El Comandante Hugo Chávez en el 2010, nos alertó acerca de la importancia institucional de la Asamblea Nacional para garantizar la continuidad de la revolución bolivariana, llegando afirmar que Él prefería no ganar la mayoría de las gobernaciones, antes que perder la mayoría calificada o abrumadora en el parlamento. Lamentablemente ocurrió lo contrario, ganamos las gobernaciones pero perdimos la mayoría calificada en la A.N., sin embargo, no es sino hasta ahora que se presenta la oportunidad para entender el por qué los sesudos y experimentados dirigentes políticos dentro del proceso, no escucharon o se dejaron hacer los locos ante lo que quiso decir el Presidente Eterno.
Para mejor explicarme, lo hago con un ejemplo de actualidad: Ante los señalamientos o denuncias, pruebas en manos contra los diputados opositores, Juan Carlos Caldera y Richard Mardo, ante negocios turbios y/o manejos de dinero ilegalmente recibidos por éstos, activándose en consecuencia las instituciones judiciales para proceder a investigar y determinar la existencia de mérito suficiente en conducta delictiva de los casos planteados, -el diputado Mardo, de Primero Justicia por Aragua- tal como ocurrió primeramente en la Fiscalía General, así, en lo propio, pasaría con el Tribunal Supremo de Justicia, debiendo regresar el expediente a la Asamblea Nacional en plenaria, donde se realizaría el debate estrictamente político en torno a la conducta delictiva de los diputados denunciados, que, dentro de la sensatez política, debería concluir en la aprobación del allanamiento de la inmunidad parlamentaria para dar inicio al juicio pertinente que determine la responsabilidad penal y su respectiva y ejemplarizante condena.
Sin embargo, esta decisión final en la Asamblea Nacional deberá pasar por la aprobación de las 3/4 partes de los diputados, es decir, para que estos diputados delincuentes puedan ser enjuiciados como unos ciudadanos comunes y corrientes, como la mayoría de los venezolanos procesados y privados de libertad, en una prueba que pudiera medir la disposición parlamentaria contra la terrible impunidad, se requiere el voto favorable de una mayoría calificada de diputados, cuestión con la que lamentablemente la fuerza parlamentaria del chavismo no cuenta, tal como lo requirió el Presidente Eterno, en el 2010.
Ahora, de caras a las elecciones municipales previstas para el 8/D, es bueno revisar las causas y sus responsables directos en las desacertadas y llenas de vicios y errores para las definiciones e implementaciones de prácticas de gobierno y partidos chavista, por lo cual no se obtuvo la mayoría calificada en el Parlamento Nacional venezolano, que vehementemente exigió el Comandante Chávez, en el 2010; allí encontraremos que están muchos y muchas de los que hoy, con poder político y económico, utilizando el mismo demagógico discurso de la unidad, el consenso y la mal entendida y peor aplicada disciplina, trayendo consigo frustraciones y distanciamientos de la militante llana, se plantean la designación sin consulta, de los candidatos a concejales y alcaldes, así como han hecho en los últimos procesos electorales, para favorecer a personeros que solo representan los intereses personalistas y/o grupales, en detrimento de la participación popular.
Qué hacer? Pensemos e inventemos para encontrar alternativas que nos ayude a no errar.