Hugo Chávez y el chavismo, surge como un gran movimiento de protesta. Protesta contra las condiciones de pobreza extrema, desigualdad y corrupción. También fue y es una protesta contra la incapacidad y la falta de voluntad de los gobiernos del pasado para impulsar un régimen de justicia social efectivo.
Es también una protesta y el rechazo de los ciudadanos contra las fuerzas económicas del libre mercado y la participación mínima del Estado en asuntos sociales, económicos y hasta políticos, que impuso el consenso de Washington a sangre y fuego en estas latitudes. Los latinoamericanos, pero sobre todo los venezolanos hoy, nos vemos con nuestros propios ojos y juzgamos las políticas estadounidenses en todo el mundo y las criticamos; nos oponemos y las rechazamos.
Estos amplios grupos de movimientos sociales, surgen de las condiciones sociales propias de cada país. En Venezuela fueron y son lideradas por el ejemplo de Hugo Chávez. En Brasil por Lula, en Argentina por los Kirchner, en Bolivia por Evo y en Ecuador por Correa.
Definitivamente estos movimientos sociales apuestan a una democracia viva, con un amplio compromiso de justicia social, proscripción de la pobreza y que el sistema mundial sea equitativo. Frente a estas necesidades acumuladas por años y que fueron ahogadas, desaparecidas, encarceladas y asesinadas durante décadas, esta marea de pueblo desencantado y arrecho decidió expresar su descontento en las urnas. No tomamos las armas, ni huimos para las montañas, ni estamos poniendo bombas o participando en conspiraciones terroristas: al contrario; decidimos utilizar el sistema que se nos impuso, para rebelarnos contra él; y cómo lo hacemos? VOTANDO. Decidimos el camino de los cambios profundos, por la vía de la expresión democrática de la voluntad popular. Lo que algunos autores les gustan llamar la “democracia electoral”.
Ahora bien, esta democracia electoral sólo es el componente inicial para activar todo un proceso social, económico, político y cultural –en el caso venezolano es más profundo aún pues Chávez logró también que estos cambios de lograran en el nivel militar- que ha dado como resultado cambios profundos en el estamento Constitucional y legal venezolano y Latinoamericano.
En este camino que hemos recorrido distintas tesis han tratado de explicar este fenómeno político y social que ha representado el surgimiento de estos movimientos sociales en la región y la forma como vemos la democracia. Una de ellas cuyos autores fueron Smith y Zacaria, es la tesis referida a las democracias iliberales. Estas democracias iliberales eran aquellas que se oponían al sistema liberal y por tanto, llegaban al poder mediante elecciones, sin embargo, una vez en el poder perdían “legitimidad” pues se difuminaban los límites entre los poderes, se extralimitaba y expandía el poder del Estado y se propagaba hasta borrar las líneas entre éstos, no existiendo contrapeso; rallando en el populismo y la dictadura. Otra tesis de factura más reciente es la divulgada por Levitsky, quien plantea que ya no somos democracias ni siquiera electorales sino que somos “regímenes autoritarios competitivos” y en ese combo incluyen a Nicaragua, Bolivia, Ecuador y por supuesto a Venezuela.
Esta tesis nos plantea que si bien se llega al poder mediante elecciones –en el caso venezolano- ya eso no es suficiente, pues hubo fraude ya que desde el Poder Ejecutivo omnipresente se controla el sistema electoral, al Tribunal Supremo de Justicia, al Poder legislativo y por esta vía se hace fraude sin que nadie pueda hacer nada, perdiéndose por tanto la calidad democrática, haciéndola débil y propensa a las dictaduras “legales”.
Estas tesis académicas, su irradiación desde las escuelas y universidades, la publicación de textos, así como las réplicas por los distintos medios de comunicación, constituyen el lobby que desde los centros de poder se hace para deslegitimar nuestros procesos independentistas, tratando con ello de influir en la opinión pública, en las percepciones que tienen el ciudadano común: Ahora bien esto se hace para qué? Para conseguir torcer la voluntad popular de continuar por el camino de la liberación provocando abstención y desencanto, lo que como consecuencia provocaría la pérdida del poder político y económico –manejo recursos petroleros en el caso venezolano- a manos de la derecha, que se pinta como la dócil oveja que ahora sí visibiliza a los pobres y hasta los quiere.
Quizás por eso resulta tan importante entender la importancia estratégica para el proceso revolucionario venezolano de cada triunfo electoral: la única forma de garantizar su legitimidad y su continuidad es jugar con sus mismas reglas, permitiendo así que el camino de la democracia electoral, popular, participativa y protagónica se consolide.
No nos tapemos los ojos, este 8 de diciembre lo que nos estamos jugando no son solamente las más de 300 Alcaldías y los cargos en los Concejos Municipales: NO. Lo que nos estamos jugando es el retroceso a tiempos oprobiosos y nefastos para la República, estaríamos renunciando a nuestra arrechera levantisca contra el sistema mundial, que se ha convertido en una fábrica de producir pobreza y miseria alrededor del mundo.
Estaríamos renunciando a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela -sino vean las declaraciones del capo de la oposición quien declara que la puerta para cambios profundos en la Constitución mediante una Asamblea Constituyente, se logrará una vez ganen la mayoría de las Alcaldías y Concejos Municipales-; si le damos la espalda -aún con nuestras diferencias- a las elecciones del 8D porque estamos cansados, porque no hay papel sanitario o harina de maíz, o con razones serias como por ejemplo que los alcaldes nuestros hicieron mala gestión y aplicamos el voto con el hígado (voto por rabia o mejor conocido como voto castigo); estaríamos renunciando al legado de Chávez, dándole además una patada a su ejemplo de vida, pues su sacrificio resultaría en vano.
La estrategia de la oposición es clarísima, por una parte no cesa la guerra económica, con distribuciones puntuales de ciertos productos no en todas las zonas igual, y un completo abandono para las zonas del Oeste de la ciudad y del interior del país -donde somos más fuertes- problemas con la luz que aún persisten, acusaciones permanentes de fraude a nivel nacional y ahora van con el lobby internacional lo que enturbia el ambiente político; estrategia electoral ésta que busca potenciar la rabia afectando sobre todo a las mujeres -quienes generalmente somos las cabezas de hogar y salimos al mercado a comprar-, produciendo insatisfacción que pudiera reflejarse en la percepción familiar y con ello ver afectada la percepción pública, lo que definitivamente puede llegar a dañar nuestra votación.
Recordemos por tanto, que lo que nos estamos jugando este 8D y recordémoslo siempre pensando en el proceso, mucho más allá de las inconsistencias de algunos funcionarios y de su pésima gestión. Siempre es mejor poder trabajar con un aliado que con la derecha. A la derecha ni agua.