La verdad es que la grabación dada a conocer por el Alcalde de Caracas Jorge Rodríguez en compañía del ministro de Comunicación e Información Ernesto Villegas, de una conversación entre la diputada María Corina Machado y el profesor Germán Carrera Damas, es una pieza de colección en la historia de las relaciones entre la burguesía venezolana y el stablishment norteamericano.
Más que “un ataque a la intimidad”; como lo calificó la diputada Mary Cory a los medios de comunicación, es una histérica confesión de despecho y de celos ante la acogida del Imperio a un nuevo súbdito y “mercenario”, como representante de sus intereses en Venezuela, por el fracaso de sus peones de turno liderados, hasta ahora, por Enrique Capriles Radonski y la propia María Corina en el escenario de la oposición venezolana.
La decisión unilateral tomada por el abanderado de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) Ramón Guillermo Aveledo de acudir sólo al Departamento de Estado Norteamericano, a develar y confesar el fracaso de los dirigentes de la oposición; es más que un acto de traición, el cual quieren disimular ante sus propios partidarios y una muestra de sus costuras a quienes hasta ahora les habían hablado de unidad.
Mientras esto ocurre, el candidato derrotado Henrrique Capriles Radonski , quien se queda sin el chivo y sin el mecate, acude desesperado a los medios de comunicación de su afecto para mantener su discurso y tratar de conservar un liderazgo que ya perdió y el cual le es arrebatado en sus narices, por el zamarro de la MUD Guillermo Aveledo; uno de los náufragos copeyanos de la IV República.
En política todo es posible y hay que leerla al revés, dijo un viejo filósofo, al comentar las peripecias de unos líderes que cavaron su propia tumba por la avaricia y la falta de visión estratégica y responsabilidad ante el pueblo venezolano.
Además de la falta de seriedad que caracteriza a la burguesía venezolana, en la escogencia de sus representantes, es bueno revisar sus aspiraciones y su falta de escrúpulos a la hora de calibrar su identidad con el país, al cual dicen defender. Su careta se les cae y quedan al descubierto en una “tremendista y demasiado reveladora conversación”, como fue calificada por un medio de comunicación que transcribió la grabación.
Es allí donde la Machado señala: “ ¿Qué tal?...Ahora me enteré yo, que Ramón Guillermo Aveledo le ha dicho, si señor, Ramón Guillermo Aveledo le ha dicho al Departamento de Estado que la única manera de salir de esto es provocar y acentuar una crisis. Un golpe de Estado o un autogolpe porque… o un proceso de atornillamiento y dosmesticación donde se genera un sistema de control social total”.
La verdad es que este mensaje no pudiera conocerse , al menos que alguien lo haya transcrito o entregado a la diputada. El mismo también pudiera revelar el despecho de Mary Cory ante el profesor Germán Carrera Damas, quien más bien se mostró muy cauto y con una actitud de confesor en el citado encuentro.
El asunto es que las grabaciones, que por cierto están de moda no sólo en Venezuela sino en el escenario internacional, han traído un nuevo ingrediente a la política y dice mucho de lo que está detrás de los políticos de la oposición venezolana. La entrevista no fue negada por Mary Cory; al contrario, es sólo una mínima muestra de lo que ella reconoció fue grabada en la biblioteca de la casa del profesor Carrera Damas, quien conversó con su alumna por espacio de dos horas.
La pequeña muestra basta y sobra para conocer las apetencias de esta clase de políticos, quienes dicen representar al pueblo venezolano en contra de la Revolución Bolivariana, desde la llegada del Comandante Eterno Hugo Chávez Frías a Miraflores y ahora contra el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros.
En Venezuela “la procesión va por dentro”. Apenas comenzamos a conocer una parte de los entretelones; porque quedan por develarse muchos de los mensajes encriptados de María Corina Machado y de los patiquines de PJ, quienes viajaron a Bogotá a entrevistarse con Álvaro Uribe Vélez y el prófugo de la justicia Pedro Carmona “El Breve”; a quien por cierto, mantienen en Colombia los apátridas de la conocida organización “Gente del Petróleo”.