El furor que hemos visto en estos días en la gente por adquirir plasmas, equipos de música, línea blanca y otras mercaderías a “precios justos” no es nada distinto al que veníamos observando en sectores de clase media pudiente que con el cuento de que el dólar paralelo iba disparado se empeñaban en “consumir” estos productos que desde hace un tiempo se habían hecho inaccesibles para las mayorías.
Así, con la estocada del Gobierno de Maduro a los comerciantes especuladores y usureros, imponiéndoles la liquidación de sus mercancías muy por debajo de los precios usurarios que venían ofreciendo, el panorama inflacionario y la economía alcista y especulativa que nos venía afectando parece comenzar a declinar. Más allá del efecto político e inmediatista que han causados las medidas del gobierno de Maduro, fortaleciendo con ello su credibilidad y liderazgo, especialmente en las bases del chavismo, el escenario más a mediano y largo plazo parece alentador.
Nadie, en su sano juicio por muy opositor que sea, debería negar que el componente especulativo y usurario atribuible a los empresarios, industriales y comerciantes conformaron el epicentro de la “crisis económica” que amenazó seriamente con socavar las grandes conquistas sociales que se lograron durante el gobierno de Hugo Chávez.
La difusión reiterada, por parte del gobierno, de los resultados de las fiscalizaciones rigurosas a comercializadoras específicas, donde se demostró que la mayoría de ellas comercializaban productos con márgenes de ganancias descomunales, ha contribuido a desnudar la lógica de la especulación y la usura que impusieron afectando con ello el bolsillo de los trabajadores.
Sólo la presión del Gobierno, con el apoyo irrestricto del pueblo, hará posible que en el mediano y largo plazo se regulen los márgenes de ganancias y se lleve a cabo los procesos de fiscalización que permitan desmontar el robo descarado al que se ha venido sometiendo al pueblo.
La derecha no cejará en su empeño de culpar al gobierno de la especulación y la usura que nos aplicaron los que apuestan al libre mercado. Seguirán llamando a marchas y posiblemente constituyan un Frente Popular en Defensa de los Especuladores y los Usureros (FPDEUS). El Poder Popular debe mantenerse desplegado para continuar esta guerra económica en la que apenas, por ahora, les estamos tomando ventaja.