El Comandante supremo de la revolución nos abrió la puerta al socialismo del Siglo XXI; y nos dijo que nada está escrito, pero que todos podíamos aportar una línea ,o dos, o más, o las que sean necesarias, en el gran libro de la patria; en el gran libro del socialismo nuestro.
El comandante se nos fue temprano y el mayor problema con que nos encontramos no es ni siquiera con la guerra del bando antichavista, que utiliza el acaparamiento, la burocracia, el sabotaje y el boicot a la producción como poderosas armas de guerra. El mayor problema con que nos encontramos es con nosotros mismos; porque con amigos así quien necesita enemigos.
Nicolás Maduro es el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela y eso es todo; tenemos al primer presidente chavista y este tiene seis años para hacer su gobierno; la oposición se encargará de criticarlo, de sabotearlo, de enfrentarlo; ese es parte de su trabajo natural; nosotros no podemos ocupar ese espacio; ¿hasta cuándo vamos a ver artículos de sesudos chavistas, ideólogos de la revolución que se empeñan en saber más que Maduro sobre cómo ser presidente en treinta días y que se empeñan en criticarle hasta la forma como lleva el bigote?.
El presidente debe seguir tomando sus funciones de Jefe de Estado y de Gobierno, para eso lo elegimos, no para que fuera Chávez, nadie puede ser Chávez; así como Chávez no pudo ser Simón Bolívar.
Nicolás Maduro está tomando un método llamado “Gobierno de calle”; bueno esa es su forma y lo está haciendo muy bien pues es algo original; en las pocas sesiones que hemos visto se ha observado con cierta preocupación la gran cantidad de problemas regionales que sumados afectan al país en su totalidad y que Maduro, debido a su relativa poca fama aún puede ir en persona a evaluar; es decir tenemos la oportunidad de que nadie le caiga a coba al presidente; como ya sabemos más de uno le cayó al comandante Chávez.
¿Acaso más de uno de los que están apareciendo a criticar están realmente tratando de impedir este tipo de interacción gobierno-pueblo? ¿Acaso los intelectuales chavistas, que saben tanto, deberían ser presidentes en vez de Maduro? Nosotros mismos estamos poniendo en peligro la revolución, más de uno se cree Chávez y más de uno se siente con derecho a criticar al Presidente Maduro.
Dejemos al Presidente Maduro gobernar, dejen la criticadera, agarren mínimo; si Chávez hace falta no es para enfrentar a Mendoza, ni a la oligarquía, ni a la oposición sino para darle unos cuantos chaparrazos a los intelectuales chavistas sabiondos que se sienten con derecho a meter la nariz en las decisiones del Presidente.
En días pasados la prensa nacional e internacional tergiversaron una información que Maduro dio sobre los que no votaron por él y sobre los pagos a la vivienda y no vi un solo artículo de Aporrea ni en la prensa defendiendo lo que realmente dijo el Presidente; todos los articulistas están tan ocupados en ver que hace el presidente para salir a criticarlo que ya ni se enteran de lo que está haciendo la oposición; al punto que ya he escuchado compatriotas en la calle preguntándose que como Maduro pudo hacer algo así; yo envié, por cierto, una nota sobre esto a Aporrea varias veces y sin embargo no fue publicado.
Una sola cosa le hemos pedido a Nicolás y es que mantenga el camino hacia el Socialismo, en lo que eso significa no en el nombre. Que lo haga a su estilo, con sus decisiones, a su forma pero hacia lo que el concepto de socialismo indica.
Ya han pasado catorce años y es mucho lo que hemos avanzado; en un mundo rodeado de capitalistas por todas partes no es fácil implantar el socialismo como forma de vida, pero hay que hacerlo o desaparecerá la raza humana más rápido de lo que le corresponde en el inevitable ciclo de la vida.
El Socialismo teórico empieza por el dominio total del estado sobre los medios de producción; no puede haber economía socialista si la producción de bienes y servicios está en manos privadas; eso es el socialismo teórico; entonces si eso no es posible pues entonces hagamos otra cosa, cambiémosle el nombre, no lo llamemos socialismo; llamémosle Bolivarianismo, llamémosle Chavismo, pero hagámoslo real, con la adecuación necesaria al tiempo que vivimos; busquemos la fórmula que nos lleve a lograrla mayor suma de felicidad posible.
El primer deber de nosotros los soldados de esta revolución es mantenernos unidos en un solo bloque; resaltando todo lo positivo y discutiendo lo negativo sin que necesariamente sea un ataque, como los que estamos viendo (leyendo).
Nicolas Maduro puede lograr el éxito en la encomienda que el comandante Chávez le dejó, pero eso pasa por que nosotros estemos en la capacidad de seguir la parte que se nos comisionó a nosotros cuando por orden directa, en su última proclama el comandante Chávez nos pidió elegir a Nicolás Maduro como su sucesor; de nada serviría que obedezcamos como lo hicimos la mayoría, afortunadamente, si ahora no vamos a seguir la parte que nos toca de cerrar las filas alrededor del Presidente y dejar la criticadera sin sentido y sin oficio.
Los que quieran fama y poder que manden sus currículos para los periódicos opositores o cadenas de Tv internacional que seguramente ahí tendrán la tribuna que desean; aquí no, aquí lo que necesitamos hoy más que nunca es Unidad y apoyo al recién electo Presidente; quien está aprendiendo a serlo al mismo tiempo que nosotros estamos aprendiendo a vivir sin Chávez.
Que la lucha no se pierda; unidad, unidad, unidad o la anarquía nos devorará (Simón Bolívar) Unidad, unidad revolucionaria o no tendremos Patria (Hugo Chávez)
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