En este momento histórico del desarrollo de las múltiples pasiones revolucionarias en abierta contradicción con los órdenes de dominación aún vigentes y operantes, a nadie puede quedarle dudas que es la oportunidad para dar un “golpe de timón” y girar hacia una radicalización de la revolución popular, anticapitalista, emancipadora y democrática.
El superar el totalitarismo del capitalismo sea financiero o de Estado es un punto de quiebre crucial en este proceso. Su superación no vendrá de un decreto aparecido en la gaceta oficial.
Confrontar abiertamente todo orden de dominación con una agenda emancipadora propia del sector popular revolucionario implica la crítica fundada en donde quede claro cuales sujetos condensan esos órdenes de control y dominación, así como sus prácticas concretas. Independientemente del lugar de donde procedan.
Ello obviamente incluye a todos los sectores de la derecha tradicional con sus pretensiones de restauración del orden de la IV república, en abierta colusión con los poderes imperiales. Así como a los elementos incrustados en el aparato del Estado con la finalidad de medrar bajo los recursos públicos en circuitos delincuenciales de corrupción, derechistas vestidos de rojo y contra-revolucionarios internos. En pocas palabras, todo factor que detenga el avance emancipatorio del Poder Popular Revolucionario.
Es imperioso desmarcarnos de la agenda del Estado en la construcción de otro modo de relación social. Vanas serán nuestras luchas si las seguimos enfocando desde las ejecutorias de una burocracia que ha mostrado sus límites para radicalizar la revolución.
Las múltiples sujetualidades desde sus demandas específicas y de lo general en que convergen, con sus propias formas organizativas, acrecentando la pasión y voluntad de lucha desde cada vez más elevados niveles de politización, estamos llamados ha constituirnos en frentes unitarios para construir la propia agenda de los sectores sociales, políticos y revolucionarios populares fuera de la ejecutoria del gobierno para profundizar el proceso revolucionario.
Construir un verdadero Poder Popular Revolucionario es una tarea inmediata sin el cual nos jugamos la real restauración de las fuerzas contra-revolucionarias. Insurgir pues contra cualquier orden de dominación y formas de control fuera y dentro del Estado con dirección colectiva de tal forma que pueda ejercer el autogobierno en todos los espacios y dimensiones a la vez que subordina al aparataje estatal y su funcionariado a la satisfacción inmediata de las demandas populares así como a sus objetivos estratégicos.
El dique de contención de la avanzada, y muy real posibilidad de restauración, del bloque de la derecha del capitalismo financiero está en la constitución de un Bloque Popular Revolucionario organizado en torno a sus objetivos estratégicos claros, desplegando su pasión de lucha en insurgencia abierta contra los órdenes de control y dominación.
Secretariado Político de la Dirección Política
Insurgencia Comunista
Mayo de 2013
