Es cruenta la batalla política imperial para justificar la guerra. Obama aparece al frente cuando declara que se ha comprobado el uso de armas químicas por parte del Gobierno sirio y anuncia que incrementará la ayuda militar a los mercenarios invasores. Simultáneamente se realizó una reunión de los ministros de Defensa de EEUU e Israel. Seguramente trataron sobre la guerra para destruir a Siria donde Israel ha estado interviniendo.
Putin y Obama se reúnen y Rusia continúa firme en la convocatoria de la conferencia internacional sobre la paz en Siria, la que es vista con frialdad por Occidente. Ban Ki-moon declara que suministrar ayuda militar "no sería beneficioso" y que no hay solución armada.
El presidente Maduro ha emprendido iniciativas políticas. El gobierno de calle ha sido un punto de partida y ha realizado entrevistas relevantes. Con Lorenzo Mendoza, en el momento en que Capriles avanzaba en el desconocimiento del presidente Maduro y las instituciones venezolanas. El canciller Jaua se reunió con el canciller Kerry, de EEUU. El Presidente con la alta jerarquía de la Iglesia Católica, y ya se debe haber entrevistado con el papa Francisco. Obviamente han reconocido al presidente Maduro, lo que indica pérdida de fuerza del Sr. Capriles. Venezuela mantiene una importante actividad en Unasur, Mercosur y otras instancias internacionales.
Ha dialogado con los medios de comunicación para enfrentar la guerra mediática. Además convocó al Polo Patriótico y consolidó alianzas. Renovó el Consejo de Estado y le ha dado atribuciones para buscar soluciones a la situación económica. Ha anunciado un principio de acuerdo con las universidades, y el ministro Menéndez informó que cesó el paro en la Ferrominera. La unidad basada en el hacer fundamentará las críticas.
La batalla es política y el presidente Maduro la va ganando. La estrategia imperial para derrocar al Gobierno venezolano sigue en marcha. Las victorias políticas los detienen y abren camino a la paz. Esto crea un marco más adecuado para solucionar los problemas económicos. Son legítimos los pactos con el capital. El piso de este proceso debe ser el fortalecimiento del poder popular y la producción social. Las 3R, el golpe de timón, "comuna o nada" y el liderazgo del presidente Maduro, son esenciales.