En verdad que a veces cuando los leo o los oigo, me vienen a la cabeza infinidad de letargos de los años 70, 80 y hasta 90. Refiero que, en los últimos meses los que considero en cierta forma partidarios de la revolución bolivariana, se han dedicado no se, si la palabra exacta sería “reclamo” o de pronto la podemos calificar como “inconformidad”, o en todo caso como “sugerencia•
Lo cierto de todo esto es que los planteamientos sobre la marcha de la revolución bolivariana, están orientados a lo que debe hacerse y no se ha hecho, que el legado de Chávez está en desviación hacia la derecha o el mismísimo reformismo. Se habla en oportunidades de expectativas no cumplidas, hasta de engaño ha citado alguien por ahí, toman otros, referencias de experiencias, las cuales no sabemos cuales son, del socialismo real existe bastante material para no incurrir en los mismos errores y a veces lo citan como fruto de una tremenda equivocación histórica.
Todo es discutible por supuesto, no obstante, el yo pienso que las cosas deben ir por acá, o mas allá o menos allá, en fin de cuentas son opiniones que en ningún caso deben ser imposiciones y menos alimento para la critica que no publica el como debe hacerse, en que momento, la manera de enfrentar los obstáculos y peor aún el evocar aquella famosa frase “la revolución es hoy o nunca”. Indudablemente que, la trascendencia de los actos cuando se está en el gobierno y este es revolucionario en esencia y permanencia, bajo la lupa electoral es una experiencia si se quiere inédita y de nuevo signo, lo que obliga a compaginar la fuerza con la voluntad de hacer las cosas.
Convencido estoy que ni el mismísimo Comandante Hugo Chávez Frías, podría vaticinar el curso de la Revolución Bolivariana más allá del mediano plazo, es por ello, que insistía en las cosas cotidianas, por decirlo de esta manera, una de ellas, la necesidad de ser eficientes en la gestión y en la dirección del proceso, luego cuando invoca la necesidad de sostener la Patria bajo la Unidad de las fuerzas revolucionarias, mantener la Lucha como principio de no dejarnos arrebatar el poder, haciéndolo a partir de la Batalla de todos los días y finalmente el alcanzar la Victoria, nos estaba diciendo que el todo como suma de las partes no se logra por la simple voluntad de emprender y hacer.
Creemos que la pregunta básica en estos momentos de cierta incertidumbre, es como lograr que el socialismo que construyamos en esta etapa de transición tenga las bases firmes y duraderas, de eso se trata, si no es así no hay mas allá.
Ahora bien, hay que invocar el marxismo, eso está bien, siempre y cuando recordemos que el marxismo no es ideología, sencillamente es un método de aplicación bajo el estricto uso de la dialéctica, por tanto su uso es aplicable en cuanto y tanto la realidad nuestra lo permita, es importante destacar que los asuntos sociales y la política es uno de ellos, no son unilineales son como la historia misma, repleta de hechos y circunstancias que obligan en momentos corregir para avanzar, acelerar para avanzar y sobremanera, empuñar la verdad por sobre todas las cosas, no se es reformista porque no estoy de acuerdo, se es reformista cuando no se quieren cambiar las cosas y esas cosas hay que cambiarlas siguiendo la praxis revolucionaria y la metodología conjuntamente con el pueblo y en uso de nuestra propia fuerza.