La “batalla por las ideas” se puede interpretar como una ofensiva política para ubicar la confrontación en el terreno de las ideas. Utilizando argumentos que nos permitan desarrollar conciencia sobre la posibilidad de producir, mediante la lucha y la mancomunidad de esfuerzos, los cambios políticos y la transformación social necesarios para construir una sociedad donde todos podamos vivir con dignidad.
Después de la victoria de octubre (2012), el Comandante Chávez convocó a la “batalla por las ideas” para profundizar la Revolución Bolivariana y afirmó que los procesos electorales deben convertirse en el escenario ideal para el debate (transparente y democrático) sobre los grandes temas nacionales y la confrontación de dos proyectos donde se expresa un agotado modelo neoliberal que se resiste a morir y otro (social y humanista) que emerge con el impulso indetenible del Poder Popular.
En el municipio Caroní (Ciudad Guayana) estamos presenciando un debate público vacío e intrascendente, ajeno a los objetivos coyunturales y estratégicos de la Revolución Bolivariana. Desvinculado de los grandes temas del país y de los problemas más urgentes de la población. Se trata de una “batalla sin ideas” protagonizada, lamentablemente, por dos supuestas corrientes del PSUV.
Mientras tanto, la oposición se deleita en una pasiva (y sospechosa) contemplación electorera porque sus candidatos carecen de capacidad para interpretar la realidad política, económica y social de uno de los municipios más complejos e interesantes del país. Una oposición que, en este municipio, ha sido derrotada en todos los procesos electorales celebrados durante los últimos 24 años. Una oposición que no tiene nada que decir con un candidato mudo de ideas y pensamiento. Una dirigencia acostumbrada al chanchullo y la maniobra electorera.
Esta inexplicable circunstancia ha involucrado al chavismo en una “batalla sin ideas” que se traduce en insultos, descalificaciones, zancadillas, saboteo a la ejecución de obras, trastadas electoreras y toda suerte de desviaciones políticas que demuestran la ausencia de una Dirección Política coherente. Necesitamos un equipo que oriente acciones políticas dirigidas a un escenario político-electoral que exige la reunificación del chavismo para derrotar planes desestabilizadores que tienen un eje de acción muy importante en Guayana y al mismo tiempo profundizar la Revolución Bolivariana.
Hurgando en las razones de esta triste confrontación nos encontramos con una sola explicación: Se trata de una lucha burocrática por posiciones de poder en las instituciones regionales. No hay diferencias políticas e ideológicas. Las dos supuestas corrientes se acusan mutuamente de desviaciones de derecha, corrupción y de contraer compromisos ocultos con grupos económicos que están al servicio de sectores de la oposición.
Lamentablemente, esta situación está provocando un desaliento colectivo que pudiera desmovilizar las fuerzas del chavismo en el municipio y conducirnos a un retroceso en la construcción del Poder Popular. Estos resultados electorales no serán imputables a ninguna supuesta corriente. Solo la presencia del Comandante Chávez en la memoria colectiva y la fuerza electoral de la tarjeta del PSUV es garantía de una victoria electoral que se traducirá en una derrota política porque el saldo organizativo y el aprovechamiento de la coyuntura electoral serán nulos. Ese será el resultado de una irresponsable “batalla sin ideas”.
Estas consideraciones solo pretenden convertirse en oportuna advertencia ante una confrontación impregnada de oscuros intereses y grandes confusiones. Es una reflexión que invita a la búsqueda de un debate más denso para una visión más enriquecedora del municipio Caroní. Es una convocatoria a los que toman decisiones y para la gente sensible y comprometida que se plantea angustiantes preguntas sobre el panorama que nos espera después del 8-D. En fin es una invitación al diálogo y a perseverar en el compromiso de lucha para no entregar esta plaza que ha sido, es y seguirá siendo una sólida referencia nacional en la “batalla por las ideas...
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