Hoy jueves, 18 de julio el mundo celebra los 95 años del hombre más humilde, pero inmenso de Sudáfrica y del mundo, Nelson Mandela. Uno de los poquísimos hombres verdadero merecedor del premio Nobel de la Paz. Nelson Mandela permanece estable, aunque en estado muy grave, mientras en la calle siguen las muestras de cariño por parte de los sudafricanos y los pueblos del mundo hacia el líder de la lucha por el apartheid. Ese hospital de Pretoria en el que está ingresado Mandela ha sido precisamente el centro neurálgico del día. Numerosos ciudadanos se han congregado a las puertas del centro para desearle un feliz cumpleaños y han dejado para él tarjetas de felicitación y ramos de flores. Una de las dedicatorias más sonoras ha sido la de un grupo de alumnos de una escuela de Soshanguve, un barrio marginal al norte de Pretoria, que han cantado "¡Feliz cumpleaños a nuestro Mandela!".
Pero los homenajes y buenos deseos para el icono de la lucha contra el apartheid han llegado desde todos los puntos de Sudáfrica y del mundo, de personas de todas las razas y condiciones. Con cientos de actos en todo el país. Sudáfrica y los pueblos del mundo se han volcado en la celebración del cumpleaños de su líder. Gracias a Mandela, Sudáfrica es hoy dueña de su destino. Nelson Mandela, el gigante de la reconciliación mundial y del auténtico humanismo nos lega una admirable lección de fortaleza moral y de responsabilidad política y social. Hombre de probada virtud y firmes ideales, del talante de Gandhi o de nuestro eterno amado comandante Supremo Hugo Chávez, estos tres hombres no sólo le cambiaron la vida a Sudáfrica, India y Venezuela, sino a toda la humanidad.
El gigante de Sudáfrica logró que sus opositores desistieran de su actitud beligerante y que los oprimidos perdonaran. Consiguió la pacífica convivencia entre blancos y negros, siendo él el primer presidente negro de su nación, (1994-1999). Estuvo convencido de que la fuerza de la verdad es superior al terror y rigor de las armas y que sólo por el camino de la justicia se lograría hermanar a un pueblo dividido por el odio y la segregación racial (apartheid). Nelson Mandela, ejemplo para los políticos del mundo. Los 27 años que pasó en la cárcel lo acrisolaron en su carácter y en sus convicciones como para resistir la persecución que sus ideales le granjearon. Una transición pacífica y duradera es la prueba de que no estaba equivocado, de que es posible vencer a las ideologías con la razón, y los fanatismos con el respeto y el reconocimiento del otro.
Camaradas, las celebraciones del cumpleaños del coloso Mandela se han visto ensombrecidas por el largo mes que el líder anti-apartheid lleva internado en el hospital. Pero lejos de desanimarnos, los pueblos del mundo comprometidos con la lucha justa, por darle a los olvidados del mundo la mayor suma de felicidad posible, tiene la finalidad de hacer un gran reconocimiento a Mandela quien dedicó su vida para darle a Sudáfrica el mayor regalo que es posible imaginar: la libertad. Cita de Albert Pike que dice: “Lo que hacemos por nosotros mismos muere con nosotros, pero lo que hacemos por otros es inmortal”. Decía Zondwa, uno de los nietos del gigante de la reconciliación mundial y del auténtico humanismo “Esa es la lección que nos deja su legado, su esfuerzo, y es que él siempre vivirá con nosotros, él vivirá para siempre”.
Con estas pequeñas líneas, quiero rendirle un homenaje, en su cumpleaños (95) a este hombre grande que la tierra no pare todos los días, ¡Viva Mandela!
Solo el pueblo salva al pueblo.
Patria Socialista o Muerte… VENCEREMOS.