Compromiso ineludible de las próximas cumbres: acciones concretas

La IV Cumbre del Mar del Plata se celebró conforme estaba previsto en el cronograma de esta práctica del multilateralismo en la región. Surgida al margen de la OEA y por iniciativa de los EEUU, se inaugura en diciembre de 1994 en la ciudad de Miami, Florida. Su institucionalización sólo se alcanza a partir de la III Cumbre de las Américas realizada en Québec, Canadá, en el año 2001, cuando la OEA es designada oficialmente como la Secretaría del Proceso de Cumbres de las Américas. En esta última, la de Mar del Plata, el tema y lema central era: "Crear Trabajo para Enfrentar la Pobreza y Fortalecer la Gobernabilidad Democrática", en el que subyace la pobreza como consecuencia de la carencia de "empleo decente" como se convino en llamar a esta vital necesidad.

Al ser la pobreza la causa de la mayoría de los problemas que agobian a los pueblos de América Latina, se podría presumir como algo "natural" que los medios de difusión internacionales y nacionales, en todas sus formas de expresión, mostraran gran preocupación por otorgarle una amplia cobertura a los temas allí tratados. Confirma esa hipótesis la información proporcionada por la Secretaría de Medios de Argentina, al señalar que fue un total de 1.001 periodistas los que se acreditaron para el evento.

Sin embargo, las empresas mediáticas nacionales apuntaron en sentido opuesto y prevalidas por el mantenimiento de sus intereses, todo lo relativo a la pobreza pasó a un plano secundario. En su lugar privilegiaron, por una parte, el escándalo, lo trivial incluso lo banal, mientras que por la otra, se echó mano del anuncio del Fiscal General de la República sobre la privativa de libertad a una periodista y un empresario de un canal de televisión -presuntamente incursos en el homicidio del Fiscal Danilo Anderson- para reeditar el viejo expediente de la "amenaza a la libertad de expresión por parte del régimen castrocomunista". Cuando en realidad son ellos quienes sistemáticamente niegan la información y la presentan de modo sesgado.

En opinión del Presidente Chávez, durante la rueda de prensa concedida después de finalizar la Cumbre, en esta oportunidad se presentó una situación inédita, desconocida en las citas anteriores: el debate entre presidentes. Lamentablemente, este hecho ocurrió a puertas cerradas. Nada de lo allí debatido por los jefes de Estado y de Gobierno para arribar a las decisiones que acordaron podrá ser conocido por los destinatarios de esas decisiones, quienes sufren sus consecuencias producto de los compromisos adquiridos y de las políticas que derivan de los mismos, aún cuando los jefes de Estado en su condición de representantes de los pueblos, tienen la obligación moral de rendir cuenta de su gestión.

Después de cinco horas de intenso debate, la Declaración de Mar del Plata vio la luz sin haberse abordado el segundo punto del temario. Si bien la Declaración de la IV Cumbre del Mar del Plata señala sobre el Trabajo para Enfrentar la Pobreza el siguiente apartado: "Considerando la demanda generalizada en el Hemisferio de contar con trabajo digno, decente y productivo, la gran tarea de nuestras sociedades y gobiernos para combatir la pobreza y la exclusión social es la adopción de políticas en torno a la generación de más y mejores empleos tanto en el área rural como en la urbana, con el objeto de contribuir eficazmente a la cohesión e inclusión social, la prosperidad y la gobernabilidad democrática."

Justo es reconocer un avance en relación a las cumbres anteriores, por abordar el tema de la pobreza y el trabajo. No obstante, la declaración no pasa de ser una declaración de buenas intenciones ya que el plan de acción, como ha ocurrido con otros eventos de naturaleza similar, termina siendo un compendio de bellas intenciones y propósitos, la mayoría de los cuales quedan en el aire y no prevén medidas concretas y viables de cómo hacer operativas dichas medidas, que como las "Metas del Milenio" (2000) siguen siendo una tarea pendiente.

La declaración no pasa de ser nuevamente, un diagnóstico. Esa percepción se reafirma al recordar las palabras del presidente estadounidense John Kennedy en Punta del Este, en 1963, al dar a conocer hace 44 años, el proyecto de la Alianza para el Progreso, citadas por el Presidente Chávez en la rueda de prensa, las cuales señalan lo siguiente: "El gran campo de batalla para la defensa y la expansión de la libertad es la mitad del globo, América Latina, Asia y África, la tierra de los pueblos que despiertan su revolución es la más grande de la historia humana, buscan poner fin a la injusticia, la tiranía y la explotación digamos que más que un fin buscan un comienzo los mayores peligros para la Iberoamérica son: el analfabetismo, las dificultades de alojamiento, la mala distribución de las riquezas, la difícil situación de la balanza de pagos, la baja de precios de materias primas."

Una evaluación de la Alianza para el Progreso y de la grave situación que padecía el continente, realizada en 1970 por el escritor venezolano Arturo Uslar Pietri, en un artículo titulado, ¿Puede la América Latina salir adelante?, preparado para The New York Times y publicado por El Nacional, el 26 de enero de 1970, en sus primeras líneas dice: "La década de los 60 que acaba de concluir ha sido en conjunto difícil y negativa para la América Latina. Acaso más que ninguna otra se ha caracterizado por la frustración provocada por las grandes esperanzas y promesas con que se inició y los escasos resultados con que termina. Comenzó con grandes posibilidades de ayuda internacional, en una euforia de desarrollo, estimulada por las perspectivas de la Alianza para el Progreso y con el deseo de fortalecer la democracia representativa y concluye con el virtual fracaso de la Alianza, con un panorama de desarrollo estancado, con un agravamiento de los problemas económicos y sociales y con un impresionante retorno de los gobiernos militares del viejo tipo o de nuevo estilo."

Además de entregar su opinión sobre la situación del continente, el escritor venezolano formula una alerta, al señalar que si América Latina no es capaz de obtener y producir los recursos necesarios que le permitan resolver los urgentes problemas que tiene y no logra vencer los obstáculos que impiden la cooperación regional, "el porvenir puede estar lleno de amenazas y de decepciones." De acuerdo a sus palabras, para revertir esa situación, América Latina no necesita ayuda en dádivas de dinero "sino otro tipo de ayuda que signifique poner a valer más su trabajo y su producción y respetarle el derecho de escoger libremente sus vías de desarrollo." Sacar adelante a América Latina, concluye el autor, es tarea que le corresponde exclusivamente a los latinoamericanos, contando con la colaboración internacional, la que define de la forma que sigue: "...Pero para lograrlo debidamente y a un costo social razonable, requieren la ayuda inteligente, respetuosa y oportuna de los grandes países desarrollados y de manera muy especial, por muchas y obvias razones, de los Estados Unidos de América."

Cabe preguntarse: ¿obtuvo América Latina de parte de Estados Unidos esa ayuda inteligente, respetuosa y oportuna?, ¿mejor valor para su trabajo?, ¿mayores precios por sus materias primas?, ¿le fue respetado el derecho de elegir sus vías de desarrollo?, ¿pudieron los latinoamericanos sacar adelante a América Latina?

La historia demuestra que los intentos realizados después del año '70 de implementar medidas que les permitieran resolver sus problemas fueron segados, ejemplo de ello son Chile y Nicaragua. En la actualidad el proceso revolucionario venezolano es atacado ferozmente por el imperialismo, por la simple y sencilla razón de aplicar medidas que le permitan resolver el analfabetismo, el problema de la vivienda, corregir la desigual distribución de las riquezas, equilibrar la balanza de pagos y los bajos precios del petróleo.

La gravedad de los problemas de los pueblos del continente indica que las próximas cumbres no pueden tener más declaraciones aéreas, sino acuerdo de acciones concretas que los encaminen a resolverlos, ese es el compromiso ineludible.


Declaración de la IV Cumbre:

http://www.ivcumbreamericas.gov.ar/Documentos/8C7B06E223C0436.pdf

Plan de Acción IV Cumbre:

http://www.ivcumbreamericas.gov.ar/Documentos/8C7B06E98DB6410.pdf


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