A propósito de la actual coyuntura nacional nada mejor que recordar, aunque parezca curioso, al entrenador y maestro del boxeo Ely Montes, quien fuera artífice de las grandes glorias del deporte de los coliflores durante varias décadas. Aquí en Sucre recordamos con orgullo el virtuosismo que caracterizó a Alfredo Marcano, Antonio y Pedro Gómez, “El loco” Cruz Marcano, Vallejito, Jesús y Antonio Esparragoza, Luis Mata, Alfredo Lemus, Pedro Rojas, Nelson Calzadilla y nuestro medallista de oro olímpico, Francisco “Morochito” Rodríguez, entre tantos.
La mejor prueba de su capacidad estratégica fue el resultado obtenido con sus gladiadores, convertidos con su sapiencia en campeones nacionales y mundiales. Sin duda el maestro Ely Montes, bien llamado “La máquina de hacer campeones”, llenó de alegría al pueblo sucrense porque cada vez que viajaba venía cargado de medallas y títulos. Estamos hablando de un estratega. Cada adversario, asalto, pelea y localidad eran escrupulosamente estudiados con el único objetivo de salir victorioso. Dígame estimado lector, ¿cómo se llama esto?
La referencia boxística no es única. Igual aplicación podemos extraer de cualquier deporte que sabemos tiene sus periodos de rigurosa preparación antes de las confrontaciones. No es casual que La Vinotinto haya tenido un periodo de aclimatación antes de enfrentarse con éxito a Bolivia a una altura de casi los tres mil metros.
Bien, lo dicho anteriormente es a propósito de la campaña de desestabilización que nos ha venido aplicando la derecha económica y oligárquica con seguidos golpes bajos, que en el argot boxístico también son ilegales. El demostrado acaparamiento y la aplicación de la operación morrocoy en la producción y distribución de productos básicos están golpeando el estómago del pueblo.
Conste que esta coyuntura tiene una connotación diferente a la vivida en el paro de los fascistas en el 2002-03. Aquella fue nefasta y el pueblo tenía en los golpistas plena identificación de la total ausencia de alimentos y servicios. Pero, como nunca, los venezolanos estaban resteados con su Presidente. En esta oportunidad pareciera que están a punto de meternos los dedos en los ojos, cuando casi logran que mucha gente reaccione señalando al gobierno como responsable del desabastecimiento de algunos productos de la dieta básica.
En la respuesta que aspiramos ante esta evidente guerra económica que confrontamos se mezclan iniciativas y planes a corto, mediano y largo plazo. Si bien, la clave está en la producción, no es menos cierto que nuestro gobierno está obligado a asumir políticas agresivas que pasan por un diálogo con el sector económico-productivo privado, a quien hay que exigirle compromiso y responsabilidad. De la misma manera, los organismos de vigilancia y control de la producción, distribución y precios deben dar el paso para lograr la credibilidad popular.
Para no olvidarnos del maestro de nuestras glorias deportivas, esta pelea hay que diseñarla a conciencia para salir airosos. No dejarnos arrinconar en las esquinas por la derecha reaccionaria y desalmada que se ríe y aplaude los golpes bajos. Confiemos en las iniciativas del gobierno Bolivariano para derrotarlos por KO.