En los últimos años, en la medida que el Gobierno revolucionario fue aplicando políticas económicas que han ido mejorando las condiciones de vida del pueblo la Iglesia venezolana, de manera muy injusta y para muchos incompatible con los postulados del cristianismo, comenzó a desplegar una campaña mediática para satanizarlo y de esa manera, crear una matriz de opinión adversa que influyera, de forma decisiva, en procesos electorales dándole el triunfo a la Oposición. En buena hora, la mayoría del pueblo venezolano no se ha dejado cautivar por los ataques de la Iglesia.
Nadie niega que haya habido momentos en que se han producido muchas tensiones en las relaciones entre el Gobierno revolucionario y la cúpula directiva de la Iglesia venezolana. Esta ha tenido demasiada injerencia en asuntos que competen, por lo general, al Gobierno. No en pocas oportunidades, lo expreso como católico, la Iglesia se ha colocado exclusivamente al lado de los intereses que favorecen a la oligarquía y perjudican a los del pueblo, a los de los más desposeídos y no olvidemos que por éstos nació, se desarrolló, creció y obtuvo éxitos el Cristianismo.
El compatriota Nicolás Maduro, en su condición de Presidente legítimo de la República Bolivariana de Venezuela, se ha reunido con los dirigentes de la Iglesia venezolana. Cada parte expresó sus ideas y sus inquietudes. Fue un diálogo respetuoso, reconocido así por ambas partes. En ese diálogo nuestro Presidente le recordó a la jerarquía eclesiástica que el comandante Hugo Chávez Frías fue un verdadero cristiano, que mucho quiso hacer realidad los postulados del Señor y entre ellos, especialmente, el de liberar a los pobres, por lo cual, luchó y murió nuestro Señor Jesucristo.
La Iglesia, sin duda, puede jugar un importantísimo papel en la creación de un sistema de justicia y paz, siempre y cuando se ponga de lado de los pobres, de los más desposeídos, de los más necesitados y que resultan ser siempre los mejores creyentes del catolicismo y del cristianismo. El Gobierno sabe ocupar sus espacios y la Iglesia debe saber ocupar los suyos. Sólo así cada quien puede desarrollar con éxitos sus misiones. No es oponiéndose a las políticas económicas del Gobierno para favorecer la posición política de la Oposición como la Iglesia deber enfocar las diversas problemáticas sociales para buscarle soluciones que satisfagan las aspiraciones de las mayorías.
Se han abierto las puertas del diálogo entre el Gobierno revolucionario y la jerarquía de la Iglesia. Hay mucho camino por recorrer. Toda crítica debe ser sincera, objetiva y constructiva. Los sacerdotes tienen el deber de no sólo predicar las ideas del Cristianismo de Jesús sino, muy importante, mezclarse con la gente humilde, con los pobres y luchar junto a ellos por el sueño de su liberación. Ese es el verdadero papel que le corresponde a la Iglesia. Y en esa loable y humana misión la Iglesia debería acompañar al Gobierno Bolivariano y no ser enemigo de las políticas que beneficien al pueblo. El Papa Francisco ha dicho muchas cosas sobre la Iglesia y su jerarquía. Los representantes de la Iglesia católica y cristiana en Venezuela están obligados a reflexionar sobre las palabras del Sumo Pontífice.
La Iglesia, es decir, sus predicadores, su jerarquía eclesiástica y, especialmente, sus sacerdotes no deben olvidar jamás que Jesús dijo: “Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios”.
Así que vamos pues a realizar una obra llena de justicia y de paz, solo así andaremos y viviremos en el camino de la luz.
Luego agregó, aludiendo a su persona: “Aprovechen que dejó a un hijo suyo que tiene en su corazón el mismo sentimiento, el mismo concepto”.
Ese concepto es el de la vida, la alegría, la felicidad y el regocijo, todo junto es el amor; no queda otra alternativa que pueblo, iglesia, gobierno y fuerzas sociales debemos darle forma e impulso, contenido y vigor a la construcción de un mundo nuevo, y una patria grande llena de felicidad.
“Por Chávez Seguiremos haciendo Patria”