En acepción de Luis Marcano González,profesor de la Universidad Central de Venezuela y ex-viceministro del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, de aquí en adelante Mppct), el papel de la ciencia, tecnología e innovación en la construcción del Socialismo Bolivariano, favorece la inclusión social, impulsa el desarrollo económico y mejora la calidad de vida de la población venezolana. En este sentido, el Gobierno Nacional desarrolla políticas orientadas a lograr este propósito a través de la puesta en marcha de planes como la masificación de internet, el Plan Nacional de Semillas que abarca todas las necesidades productivas de la nación, el desarrollo del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación acorde con el Proyecto Nacional Simón Bolívar y el apoyo científico y tecnológico a todas las instancias que el Estado requiere para lograr el Socialismo; todo esto, para contribuir con la independencia y soberanía de nuestro país es necesario el fortalecimiento de una ciencia pertinente, la generación de tecnologías apropiadas y la creación de una cultura hacia la innovación social en la que todos participen en la generación de ideas para solucionar los problemas actuales.
Los criterios que guían la política pública del país se enmarcan en la apropiación del conocimiento científico y tecnológico, así como la independencia científica, siendo determinantes con las empresas privadas, para que coadyuven y aporte e inviertan en las áreas de investigación y desarrollo, y en la formación de talento y procesos de transferencia tecnológica.
En este sentido, la “Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación” (LOCTI), es un instrumento valioso que hace que las empresas que tienen ingresos superiores a las cien mil unidades tributarias, inviertan en ciencia, tecnología e innovación; lo que se traduce en recursos para la investigación e innovación; siete mil empresas contribuyen actualmente con el tema científico y tecnológico, lo que hace percibir que la ciencia y la tecnología no solamente es un tema de interés para la investigación y desarrollo, sino que juega papel preponderante en una dinámica más compleja; el 2% de las empresas de Hidrocarburos debe ir orientado a la inversión en ciencia y tecnología, y las industrias mineras deben contribuir con el 1% y el resto con el 0,5%. La LOCTI,desde su aplicación, ha motivado que el Estado de 1,6 % del Producto Interno Bruto, PIB, en el 2006,hayaalcanzado en el 2007, un 2,11%, según fuentes oficiales, aunque hay posturas como la de Ismardo Bonalde (PhD en Física por la Universidad de Harvard, profesor e investigador asociado titular del Centro de Física del IVIC), para quien este monto no pasó del 2%, y cuestiona que en el 2011, haya llegado al 2,6%, sobre todo la proyección para el 2013-2014, de un incremento mayor al 2,14%. Bonalde esgrime que “lamentablemente, la información disponible sugiere que en Venezuela ese porcentaje es una cifra decorativa y que en términos prácticos y reales la inversión no ha sido mayor del 0,6%; el 2,6% del PIB, es una cifra bastante alta, en el 2007 (los valores no varían mucho de año en año), ese porcentaje era 2,6 en Norteamérica, 1,8 en la Unión Europea, 3,4 en Japón, 1,4 en China y 1,1 en Brasil…” Lo cierto es que han habito recursos para inicial, a partir del 2011, el Programa de Estímulo a la Investigación e Innovación, PEII, y se ha ampliado la convocatoria para investigaciones interdisciplinarias y multidisciplinarias en el ámbito académico universitario venezolano; de ser tan cosméticas las cifras no habría ese impulso que hoy hay a la investigación e innovación, menos aún el fortaleciendo la cooperación y articulación entre los actores del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología e Innovación, generando capacidades nacionales para la soberanía científica y tecnológica del país y para el desarrollo de procesos que promuevan la creación y transferencia del conocimiento. En cuestiones de número podrá inferirse que hay deudas aún con la Ciencia y la Tecnología, no lo dudamos, pero se está haciendo un esfuerzo sostenido por mejorar las condiciones de quienes hacen ciencia en Venezuela.
Esta situación, que invita a un debate crítico y de altura, hace retrotraer las ideas de Oscar Varsavsky, quien fuera profesor de la universidad de Buenos Aires, y quien en 1968, dictó una de las conferencias más crudas y directas en contra del academicismo conservador y retrógrado de entonces y que, a pesar de las buenas intenciones, sigue siendo el problema medular de la transformación universitaria en la actualidad. Se ha pasado de cuarenta años de dependencia tecnológica a catorce años de búsqueda por independizarnos y revalorar lo local.
Varsavsky, definió la necesidad de politizar la ciencia como la intersección entre conocimiento, sociedad y soberanía para un modelo nacional;la ciencia sigue siendo cientificista atemporal y atada al positivismo lógico, la idea de neutralidad no ha variado y es usada para legitimar la subordinación a los intereses del mercado que provee su sentido productivista y el retroceso del Estado que privatiza la política científica. En el momento de aquellas posturas la globalización no era el poder que hoy representa, pero se permitió la dependencia tecnológica y científica, y al llegar la era global, se dio la rendición de la soberanía, la ausencia de un arbitraje del Estado desligado de la ideología de mercado, transfirió el control a las corporaciones y convirtió, el conocimiento en mercancía de los complejos industriales-financieros globales. La sociedad de mercado y su principal aliada la sociedad del conocimiento, se hicieron dueñas de las instituciones productoras de conocimiento, desestructura al sujeto critico como agente subversivo, suprimiendo toda valoración filosófica e ideológica que pudiere desafiar, desobedecer y/o fracturar, la celebración de la razón técnica.
Varsavsky, describe la ciencia como una construcción que problematiza su propia esencia al describir lo natural respecto de algo externo a ella misma y al evitar laautoreferencia de pensarse a sí misma, su ontologizacion. El neoliberalismo, la ciencia y la tecnología, asumen un lugar cooperativo en razón de quienes dominan los modos de producción; el fundamentalismo religioso atenta contra la modernidad y la percepción de transformación de la realidad; se asume transformar al individuo en un conformista, autoritario sin voluntad propia;se abandona la ética pregonada para la construcción social que proponía Adam Smith, una sociedad utópica y universal, mientras que el neoliberalismo liquidaba la sociedad idealista y humanista, e imponía las reglas de juego de un mundo unipolar y desarrollista.
Después de todo, la Ilustración europea que dio sustento la modernidad heredera de la esperanza secular de la tradición judeo-cristiana incorpora hace en su delirio civilizatorio las visiones teleológicas de la historia, como el capitalismo, el marxismo y la experiencia nacionalsocialista. Todas ellas sistemas destinados a un crear un sujeto universal único y excluyente que desemboco en los totalitarismos occidentales y que tiene su máxima expresión en el sistema político teocrático que rige los EEUU.
En este sentido, el conocimiento científicoque debería ser parte de una construcción que permita el uso de los recursos adecuado a sostener un crecimiento cero que modere el consumo a las posibilidades del planeta y permita su sustentabilidad. La globalización exige transferir la decisión integral de modos y razones de explotación de los bienes comunes a manos privadas, apropiándose de la decisión política; la producción de alimentos, expresaba Varsavsky,con medios e instrumentos tecnológicos de un puñado de corporaciones, hace imposible pensar que el mundo resuelva el hambre del planeta sino más bien formas de control del mercado que destruyen la soberanía alimentaria instalando un control social que conduce el diseño de un mundo cada vez más injusto.
A todas estas, Varsavsky explica que la tecnología puede sostener esta impúdica apropiación de la naturaleza para el control de la sociedad humana, aunque la industrialización civilizatoria estará diseñada para aquellos que tengan pasaje en el Arca de Noe del día después, el resto, los otros, serán prescindibles. La dependencia, en percepción de Andrés E Carrasco,investigador principal CONICET, docente de la universidad de Buenos Aires, no solamente es saqueo de los recursos, su finalidad es dirigir la producción de conocimiento, manteniendo el lugar desde donde se piensa;el hombre pierde la posibilidad de tener una visión del mundo como individuo y por lo tanto, de incidir en él. El conocimiento pasa a ser no solamente propiedad del demandante, sino el instrumento que permite subordinar modos y estrategias para satisfacer el consumo de las sociedades centrales sin detenerse en los cambios, exclusiones, saqueos que generan a su alrededor.