Lo confieso, poco leo hasta el final nada de lo que escribe Nicmer Evans, pues no termino nunca de estar de acuerdo con la mayoría de sus posiciones.
No es lo mismo leer a Oscar Jiménez, es decir a mí, que a Carola Chávez, Luis Brito García, Eleazar Díaz Rangel; Roberto Malaver o Hernández Montoya (a estos dos los meto en el mismo buen saco) o a alguno de los que figuran en el tope de los articulistas y “voceros” del sentir Revolucionario.
Dirá Nicmer Evans: “¿Quién es ese Oscar Jiménez que me lee poco? yo no lo leo a él ni siquiera poco”.
Empecé de esta manera para dejar claro la brecha que existe en apariencia sobre quienes “figuran” en las primeras planas tanto por méritos indiscutibles, según mi criterio, como los que nombré en el primer bloque y los que también figuran por sus opiniones polémicas que no siempre sirven para el fin supremo que nos mantiene en esta senda, como lo es la unión entre nosotros para poder enfrentar lo que nos viene encima y que es parte de la pujante lucha que tiene la oposición por recobrar el poder desde el mismo 1992 y que nos ha llevado a pasar por las traumáticas experiencias que ya vivimos y que el gigante logró superar con el apoyo de todos nosotros.
Hace poco el compatriota Evans escribió un artículo titulado “¿Dialogo con quien y para qué?”
Yo supongo que el señor Evans envía sus reflexiones para que lleguen a quienes tienen en sus manos la posibilidad de actuar, por eso cuando dice que “Un diálogo con la oposición no puede, ni debe ser un nuevo Pacto de Punto Fijo. Eso sería traicionar el legado de Chávez, una nueva conciliación de élites negaría el avance de un proyecto socialista, decidido por la mayoría que no quiere volver al pasado” , me pregunto, ¿De qué se la está dando? ¿De descubridor del agua tibia? ¿Le está, acaso, ordenado o recomendando al presidente Maduro que no haga un nuevo pacto de punto Fijo? ¿O es que tiene indicios de que nuestro Presidente Maduro esta en algo que va contra todos nosotros y contra nuestro juramento al comandante supremo? ¿O es que esa observación era para nosotros los seguidores de los pasos de nuestro comandante Hugo Chávez pues se cree consejero de los que estamos en este proceso desde siempre y necesitamos que alguien nos diga cosas tan “profundas” como esas? ¿Con que autoridad alguien nos va a aconsejar o como mínimo insinuarnos a nosotros o a Nicolás Maduro que no se debe hacer un nuevo pacto de Punto Fijo? ¿Quién puede abrogarse la autoridad como para siquiera insinuarle a Maduro que no traicione el legado de Chávez? ¿Puede haber alguien que se sienta con la autoridad mínima para semejante exabrupto? Así no es como terminaremos unidos en un solo bloque; mientras abunden los eruditos políticos que lancen pedradas de ese tamaño, más de una ventana terminara rota y después no habrá quien recoja los vidrios.
Evans continua diciendo que: “pero el país si requiere que los términos sobre los cuales se desarrolle el avance del país sean respetados por las partes, y eso implica diálogo, en el marco de la Política con P mayúscula, todo lo demás sería un error, y facilitaría ponernos al borde de una guerra civil que sólo los más extremos y menos radicales desean”; ¿insinúa Evans que no respetamos lo que acordamos, o que no somos capaces de mantener nuestros acuerdos? ¿Cuál es la política con P mayúscula, según su criterio, que clase de acuerdos son necesarios para que el compatriota Evans certifique en su sapiencia que por fin estamos por “el camino” correcto?
Definitivamente la derrota no tiene padre, como dice la sabiduría popular; Evans expone que: “Pero ante todo este panorama, queda pendiente otro diálogo, un diálogo que sí amerita negociación, que si permitiría consenso, que debe buscar unidad, y es el diálogo dentro del chavismo, dentro de la izquierda, dentro del sector revolucionario del país. Creo un terrible error, así como se hizo en la campaña, empezar de afuera hacia adentro, ¿por qué buscar 10 millones de votos, cuando tienes 8.2 millones que necesitan primero de tu atención para consolidarlos? Es igual en este momento, ¿Por qué empezar un diálogo con la oposición si antes haber iniciado el diálogo y haber llamado a los sectores que lealmente han estado contigo, pero son críticos y propositivos y han sido apartados por ello? Empecemos por la casa y de seguro, unidos nos irá mejor”.
¿Por qué no opinaste eso antes de las elecciones camarada?, quizás los que te leen hasta el final, como esta vez lo hice yo, te hubieran apoyado en tu idea de indicarle a los estrategas de la campaña “no pidan 10 millones que eso es imposible hagan la campaña enmarcada en la idea de que ojala se logren por lo menos 8”; cierra los ojos un momento camarada Evans y entonces imagina cual habría sido el resultado.
Por otra parte, Evans, comienza hablando de la necesidad de un dialogo con la oposición, a su manera que es la correcta, y luego remata su nota con algo así como que para que ese dialogo si lo perentorio es que hablemos entre nosotros primero; yo le digo algo; nosotros cada día estamos más claros y es obvio que necesitamos reunificarnos, analizarnos como grupo y afianzarnos en lo que somos como grupo político.
El dialogo Político con P mayúscula, como Evans lo nombra, debe hacerse y se está haciendo ya, pues de ese dialogo depende la tranquilidad de la Republica y ese dialogo no tiene nada que ver con el que el plantea que no se haga; el dialogo ya lo está haciendo el CNE de manera pública desenmascarando a los que tratan de engañar, lo está haciendo el SIBCI haciendo público lo que todos debemos saber, sobre todo lo que tienen que saber los que están siendo manipulados y engañados; Ya el dialogo lo está dando nuestro Presidente a cada momento remachándoles que él es el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, electo en democracia por la mayoría del país votante; el dialogo se está dando cada día en las fábricas, en las escuelas y en las calles.
Este dialogo del que habla el camarada Evans no requiere ni de sillas ni mucho menos de espacios cerrados con aire acondicionado y vasitos de agua incluido: El dialogo compatriota es para el que quiere escucharlo sin cita previa ni agenda de ningún tipo, el dialogo está dándose cada vez que planteamos nuestra decisión irrevocable, firme, plena como la luna llena, absoluta y total de ser para siempre libres. Lo demás si sería como dice Evans “un error, y facilitaría ponernos al borde de una guerra civil que sólo los más extremos y menos (permíteme la corrección) más radicales desean”.
Ahora hoy, Lunes 06 de mayo; en su artículo “Golpe blando, estupideces y elecciones municipales” dice que: “en el Poder Legislativo se siguen escenificando estupideces como la suspensión del derecho de palabra a los opositores, error insustentable en el tiempo que deberá ser corregido muy pronto”. Si hay alguien que pueda calificar impunemente como estúpidos a nuestros parlamentarios o a su presidente; entonces si estamos frente a una estupidez total como gobierno y como organización política.
Estimado Evans, nadie puede ser más chavista que Chávez; no creo que eso sea posible; y aquí en estas páginas que se hacen públicas hay más de uno que tiene fachada suficiente para aparentar serlo pero que por más que se tongonee siempre se les ve el bojote. Yo no soy quien para calificarlo ni a usted ni a nadie; pero creo que esa estupidez que escribió ahí no es ni casual ni inocente.
Los que no reconozcan al presidente Maduro no tienen derecho a llamarse demócratas ni a actuar como tales; los que no reconozcan a los poderes públicos no tienen derecho a ser escuchados; por la misma fórmula de que no tienen derecho a quejarse los que no votan, los que se van ese día a la playa o lo pasan viendo películas.
El paso previo para ser reconocido y exigir derechos es reconocer y cumplir con los deberes; Señor Evans; como siempre que intento leer algo escrito por usted, esta vez también termine sin comprender cuál es su intensión y como siempre, termino con un mal sabor en la conciencia como si algo muy oculto y muy fuera de nuestro plan de hacer patria se ocultara entre sus líneas.
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