Viendo los acontecimientos de la vida de Chávez, descritos con motivo de su cumpleaños 59 este 28 de Julio 2013, vienen en forma arrolladora los recuerdos de catorce años y medio transcurridos desde el arribo al poder de la corriente de izquierda socialista en Venezuela, cumplida por primera vez en nuestra tierra en democracia plena liderada por quien el mundo pasaría a conocer a partir del 2 de Febrero de 1999, como el hombre que marcó la más notable circunstancia política internacional en los inicios del Siglo XXI. Bastaría con promocionarle a las y los venezolanos la posibilidad de escuchar y ver cualquier noche de éstas lo más pronto posible y en cadena nacional, un compendio de los pensamientos, las descripciones y los sueños del “subversivo en el Palacio de Miraflores” como se autodenominó el Comandante Eterno, para entender al ser humano excepcional que nació pobre y creció humilde, murió igualmente pobre en el sentido material pero multimillonario en el cariño nacional e internacional del pueblo, un dirigente político perseguido por la influenciocracia corrupta y la maldad de supuestos demócrata cristianos, social demócratas y tradicionales derechistas conservadores y vende patria del capitalismo salvaje, que desde el mundo de las finanzas pusieron de rodillas los anteriores Jefes de Estado de la “democracia representativa” venezolana, tropezándose desde 1999 con la férrea voluntad de un verdadero líder honesto y popular, al que no pudieron convencer con el oro y la plata que domina y avasalla desde sus mentes retrógradas.
A pesar de padecer la más feroz y sucia campaña politiquera realizada contra un Presidente y el legado de su pensamiento, más allá de haber convencido falsamente a millones mediante el engaño electorero, la componenda, la desinformación y el atosigamiento sufrido por venezolanas y venezolanos para derrocar la revolución bolivariana por él inspirada, absolutamente nadie podrá negar, que Hugo Rafael Chávez Frías barinés nacido el 28 de Julio de 1954 no engañó nunca en sus propósitos patrióticos, sino que la tradicional, emblemática y mendaz influenciocracia supuestamente “demócrata”, se engañó con el pensamiento incorruptible de Chávez, plasmado en múltiples planes y proyectos que hoy tienen a Venezuela como ejemplo de soberanía y bienestar, desnudando la mal llamada “democracia representativa”: fracasada, infeliz, abusiva, torturadora y comprobadamente asesina, que a punta de billete y mentiras aspira regresar.