La Revolución Bolivariana ha pasado por innumerables dificultades, en las cuales, teniendo al frente al Comandante Supremo, se robusteció, pero como toda revolución, nunca dejó de estar en peligro, pues el enemigo enfrentado es, a estas alturas, el más poderoso de todos los tiempos (en compensación suele ser el mas torpe). Hoy con el comandante Maduro en la punta de la vanguardia, transitamos uno de esos momentos, el asedio implacable en el marco de una guerra no declarada de ataque masivo externo e interno, el que no hace más que reafirmarla y colocarla en circunstancias de mayor dificultad, sobre todo para quienes dudan si sigue o no, siendo un proceso revolucionario. Justo en estos trances, es cuando la conciencia revolucionaria debe salir en defensa del legado dejado por el Máximo Líder, que no es otro sino el compromiso adquirido con sus postulados. Más aun cuando el ataque ha hecho mella en las filas revolucionarias, dispersándolas en medio de un mar de dudas, debilidades y flaquezas de todo tipo que pudieran dar al traste con sus aspiraciones en una nueva contienda electoral.
Resumido de esta forma un panorama largamente hostil y peligroso, bueno es recordar que solo la convicción del pueblo luchador es capaz de arrimarnos a las victorias venideras, pero el pueblo responderá en la medida en que sus combatientes de todas las trincheras, sean estas cuales fueren, los guíen hacia ellas, confirmando en la lucha, sus aptitudes revolucionarias.
A continuación enumeramos algunos de estos atributos para que en este trance en especial, recordar que no habrá acaparamiento, escasez, especulación, inflación, ataque financiero, guerra mediática, paramilitarismo o agresión internacional, que pueda doblegar a una revolución que ya derrotó a un imperio tan grande que en su territorio nunca se ocultaba el sol y ello lo logró una vez alcanzada la certeza revolucionaria:
1. La derrota está negada.
2. Solo la victoria orientará el camino.
3. Ninguna circunstancia podrá desviar la senda de la victoria.
4. Todo el potencial revolucionario debe estar destinado a combatir al enemigo.
5. El revolucionario debe cerrar filas incondicionalmente en torno a la unidad, unidad, unidad revolucionaria.
6. La trinchera debe estar orientada en dirección al enemigo.
7. Jamás se debe hacer fuego en el interior de la trinchera y menos hacia el objeto de la defensa.
8. Ningún arma enemiga es más poderosa que la convicción revolucionaria.
9. Las armas revolucionarias deben prender en el pueblo.
10. Toda arma destinada a defender la revolución debe contener su germen.
11. La moral del revolucionario jamás debe descender aun cuando parezca haber motivos para ello.
12. Un revolucionario jamás debe alimentar el pesimismo.
13. El optimismo a toda prueba es la primera condición de un revolucionario.