La clase media no existe. La clase media forma parte del batiburrillo conceptual creado por la cultura occidental para justificar el estatus quo y para tratar de contener la lucha de clases expresión de las relaciones sociales de producción capitalistas.
Lo que sí existe es un conjunto de mujeres y hombres alienados – comerciantes, profesionales, empleados, artistas, intelectuales, deportistas, trabajadores independientes, etc. - que se auto perciben ubicados en una espacio privado y exclusivo que los separa y distingue de los pobres
Mujeres y hombres compitiendo entre sí para por ascender un peldaño en la escalera que creen conduce al cielo de la riqueza. Mujeres y hombres que le tienen miedo al chavismo y a los chavistas y desprecian al perraje, a la chusma, a los niches, a los malandros, a los pata’ en el suelo, a los pobres de Gino González.
Mujeres y hombres que esconden la cabeza como el avestruz para no ver ni oír nada que pueda alterar su pequeño mundo o los ponga a dudar de su condición de buenas personas y buenos cristianos. Mujeres y hombres que prefieren que les mientan a enfrentar sus miserias. Mujeres y hombres que necesitan creer que no están equivocados y que un capitalismo copia del capitalismo yanqui es el único que les puede ofrecer el nivel de vida que ellos consideran decente. Mujeres y hombres que conforman el voto duro de la oposición y están dispuestos a apoyar cualquier cosa, incluido un atentado o un golpe, con tal de salir del chavismo.
Dada la dependencia de nuestro proceso de las elecciones, tenemos que centrar nuestra campaña en lo que realmente nos interesa. En lograr que los residentes en los sectores populares voten y lo hagan por nuestros candidatos. En recuperar los votos de chavistas de bajos y medianos ingresos apáticos o decepcionados y en abrirle los ojos a los engañados y captados por la oposición.
No tenemos tiempo ni recursos para gastar pólvora en zamuros, para tratar de convencer a la fulana clase media para que vote por nuestros candidatos contra lo que considera sus intereses. La conquista de esa media clase, como la llama una camarada, se ha venido constituyendo en un espejismo electoral inalcanzable como todo espejismo. Los diversos movimientos creados para ello: ni- nis, clase media en positivo, clase media socialista, etc. han fracasado y lo han hecho porque son estructuralmente inviables.
Las próximas elecciones son vitales para el futuro del proceso, ya tenemos experiencia y no podemos permitirnos más aproximaciones por ensayo y error. Hay que escoger candidatos que merezcan el apoyo popular y hay que concentrarse en trabajar para garantizar que ese apoyo se traduzca en votos.