Dice Indira Carpio que Samán le confesó que de esta lucha (de la Revolución) sólo se sale muerto, compañera http://www.aporrea.org/contraloria/a174554.html .
Décadas atrás el Che nos decía, en su memorable carta de despedida a Fidel, cómo fueron aprendiendo él y sus compañeros de lucha que en una revolución se triunfa o se muere, si es verdadera.
El 5 de marzo de 2013, nos lo dijeron los hechos, Chávez muere víctima de una extraña enfermedad que con el paso de los años sabremos con certeza sobre su verdadero origen y quienes la causaron, aunque para ser sinceros el pueblo lo sabe ya desde hace mucho.
Según parece, nuestra Revolución, después de 14 años y de haber superado mil embates, enfrenta nuevamente la viejísima estrategia de asesinatos selectivo de cuadros políticos. No podemos dejar de lado que tuvimos también un Fiscal valiente que pagó con su vida su adhesión a la revolución. Danilo Anderson, aquel joven de chaqueta negra al que volaron en su vehículo (2004).
Indira mencionó en la reseña que citamos, también a tantos asesinados anónimos que ha tenido la revolución. No es casual que entre ellos se cuente el asesinato de un cacique aborigen, casi simultáneamente con la conveniente muerte del afrodescendiente Hugo Chávez. Un aborigen y un negro que luchaban por lo que llevamos 500 años luchando.
Creo que antes de Chávez el pueblo estaba condenado a la muerte sí y creo que la sentencia de muerte al pueblo y a quien lo representa, que ha impuesto la derecha y el imperio, después de Chávez se vuelve a poner en escena.
Es, por decir lo menos extraño, que los compas del CICPC insistan tanto en sus declaraciones en no querer dejar la más mínima posibilidad de que se sospeche de un atentado contra la vida de Samán para sacarlo del camino de los poderes y de los poderosos. Como si aquí cualquiera anduviera con granadas de mano a diestra y siniestra y a la vuelta de la esquina para quitarle el salario mínimo al primero que pase.
La muerte acecha, pero especialmente acecha a los revolucionarios y claro todos naturalmente vamos a morir, lo que pasa es que la derecha y el imperio se empeñan en que quienes tienen responsabilidades de conducción de la revolución no mueran naturalmente.
Chávez no le tuvo miedo a la muerte y cumplió la condena que le impuso el imperio, es bueno que a Samán a quien le sobre la valentía que debe acompañar a cualquier revolucionario, tome el ejemplo de Fidel quien sin dejar de ser valiente ha aprendido a apostar a vivir para luchar hasta el último aliento de la vida que naturalmente llegará a su fin algún día. No es bueno tener vocación de mártires en estos tiempos, camarada Samán.