En la noche del día domingo 9 de junio, en el C.D.I. de Rancho Grande, Puerto Cabello, Estado Carabobo, se presentó un individuo que se apretaba con ambas manos el estomago fingiendo un fuerte dolor y al ingresar al consultorio de la emergencia de la institución sacó a relucir una pistola y apuntado a los presentes obligó a la médica de guardia a entregarle el teléfono celular y le propinó un golpe en la cabeza a un trabajador de ese centro hospitalario produciéndole una herida.
Ya se denunció en su oportunidad el intento de incendiar este centro el 15 de Abril con motivo del llamado de Capriles Radonsky, a lo cual algunos de sus seguidores pusieron en duda esta denuncia y otros hasta la desmintieron y las autoridades pusieron guardianes uniformado para el resguardo de la institución, pero a los dos días ya retiraron a ese personal.
Nuevamente el C.D.I. quedó sin protección. Me pregunto que si ese personal (venezolanos y cubanos) no merecen ser cuidados. ¿Acaso su labor en pro del venezolano, especialmente de los más humildes de nuestra población, no es meritoria para el reguardo de sus vidas y bienes? ¿Cómo se defienden los pacientes que se encuentran hospitalizados, algunos de ellos incapacitados para movilizarse?
En consideración a la gravedad de esta situación, solicitamos a las autoridades competentes el resguardo de esta Institución y de los otros C.D.I que se encuentran instalados en esta jurisdicción. Nos preguntamos: ¿que si para estos funcionarios las personas y bienes que asisten como pacientes y los que trabajan en estos Centros no son tan importantes como los que asisten a los centros comerciales y negocios de la ciudad?
Como apreciamos la indiferencia de las autoridades regionales, y aunque sabemos que no es de su incumbencia, además conociendo su preocupación por la seguridad de la nación y sus instituciones, le pedimos al Mayor General (Ej.) Wilmer Barrientos, jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb), en el marco de la Operación Patria Segura su intervención en este asunto.
Pedro R. Quintero Gamboa