Materia pendiente

Volvemos a la carga con el tema de la corrupción, suerte de histórica materia pendiente, que pareciera inmune a la pretensión de refundación ética y moral de la nación y, por el contrario, se ha ido enraizando en la sociedad venezolana. Preocupante asunto, que, a pesar de los esfuerzos del actual gobierno, se ha convertido en una estrategia oportunista de ataque y descalificación político-electoral.

Enfrentamos aún el reto de la refundación, tal como reza en el Proyecto Nacional Simón Bolívar, en lo referente a la Ética Socialista. Allí se plantea la sustitución de la extendida “subcultura de la corrupción y el soborno como medios de acelerada acumulación de bienes y riqueza monetaria” por la “cultura del trabajo creador y productivo”. Transitaría la refundación los caminos de “la justicia social, la equidad y la solidaridad entre los seres humanos y las instituciones de la República.” Y sin embargo, constatamos que aun prevalece el individualismo egoísta, la codicia personal, y el afán de lucro desmedido, en tanto pilares y motores de la corrupción.

Más allá de cualquier normativa establecida, la corrupción es todo aquello que atenta contra principios y valores de un Estado Social de Derecho y de Justicia. En un sentido amplio no se limita al acto definido como tal en la legislación existente, sino que incluye aquellos comportamientos que la promueven. Además, la legalidad puede llevar implícita la corrupción (Recadi, Sitme) por cuanto genera “rendijas” para transgredir los límites, socialmente aceptadas y, en ocasiones celebradas, en tanto manifestaciones de la viveza criolla.

Desde una perspectiva sociológica se considera desviación cualquier acto o comportamiento que viola las normas de una colectividad y, consecuentemente, conlleva algún tipo de sanción. Independientemente de lo grave que pueda ser un acto, ningún comportamiento es inherentemente desviado sino que depende de la respuesta y la definición que la sociedad le atribuya. La corrupción es entonces una cuestión de definición social y existe solo en relación con las normas sociales que prevalecen en la Venezuela actual.

¿Qué sucede cuando las diversas manifestaciones de la corrupción no son detectadas o no son definidas como transgresiones? ¿Por qué si la corrupción viola reglas y leyes, aparentemente nadie la ve o se la ignora? ¿Qué ha sucedido con los dispositivos de control social y legal? ¿Por qué la impunidad?
maryclens@yahoo.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2375 veces.



Maryclen Stelling


Visite el perfil de Maryclen Stelling para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Maryclen Stelling

Maryclen Stelling

Más artículos de este autor