Escuché al ministro Andrés Izarra decir que el impulso a la actividad turística debe ser generadora de divisas tanto o más que el petróleo.
Venezuela con sus 4.208 kilómetros de costa es el país con la mayor extensión costera hacia el Caribe, esto hace que desde cualquier punto del norte venezolano se pueda salir vía marítima o aérea, sin ningún tipo de obstáculos, hacia cualquiera de las islas que componen el arco caribeño.
A pesar de esto nuestra relación con cualquiera de las economías y sociedades que componen este ámbito va de escasa a nula, este fenómeno viene dado, según mi criterio, a la diferencia cultural y al idioma; estas dos barreras han permitido que un muro invisible pero palpable se haya formado y acentuado a través de los siglos entre nuestras comunidades.
Aun con las comunidades hispano parlantes como República Dominicana o Puerto Rico es muy escasa la interacción, solo con Cuba y eso desde que la revolución nos acercó por afinidades ideológicas hay una cada vez más estrecha relación de cooperación e intercambio.
Las comunidades del Caribe en su gran mayoría son sociedades estrechamente ligadas a Inglaterra, Francia, Estados Unidos y Canadá; esto es un ingrediente adicional para hacer un poco más difícil nuestra interacción.
Ese es el escenario en líneas gruesas, así ha sido desde los inicios de la transculturización y colonización que sufrió la América toda; así ha sido, pero no necesariamente así debe seguir; debemos nosotros ir rompiendo ese muro que nos separa, digo debemos porque es una obligación con nosotros mismos volver a unir los pedazos en que fue dividida la América por la invasión colonizadora.
Nuestros primeros habitantes fueron sociedades muy territorialistas mas sin embargo eso no les impidió hacer intercambios comerciales, hay indicios claros de estos movimientos entre nuestras costas y las islas de Trinidad, Grenada, Saint Vincent, Saint Lucia, Aruba, Curacao, Bonaire, Santo Domingo.
El estado venezolano en la actualidad está haciendo esfuerzos de integración con la comunidad del Caribe, mas sin embargo el grueso de nuestra intención se mantiene hacia economías fuertes como las del MERCOSUR; hay que hacer un mayor esfuerzo y mirar al Caribe con mayor atención; hay que ver al Caribe como un potencial aliado.
El comercio marítimo internacional ofrece una de las posibilidades de desarrollo más estimulantes para los productores de cualquier país; Venezuela tiene la particularidad de tener una línea costera de grandes dimensiones que le permitiría tener puertos para incursionar en esta importantísima actividad económica generadora de divisas; para esto, claro está, habría que llegar a acuerdos aduaneros, convenios de comercio entre los estados y toda esa estructura burocrática que permite ese tipo de actividades; amen de estabilizar la producción de productos exportables.
A simple vista no parece fácil pero es necesario hacerlo, es necesario dejar de ver solo al Sur y empezar a ver hacia el Caribe.
La actividad por excelencia para acercarnos en función de estrechar nuestra amistad y unión con el Caribe es el Turismo; esta industria ecológica y sana, bien enfocada, es de un potencial inmenso, tanto por el impacto que podría tener en nuestra economía como en la interacción de nuestros pueblos.
Esta actividad tiene muchas ventajas ya que depende más que todo de la infraestructura para hacerla posible, es decir muelles, embarcaciones, aeropuertos, aviones, hoteles, restaurantes, trasporte interno etc…la mayoría de los países, unos más otros menos, tienen esa estructura en condiciones de operatividad que va de buenas a excelentes; Venezuela tiene una muy buena estructura y cuenta, además, con una experiencia en turismo en un nivel aceptable.
¿Que nos falta para ir al Caribe? Voluntad y ganas, solo eso, disponemos de una geografía increíblemente atractiva una personalidad amigable, hospitalaria y de una calidad humana sin comparación; entonces solo nos falta invertir en lo que le falte a la infraestructura existente y salir al Caribe.
Le propongo ministro Izarra la activación de un proyecto turístico, enmarcado en el Turismo social, sin los lujos exagerados de quienes venden el crucero como un gran centro comercial flotante y dejan para ultimo (casi sin importancia) el destino, sino por el contrario un crucero donde se pueda viajar cómodamente a descubrir lo más importante: la geografía y la personalidad de nuestros vecinos del caribe, así como invitarles a descubrirnos y compartir nuestro amigable estilo de vida.
Este proyecto del que le hablo fue visto por el entonces Ministro de turismo Castro Soteldo, aprobado por la Ministra Titina Azuaje, extendida su certificado de factibilidad por el Ministro Morejón pero nunca financiado por la banca, lo que hace que continúe en la gaveta de la esperanza.
El proyecto tiene como finalidad Armar una flota turística cuya misión sea la conquista del Caribe, con la intensión de que seamos nosotros los nuevos conquistadores, los conquistadores del amor, de la unidad y de la paz.
Miremos al Caribe, ahí está nuestro futuro, así como está nuestro pasado, tenemos justo al frente el destino turístico más cotizado del mundo y la islas caribeñas tiene al frente nada más y nada menos que a los americanos de corazón más noble forjadores de libertad y paz habitando un paraíso llamado Venezuela.
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