Leyendo detenidamente algunos textos de envíos a Aporrea, se pueden sacar varias conclusiones sobre el caso de la grabación y otros relacionados, es el caso que, quizás el legado mas preciado del comandante supremo es el amor que emanó de sus entrañas de ser humano y es precisamente el amor que brilla en ausencia de las letras y decires de muchos camaradas, no se estila odio, éste es ajeno a la causa del chavismo, pero si se denota una ausencia casi absoluta en la forma que muchos se refieren a otros camaradas llámese Mario Silva o algún miembro de los escribidores.
Debemos y tenemos que superar nuestro estadio de vida y hacerlo mas fácil y digerible entre los que de una u otra manera somos activos militantes o simpatizantes de la causa revolucionaria, el Che lo decía “el amor es la primera causa de los revolucionarios”, aunque no fue exactamente así, se desprende de su alegoría lo entrañable que es el amor en la lucha revolucionaria y es este sentido del vivir luchando lo que le otorga profundidad a esta necesidad, el comandante eterno cuando no lo decía lo demostraba hasta el cansancio.
Creo que es hora de apoderarnos de ese espíritu de sobrevivencia humana como lo es el amor, sí el amor por los demás, la transmisión a nuestros hijos y nietos, transferencia inequívoca de que las cosas se están haciendo bien, porque es precisamente el amor y su demostración lo que nos hace diferentes ante la intolerancia y la mezquindad política y no política.
Vamos a revestirnos de lo sublime de la vida, a encarar los asuntos de la patria de manera decisiva, firme, voluntariosa si se quiere, eso sí, busquemos el ladito humano en toda disposición para tratar de convencer a los que enfermos de odio, dejemos en el sumidero de los ruines y viles a quienes solo buscan generar divisiones arteras en la mente de seguidores eventuales que mas temprano que tarde se darán cuenta del engaño y su utilización, seamos por ende mas amorosos con nuestra propia vida.
