Uno de los estados donde la población dio un viraje político asombroso en las pasadas elecciones de abril fue en el Táchira, luego de haber otorgado un alto caudal de votos al actual Gobernador José Gregorio Vielma Mora, en la jornada electoral de diciembre y descender ahora en las presidenciales a un porcentaje que ronda el 30%.
No podríamos endosar de ninguna manera, la causa del descenso de la fuerza revolucionaria en la región a la corta gestión del nuevo gobernador; esto sería un exabrupto político en tan poco tiempo, ni mucho menos, atribuirlo a la corta campaña del Presidente Constitucional Nicolás Maduro.
Lo que si es cierto y lo habíamos advertido en anteriores artículos, es que las expectativas del pueblo tachirense siguen siendo manipuladas por una “godorria” enquistada en la burguesía tachirense y por los tentáculos de la oposición vinculados a una economía parasitaria, con acentuadas raíces en la frontera, la cual reacciona iracunda ante la llegada de un bolivariano al Palacio de Los Leones.
Para nadie es un secreto que en este estado fronterizo con Colombia se mantiene viva una frontera por su alto intercambio comercial y su alta movilidad migratoria, la cual ha inclinado la balanza comercial a favor de los neogranadinos, por el desequilibrio cambiario, el contrabando de productos de la dieta diaria venezolana y la fuga de altos volúmenes de combustible hacia el país vecino (gasolina y gasoil o diesel), sin comentar el narcotráfico.
Estos indicadores no le son nada extraños al nuevo gobernador, a quien tratan de engolosinar encumbrados mercaderes de la política; quienes subsisten a sus anchas en las tierras andinas, gracias a componendas del pasado que incluso tocaban con frecuencia las puertas del Palacio de Nariño.
Con mucha honestidad ha encarado el capitán Vielma Mora su gestión en las primeras de cambio en el Táchira. Esto, desde luego, ha generado la reacción de una jauría que lo ataca sin compasión, porque ya comienzan a sentir el peso de algunas medidas revolucionarias, las cuales justamente llegan a lo medular del conocido “libre mercado” y a frenar los “caprichitos”, de algunos políticos tradicionales que merodean los presupuestos de la Gobernación.
Por ahora, son sólo anuncios que traslucen los intereses a los cuales deberá golpear el militar bolivariano en el Táchira. Todos ellos subsisten porque se enredan en una maraña construida en años, mafias nacidas del contrabando de extracción de alimentos (empresas muy reconocidas y productos de marcas golpistas por excelencia) y transportistas de gandolas con cargas de combustible, las cuales, en la mayoría de los casos, reciben “luz verde” hasta de algunos miembros de las fuerzas militares de la frontera.
Ahora, para completar el cuadro opositor, aparecen los enchufados de siempre, grupos “independientes”, sindicalistas, transportistas, ganaderos, alcaldes de la oposición y francotiradores de la prensa, arreciando sus ataques contra el gobernador Vielma Mora. Buscan y maquinan las más falsas acusaciones para enlodarlo y descalificarlo ante el país.
La lucha por los principios revolucionarios y el cumplimiento del Programa de La Patria, no cambiará el pulso y ni el rumbo para cumplir su misión, al capitán bolivariano…
¡Que ladre la jauría gobernador, es señal de que cabalgamos!...
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