Es innegable que la gira del Presidente Nicolás Maduro a Europa ha sido exitosa, al igual que lo fue la realizada por varios países de América Latina en los primeros días de su mandato.

La gestión que se proyecta bajo el esquema de un gobierno de calle, trasciende los linderos del Plan de la Patria; mapa de vuelo que nos dejó el Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías y que ahora retoma el Presidente Maduro, al frente de la Revolución Bolivariana.

El tejido internacional es uno de los escenarios donde Venezuela ha entrado a jugar un papel importante y bajo el legado del Presidente Chávez, se abrieron las compuertas para un enfoque multicéntrico y pluripolar uno de los objetivos históricos del plan socialista que quedó sembrado en el pueblo bolivariano.

Entre los actores que hacen vida dinámica en la geopolítica mundial destaca la Iglesia Católica; institución que está unida a los países del mundo, bajo la fe religiosa y una probada diplomacia que rompe los esquemas ideológicos con su asiento en El Vaticano; un Estado con los más disímiles intereses, pero que ha superado a través de la historia, los más complejos cambios políticos y sociales de la Humanidad.

Bajo esa óptica futurista y con una capacidad de adaptación envidiada por todas las formas de organización del hombre en la sociedad; la misma no ha escapado a los errores, a pesar de estar protegida por el dogma de la fe; precisamente, porque es dirigida por el hombre de carne y hueso quien también está tentado a las debilidades humanas, por mucha protección Divina que lo cobije.

En nuestro país los vaivenes del comportamiento de la Iglesia también han sido notorios en la medida que sus más prominentes dirigentes y prelados, han asumido posiciones al lado del Estado y a favor de sus feligreses a quienes dicen representar; sobretodo, en momentos trascendentales de la historia, donde han estado o al lado de las oligarquías y burócratas del Estado o del pueblo soberano.

Soló basta recordar episodios históricos de nuestro país, desde la época de la Independencia, para darnos cuenta su rol y deferencia en la defensa del pueblo o de sus sistemas de gobierno.

Bastaría un paseo histórico con sólo citar algunos ejemplos: La leyenda defendida por el Fray Bartolomé de Las Casas, la posición del padre Madariaga aquel 19 de abril, la posición de los sacerdotes en la Guerra de la Independencia, participación de los seminaristas en la Batalla de La Victoria, los discursos encendidos de Mons. Arías Blanco en la Dictadura Perezjimenista, la complacencia del clero con los gobiernos del Puntofijismo o la más reciente posición asumida, por prelados en solidaridad con el golpe de Estado del 11 de abril contra el gobierno del Presidente Chávez o el apoyo de la CEV a la derecha venezolana, en las últimas contiendas electorales, en la voz de Mons. Urosa Sabino.

Serían muchos los ejemplos que pudiéramos citar en relación a la posición de la Iglesia venezolana con el Estado; donde las reglas de juego están establecidas en la Constitución Bolivariana y su ubicación, dentro de los poderes ideológicos, también están claros para los venezolanos.

No obstante, como dice la canción la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida..¡hay Dios!, pareciera ser que los cambios ahora parecen venir del Vaticano y con la llegada del Papa Francisco, el primer Pontífice Latinoamericano en la historia de la Iglesia, parece que hay señales de cambio en la Cúpula de San Pedro y los nuevos vientos que soplan llegan a la República Bolivariana de Venezuela, cargados de recuerdos de José Gregorio Hernández y de rosarios papales.

Algunas señales son sólo signos que pudieran evaluarse ante la reciente visita del Presidente Nicolás Maduro al Vaticano. Cosas veréis Sancho dijo el manco de Lepanto en su célebre Don Quijote de La Mancha; pero también afirmó en su libro: con la Iglesia habéis topado; sentencia que parodiamos y esperamos sea interpretada en el alto gobierno socialista y por la cúpula de la Iglesia venezolana (CEV):

¡Con la Iglesia habéis topado Nicolás!¡Amén!