Distinguidos y Distinguidas Compatriotas y Heroico Pueblo Venezolano

Si no acudimos, si no hacemos propia la praxis de la Gestión Pública Bolivariana es difícil avanzar hacia dimensiones tangibles, ostensible e históricas que evidencien inequívocamente que si es viable, pertinente, justificada y justa la Revolución Socialista Bolivariana.

Para conseguir la proeza de transitar y consolidar un Estado Bolivariano, de cuajar la República Bolivariana de Venezuela con apego estricto a la Doctrina Bolivariana tenemos que tener consciencia de ella misma, la cual se sintetiza en: “El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad y la mayor suma de estabilidad política” (Discurso de Angostura. 15 de febrero de 1819). Que sumado dialécticamente al Discurso del 3 de 0ctubre de 1821 en Cúcuta donde El Libertador Simón Bolívar sentenció también históricamente: “No puede haber República donde el pueblo no esté seguro del ejercicio de sus propias facultades”.

Repetimos a los efectos didácticos y pedagógicos de crear fidelidad bolivariana y libertadora, el párrafo anterior es la esencia de la Doctrina de Simón Bolívar El Libertador, la Doctrina Bolivariana y es a la vez la definición de verdadera Democracia, la cual está imperturbablemente vigente y a la que solamente Mao Tse Tung Líder de la Revolución China le agregó el término: Popular, Democracia Popular, pero para los efectos nuestros como venezolanos y venezolanas, es la Democracia Bolivariana, la verdadera Democracia Bolivariana.

Pues bien, consentimos en considerar el texto constitucional de la República Bolivariana de Venezuela como el Programa de la Revolución Bolivariana, y el proceso histórico revolucionario en Venezuela concretó con anticipada visión constituyente lo que más le cuesta a cualquier Revolución conocida en la historia de la humanidad que es concebir su Programa y para entender la conceptualización del término Programa acudimos al Padre de la Revolución Bolchevique, Vladimir Ilich Lenín. “El Programa es lo que se aspira y por lo que se lucha”.

En el texto constitucional está el diseño de República, de Nación, de País, al cual aspiramos y por el que debemos luchar incansable y sostenidamente para tener en consecuencia Patria Socialista, Patria Bolivariana; de manera, que si no nos alimentamos, si no nos nutrimos del contenido del texto constitucional es muy posible que dicho contenido se convierta en una quimera, en una utopía más, pero por el contrario! tenemos que dar la batalla ideo-política, predicando con el ejemplo, hablar y hacer para alcanzar los niveles de consciencia y organización que rompa las compuertas del Estado Constituido y dar paso en una transición consciente al Estado Bolivariano, al Estado por Constituir pero hemos de beber –obligatoriamente por consciencia programática- en la fuente constitucional venezolana.

Lo advertía el Comandante Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana, que cometió un grave error en la lucha por la Independencia de Cuba, de “creer que alguien sabía cómo construir el Socialismo”.

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El Comandante Chávez en su indeclinable e insistente prédica de construir el Socialismo en Venezuela sostuvo una prédica consuetudinaria contra la ineficiencia, contra la indolencia, contra la corrupción y exigió que en su gobierno, los y las funcionarias públicas, estuvieran volcados y volcadas al servicio, a ser servidores y servidoras públicas. El propio Comandante Chávez fue el primer crítico contra su propio gobierno y con las y los cuadros más cercanos, fue exigente…pero cuánto cuesta romper en las y en los cuadros, en los revolucionarios y revolucionarias que, a pesar de ser bien intencionados e intencionadas, dados y dadas y formados y formadas académicamente, pero esa formación, en la mayoría universitaria, no fue capaz de hacer añicos los principios, cánones y premisas con las cuales fuimos formados en Centros Educativos y Universidades del capitalismo, puesto que la formación impartida y recibida en estas Universidades y Centros de formación fue y es para mantener el statu quo y que muchas veces, las fuentes de consulta son y es toda la literatura de gerencia relativas al “milagro” estadounidense, “el milagro” europeo o “el milagro” japonés – que no subestimamos esa literatura- pero que no es cónsona con nuestra esencia Bolivariana, venezolanista, latinoamericanista, esta fue una alerta y preocupación constante del admirado y ya desaparecido en tan mala hora, el Prof. Jesús “Negro” Rivero que lo manifestó en sus libros, cursos, talleres y conferencias.

Ya muchos revolucionarios y muchas revolucionarias consideran inapropiado e impertinente el término de Gerencia porque lo estimamos insuficiente y carece de visión estratégica ya que el término adecuado es Dirección Socialista que es operar con pensamiento de direccionamiento estratégico en consonancia con el Programa y la Plataforma de Lucha.

En aras de contribuir con tan sensible situación consideramos muy necesario romper la compuerta de la inercia, de la lírica revolucionaria que nada aporta, la crítica pérfida, carente, sin valoración atinada de lo acertado y de lo oportuno, cargada exclusivamente de voluntarismo y desconociendo a todas luces la necesidad de que las y los cuadros de la revolución tenga además del compromiso y convicción con la Doctrina Bolivariana, tenga en su arsenal político e ideológico el conocimiento y apego al uso científico de las Ciencias y Técnicas de Gobierno.

Si admitimos que el texto constitucional es el Programa de la Revolución, que es nuestra brújula republicana, que es nuestro mapa de vuelo republicano, entonces arribamos a la conclusión adelantada, que “Dentro de la Constitución Todo! fuera de la Constitución Nada!”

Sustenta el criterio de apego estricto al texto constitucional lo siguiente, el Artículo 7 de los Principios Fundamentales que dicta como imperativo jurídico: “La Constitución es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta Constitución”.

Complementa lo anterior el Artículo 131 “Toda persona tiene el deber de cumplir y acatar esta Constitución, las leyes y los demás actos que en ejercicio de sus funciones dicten los órganos del Poder Público”.

La prédica del Comandante Supremo Hugo Chávez Frías de exaltar la importancia táctica y estratégica de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consiguió más eco en las comunidades, no así, en quienes dirigen la institucionalidad del Estado constituido por lo cual se dificulta avanzar hacia el Estado por Constituir porque se desestima el contenido del texto constitucional el cual debe ser enriquecido, nutrido, por nuestro aporte histórico, con nuestros intelectuales, capaces y honestos, patriotas, bolivarianos, nacionalistas, revolucionarios y socialistas.

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Con respecto a la Gestión Pública Bolivariana el texto constitucional vigente en su Exposición de Motivos dicta: “Concebir la Gestión Pública como un proceso en el cual se establece una comunicación fluida entre gobernantes y pueblo, implica modificar la orientación de las relaciones entre el Estado y la sociedad, para devolverle a esta última su legítimo protagonismo. Es precisamente este principio consagrado como derecho, el que orienta este Capítulo referido a los derechos políticos”.

En el libro Hombre, Ciencia y Técnica de Víctor Afanasiev conceptualiza como Gestión “Es una cualidad inherente a la sociedad en todas las etapas de su evolución, tiene carácter universal y emana de la naturaleza de la sociedad tomada como sistema, del trabajo social y colectivo de los hombres, de la necesidad de coordinar los procesos de producción y la vida de intercambiar los frutos del trabajo material e intelectual”.

Pues bien, en el Artículo 62 constitucional “Todos los ciudadanos y ciudadanas tiene el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas.

“La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garanticen su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica”.

Si analizamos exhaustivamente el artículo 62 irrita en demasía cuando hablamos de Contraloría Social reduciendo, constriñendo, la participación protagónica del pueblo en tan sólo un segmento de lo cual está facultado constitucionalmente que es: Formación, Ejecución y Control, donde está el lomito de la participación es en respetar la triada: Formación, Ejecución y Control y para la participación en esa triada del Pueblo. “Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica”. Contraloría es una fase tardía. Control para los efectos gráficos vale recordar que: “después del ojo afuera…no vale Santa Lucía”.

Porque tendrá viso convincente de Socialismo cuando el pueblo participe en todas las fases del plan elaborado para la gestión de una empresa o una institución, del propio gobierno, ya sea nacional, regional y local e inclusive comunal; por cierto no queda por fuera los planes tácticos y estratégico de las FANB, acostumbrando al pueblo y a quienes dirigen toda la Administración Pública a presentar sus balances parciales y finales de manera adecuada y oportuna exaltando en el cumplimiento de sus funciones, con los principios de honestidad, participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad. E igual los cargos de elección popular el Artículo 66 constitucional les obliga a rendir cuentas según el programa que presentó para optar a dicho cargo.

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Por lo tanto, se debemos recurrir al imperativo jurídico del Artículo 3 constitucional para evaluar, autoevaluarnos, evaluar todo el quehacer institucional, y evaluar a las y a los cuadros en lo personal y verificar si vamos por el camino correcto. “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía y cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución. La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines”.

Se debe acudir al ejercicio de la política, a la visualización de lo político con rigor científico, vale decir con conocimiento de causa de las Ciencias y Técnicas de Gobierno para así servir, para crear cada vez más las mejores condiciones de vida del pueblo, de la salud institucional de la patria y la ética para el mejor desempeño de la política y sus tomas de decisiones, por eso nos advertía y parafraseamos a Vladimir Ilich Lenín, cuando observamos todo el desarrollo de la política y sus tomas decisiones debemos preguntarnos de inmediato, ¿a quién beneficia? Esta pregunta es muy válida para los proyectos que están en el tapete de la política venezolana, al servicio de quién está el Modelo de la Patria con el Socialismo Bolivariano y al servicio de quién está el Modelo Neoliberal.

Por lo tanto, si revisamos el Artículo 299 alusivo al Régimen Socio Económico y la Función del Estado en la Economía, el mismo da cuenta que: “El régimen socioeconómico de la República Bolivariana de Venezuela se fundamenta en los principios de justicia social, democracia, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, productividad y solidaridad, a los fines de asegurar el desarrollo humano integral y una existencia digna y provechosa para la colectividad. El Estado, conjuntamente con la iniciativa privada, promoverá el desarrollo armónico nacional con el fin de generar fuentes de trabajo, alto valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de la población y fortalecer la soberanía económica del país, garantizando la seguridad jurídica, solidez, dinamismo, sustentabilidad, permanencia y equidad del crecimiento de la economía, para lograr una justa distribución de la riqueza mediante una planificación estratégica democrática, participativa y de consulta abierta”.

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RETOS Y DESAFÍOS DE LA GESTIÓN PÚBLICA:

*Que el pueblo trabajador revolucionario asuma la dirección de los medios de producción.

*Asumir, defender y profundizar la Revolución Socialista Bolivariana.

*Acelerar los cambios estructurales y superestructurales acorde con el Programa y el Plan de la Nación 2013 – 2019 para alcanzar el Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia bajo la direccionalidad de una Plataforma de Lucha.

*Sistematizar las buenas prácticas laborales, institucionales, sociales y que estas sean insumos para una nueva teoría revolucionaria al servicio del Proceso Socialista Bolivariano que supere la herencia legada por la praxis política tradicional, además por las que generan nuestras universidades cuyas teorías, análisis y formación académica están imbuidas de la concepción del Neoliberalismo disfrazada del inútil término burgués de Gerencia el cual queda disminuido y es contrarrevolucionario al lado del término Dirección Socialista de la Sociedad que es el concepto adecuado a la perspectiva socialista.

Es imperativo, es de vida o muerte deslastrarnos de toda esa teoría y concepciones vacua del capitalismo – imperialismo que por snobismo o farandulerismo pseudo revolucionario las utilizan para deslumbrar a los y las desprevenidas o principiantes de la política pero que en esencia mantiene el mismo statu quo capitalista – imperialista porque lamentablemente algunos intelectuales desdeñando el hilo histórico de Venezuela y de Latinoamérica están siempre con la mirada intelectual puesta hacia Europa, Japón y hacia EE.UU. y repiten como un credo las premisas intelectuales y teóricas de países hegemónicos porque los hechos demuestran que ya están obsoletas, porque si no, veamos la ineptitud de los gobiernos arrodillados al Gran Capital y veamos las condiciones de vida de los pueblos de esas latitudes.

El fin último de toda esta estrategia experimental en Venezuela, en la Venezuela Socialista, en la Venezuela Bolivariana, Chavista es construir como lo visualizó el Libertador Simón Bolívar en el Discurso de Angostura: Construir una Sociedad Justa y Amante de la Paz: el Socialismo.

*Periodista y Profesor Universitario

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