RELACIONES ECONOMICAS: LA RELACION CON CHAVEZ EN EL FRENTE INTERNO DE BUSH
Un viaje seguido con atención por EE.UU.
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Ana Barón. WASHINGTON CORRESPONSAL
abaron@clarin.com
El viaje de Kirchner a Venezuela será seguido con muchísima atención no sólo en el Departamento de Estado sino que también en el Tesoro y en el FMI. El interés no tiene tanto que ver con la Argentina como con el hecho de que Venezuela se ha transformado en un tema espinoso de la política doméstica norteamericana y Chávez, con su enorme cantidad de dinero está compitiendo en la región con el FMI.
Mucho se ha especulado sobre el impacto negativo que habría tenido lo sucedido en la Cumbre de Mar del Plata sobre las relaciones de EE.UU. y Argentina, y sobre la manera que el viaje de Kirchner a Venezuela podría deteriorar aun más el clima entre los dos países.
Dos funcionarios norteamericanos expresaron a Clarín su decepción sobre la actuación de Kirchner en la Cumbre. Lo hicieron "off the record". Pero dijeron que lamentaban fundamentalmente la manera en que Kirchner se esforzó más por contentar a sus electores que en buscar consenso para la Declaración Final. Nadie, salvo el presidente mexicano Vicente Fox, ha expresado ese malestar públicamente. Todo lo contrario. Oficialmente la posición del Departamento de Estado es que la cumbre ha sido un éxito. Los diplomáticos norteamericanos como los argentinos hicieron un gran esfuerzo para tratar de convencer a quienes opinan distinto. Pero ¿por qué?
Tradicionalmente, cuando la actitud de un presidente agrede los intereses de EE.UU., el Departamento de Estado no duda en hacer público su enojo. Así, en su momento, el gobierno de Bush hizo saber a Kirchner que no estaba de acuerdo con su actitud hacia Cuba, ni con su política con respecto a las inmunidades negadas a sus soldados.
Hasta antes de la Cumbre, el Departamento de Estado confiaba en que Kirchner podía ayudar a contener a Chávez. En diálogo con Clarín, un alto funcionario norteamericano elogió el encuentro que Kirchner tuvo con la oposición a Chavez en su último viaje a Venezuela. Más aún, el funcionario dijo que comprendía perfectamente el interés económico que tenía Kirchner en mantener una buena relación con Venezuela.
¿Cambió todo esto a partir de lo que ocurrió en la Cumbre?
Hasta que EE.UU. no verbaliza públicamente un descontento en general, más allá de la tensión subterránea que pueda haber, todo sigue igual. Pero el silencio podría acabarse en cualquier momento y el viaje Kirchner podría ser el motivo debido a la importancia que tiene Venezuela en la política doméstica.
En efecto, la comunidad cubana americana y la derecha republicana esta haciendo un lobby feroz para que EE.UU. endurezca su posición con Chavez. Odian al líder venezolano tanto como lo odian a Fidel y desconfían enormemente de su relación Kirchner. Esta semana lanzaron una serie de rumores sobre posibles cambios entre los diplomáticos que organizaron la cumbre, que fueron desmentidos oficialmente.
Mas aún, durante una audiencia en el congreso dedicada esta semana al análisis de la situación en Venezuela, los demócratas dijeron que Chávez y lo que había pasado en la Cumbre de Mar del Plata se debía a "un fracaso masivo de liderazgo" por parte de la Casa Blanca. Es decir, más alla del interés que pueda tener el impacto del viaje de Kirchner sobre la estabilidad regional, está la preocupación de la Casa Blanca por el frente doméstico cada vez más impaciente con Chávez y con la incapacidad de Bush para controlarlo.