y como decía Maneiro, la eficacia política para asumir el poder y lograr cambios desde el gobierno, cambios radicales, por cuanto se plantea ni mas ni menos que un nuevo modelo económico político y social. Chavez demostró que sí es posible, hizo lo más díficil y con logros contundentes además.
Parto ahora de los hechos, de que Maduro en esta nueva etapa de la revolución inicia con pie firma al ganar las elecciones y apostar a un gobierno de calle, con el pueblo, para el pueblo y por el pueblo. Soy un militante más, y me corresponde iniciar la quijotesca tarea de escribir palabras a todos los camaradas que apuestan a la eficiencia o nada. Desde cualquier trinchera, ocupemos los espacios, hagamos asambleas, mejoremos la organización, pero sobre todo hagamos que entren en razón quienes maquinan y dirigen una pelea estéril entre las filas de la revolución. Son ellos los principales responsables de lo que pueda suceder políticamente en el estado Bolívar, son ellos irónicamente los que se niegan a un debate serio y frontal en los espacios creados por el PSUV y que con tantas horas de trabajo y discusión lograron nuestras delegadas y delegados fundadores del partido.
Esos espacios de debate y discusión no pueden ser cerrados ni secuestrados, la masa del partido debe exigir esos espacios y garantizar que esas discusiones salgan de las empresas mediáticas que tanto daño le han hecho al pueblo con la desinformación y la manipulación. Urge hacerlo, porque reina una lógica política ¨yoista¨ en sectores minoritarios que hacen mucho daño al PSUV, por cuanto implosiona el partido jugando al divisionismo que pretende la derecha, y luego será muy tarde para construir desde las cenizas.
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