Hago de la objetividad una norma. Digamos que al menos lo intento, pero tratándose de mi patria, tanto la pequeña como la grande, el esfuerzo por lograrlo se torna tarea casi imposible. Cuándo escribí sobre la clausura de la Cumbre (¿borrascosa?) de Mar del Plata llegué a pensar que me había excedido en mi apreciación, ahora resulta que me he quedado corta.
El lacayismo y servidumbre a los que tiene sometido el imperio más poderoso de la tierra a sus vecinos es indigno y brutal. De la manera más cobarde, ya que por ser tan poderoso y contar con la “maquinita de hacer dinero” para equilibrar sus balanzas fiscal y comercial, tiene tomados por el cuello a aquellos países que con menor capacidad financiera y competitiva no les queda otra alternativa que obedecer la voz del amo, para poder ellos balancear sus economías con préstamos del FMI y BM, actuan sobre pueblos y soberanías. Dirigentes de pueblos dignos que se han entregado al imperialista de la manera más vergonzosa y con el mayor servilismo e indignidad acatando, sin dejar lugar a dudas, que las instrucciones fueron bien precisas, contundentes y obedecidas: “Oxigenar el tratado del ALCA”. ¡Ah¡ pero no contaron con la presencia de los miembros de MERCOSUR + la República Bolivariana de Venezuela, quienes con la mayor valentía y con un lenguaje sencillo y coloquial salieron al frente de tales pretensiones del imperio genocida, guerrerista e invasor, con alegatos sensatos y firmes: Que las condiciones no están dadas para firmar ese acuerdo hambreador proveniente del peor gobierno que haya podido tener ese país. Camarilla mafiosa que pasará tristemente a la historia por ser un club terrorista, fanático y violento tratando de imponer su fórmula invasora y destructora de culturas y tradiciones.
Escribo esto con el profundo sentimiento que profeso por el pueblo de México, más no así por su presidente, quien con su torpeza y falta de tacto, -¿o triste obediencia?- (claro cuenta con el apoyo del imperio genocida e invasor) no supo mantener el equilibrio que se supone se debe tener en una cumbre de Presidentes hermanos y desde el principio inició la agresión de micrófonos a la República Bolivariana de Venezuela y lo que es peor, aparentando haber sido agredido por Venezuela y fijando límites para un ULTIMATUM para que el gobierno le enviara NOTA DE DESAGRAVIO, añadiendo a las ofensas, sin mediar palabras, el retiro del Placet al Embajador Venezolano en los Estados Unidos Mexicanos. ¡Ay, Pancho Villa y Zápata como deben estarse revolviendo!.
Históricamente hablando de los países hispanos parlantes, México fue, hasta la llegada de Mr. Coca-Cola y la firma del NAFTA con los Estados Unidos del Norte y Canadá, uno de los países ejemplarizantes como nacionalistas y anti-imperialistas. Una condición que hizo, por años, sentir un profundo orgullo a todos los latinoamericanos. Hasta la llegada de Mr. Coca-Cola y el tratado siempre fue así, aún en las más delicadas situaciones siempre México dio un paso solidario con los mejores valores del mundo. Un tratado que ha llevado a México a una depauperación de su economía, industrias quebradas, fábricas cerradas y por ende el éxodo masivo de sus nacionales a la “quimera norteamericana”, donde si no mueren en el intento, ya que deben atravesar desiertos y caudalosos ríos serán masacrados por los guardias fronterizos sin compasión alguna, sólo por el hecho de querer tener una mejor vida ya que les fue arrebatada por el famoso tratado y, si lo logran, ser tratados, como fue expresado por el propio Presidente Fox, peor que animales para no utilizar el término implícito, (ya que respeto mucho al ser humano), que él mismo usara en su momento. Allí sí tuvo que excusarse y pedir perdón al Rev. Jesse Jahnsson quien personalmente acudió a México exigiendo una retractación de tal exabrupto en boca de un mandatario de la talla de este caballero. Por cierto, de acuerdo a los sondeos de opinión y muchos otros escritos que han surgido a raíz de este impasse, no llegará siquiera a lograr votos ni para una alcaldía de provincia.
Nosotros también hemos heredado lo nuestro y tenemos esa sangre bravía y aguerrida que nos legaron nuestros Libertadores y tampoco nos gusta que se nos atropelle y se nos humille.
...Finalmente, y como siempre citaré las palabras que el Genio de América dictara en Lima, el 7 de diciembre de 1827... “Después de quince años de sacrificios consagrados a la libertad de América, para obtener el sistema de garantías que, en paz ni en guerra sea el escudo de nuestro nuevo destino. Es tiempo ya de que los intereses y las relaciones que unen entre sí a las repúblicas americanas, antes colonias españolas, tengan una base fundamental que eternice, si es posible, la duración de estos gobiernos...”