¿Derivosaurio, yo?

No dudes, Dorothea, es peor que blasfemar

Doty, tu obra estáj: buenísima. Es una exquisita combinación de técnica, creatividad y conocimiento del tema, pero sobre todo de estructura, perspectiva y ese movimiento... Lo digo ahora con las mismas palabras que te lo dije hace dos semanas, a mitad de diciembre. ¿Te acuerdas? El preciso día que me respondiste que las esperanzas eran las últimas que se perdían.

Mira, entre todos los recién graduados, las mejores promesas que tiene el país… que digo país, digo de esta región del hemisferio, eres tú, mi dulce canelita, y el Martín. Claro, el orden de los factores no altera el producto. Tú sabes como soy yo de sincero. Con guabineos y dobles discursos no quiero ni un tantico así. Si por algo tengo la reputación que tengo es por mantener mi estricta coherencia, que espero, mi cosita bella, te hayas dado cuenta.

La verdad va por delante. A lo mejor no te va a gustar del todo lo que sigue, qué si se mira bien, no pasa de ser un detalle sin mayor importancia. Te lo digo de una vez como igual te lo puedo repetir con cada una de las palabras dentro de cincuenta años: Martín tiene más futuro que tú en este competitivo séptimo arte. ¿Qué pasó, cariño? No te pongas así, no lo digo por mal, pero tampoco hay que estarse cayendo a coba: el futuro de él ni tú misma te lo imaginas a favor tuyo. Fíjate que su padre es el dueño de una de las más importantes productoras audiovisuales de mayami. Por cierto, me ofreció encargarme del departamento de posproducción, también me dijo que me iba a llamar, pero hasta ahora no… ¿No te lo conté?, ¿no? Es que las carreritas de graduación me desbordaron el CPU mental.

Te digo más, pues con la verdad no hiero a nadie, pues callarse las cosas es muy fácil, de valiente es la sinceridad: nunca antes fue más acertado aquel refrán, que, actualizado A mi manera, quedará escrito como: Si así arden las ramas verdes, cuántas cúspides escalará Martín en el universo audiovisual. ¡Ayyy!!!, ¡Doooty, qué codo más huesudo tienes! Y esos rayos tuyos que anuncian precipitaciones de diluvio. Por favor, No digas nada. Antes cuenta hasta diez y respira profundo. ¡¿Qué?!!! ¿Se me acabó la esperanza? Pero bueno, Doty, bájale dos. Una opinión es una opinión, y de ningún modo algo concluyente. ¿Quién no sabe que entre gustos, colores e imágenes no caben disgustos? No pierdas la chaveta.

¿Derivosaurio, yo?, ¿por qué? Okey, okey, no hay por qué polemizar ni salirnos del tema. Cálmate, memoriza y vas a recordar que siempre he defendido tu talento hasta el infinito, incluyendo igual el primer día como el último, salvo contingencias, que en cada caso se valoran cartesianamente. Porque si algo nos enseñó Des-cartes, según dicen polémicas lenguas, fue a separar la razón del corazón. Lo contrario sería como esperar que tu vieja cámara, en vez de tomar fotos y hacer videos, escriba una canción en pentagrama. Así de sencillo, dicotómico y reduccionista son las cosas de mi franqueza autoría.

Mi Nick Út en versión femenina de imagen en movimiento, si estás pensando en sanciones contra mí, ya voy destronando a Martín de mi mal gusto, nadie es infalible, me refiero a él, por supuesto. Si en alguna oportunidad tuve el infortunio de cruzar media palabra con el susodicho pedante ese, ya ni me acuerdo. Y si acaso una media docena de veces le ofrecí la cola, fue por buena gente, obligado por la peor temporada de lluvias que se ha desatado en los últimos seis años. Si supieras lo preocupado que me tenías en esos días, pero la última vez me acordé de que a ti te gusta Ver la lluvia caer y mejor pódium visual que el alero de la venta de pastelitos de la 72 no hay en todo Maracaibo. ¿Qué más te puedo decir?, ¡Ah!, que tú sabes mejor que nadie, como se empañan los parabrisas en invierno, de hecho, eres testigo privilegiada de las no más de seis veces que te pasé por un lado, y ni te reconocí. ¿Qué pensaría Martín de mí?

Doty, dueña de mi lealtad absoluta, sin grietas, ambigüedades y mucho menos dudas, ni antes, durante ni después. Soy tu incondicional fan y 'perseguisador'. ¿Cómo no serlo? Si a tu lado y aunque sea solo de pensamiento y Una pequeña ayuda de… los videos ya te siento conmigo como uña y sucio de mecánico automotriz. Tú lo sabes, ahora y en las buenas (horas de Dios, que son todas). Pero, por favor, no me dejes sin esperanzas. Esperanzas fue palabra tuya, palabra santa; y Chivo que se devuelve se…

¡Ya, ya!, que tanto va el cántaro… Doro, déjate ya de esos céntricos anglosajones clichés de que Dudo y luego existo. Ve que el diablo acecha cuando la fe se debilita. Y una vez en la antesala del infierno, ni el mismísimo Dios da documento de salvoconducto que demonio alguno respete. ¡Cuidado, cuidado, chica, deja la obstinación, porque el aceite de la quinta (paila) está ardiendo! Ya, Doro, mujer, Dorota, ¡basta! Por mi amigo, el altísimo, deja las cosas en su "estatus quo" que están.

¿Tu paraguas? Ummm, lo perdí... ¿Ahora la vas a agarrar con ese tema?

¡Ya! ¡Ya no más! Mi Dios dador, os invoco y pido tu gracia para continuar, a vuestra imagen y semejanza, la cruzada de poner a cada quien en su santo lugar, empezando por la indiecita esta, a quien ya le voy a cantar las suyas, y así se acaba esta cadena: ¡ve, Dorota, cabezona y rechoncha, dudar es traicionar, así que fuera de mi carro, arpía, ingrata y mala caricatura de "youtuber"!!!



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Servio Antulio Zambrano


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