Parece mentira, pero por primera vez en una disputa electoral en el marco de la vigencia del proceso bolivariano, particularmente en Valencia, los 2 candidatos con mayores recursos económicos y mediáticos, condiciones que les permite tener la primera opción de ganar la alcaldía, es decir, Miguel Flores del GPP o Michelle Cochiola de la MUD, ambos se presentan sin las ideas suficientemente explícitas, lo que perfectamente ante los electores, al menos en mi, son innegablemente parecidos.
Por un lado, la consigna o eslogan central de la publicidad de Flores, es por la Valencia de todos esto sin señalar que significa, es decir, nadie expone, por ejemplo, situación alguna que aclare a quién exactamente o a qué sector social, económico, político, cultural, religioso o de la índole que sea, entonces pertenece Valencia, así como las razones del por qué le o les pertenece a ese alguien. Tampoco se dice en qué proporción se repartiría la ciudad, entendiendo que a la misma, desde que los colonos españoles asesinaron y desalojaron a nuestros Tacariguas, la mantienen dividida socio-económicamente, en el Noreste sobre el Suroeste.
Asimismo, el Cocciola, lanza Valencia va a cambiar sin indicar en qué, por qué, con quién o hacia dónde sería el cambio, dando a entender claramente que la división social y económica se mantendría, o tal vez, que el cambio anunciado signifique que se profundizará a favor de los que han mantenido los privilegios de clase.
Por otro lado, ambos ofrecen superestructuras de concreto y hierro como estadios, autopistas, avenidas, tranvías, pensando en una súper ciudad al mejor estilo estadounidense o europeo, lo que representará por supuesto, erogación de dinero público a todo dar para favorece a los capitalistas y en perjuicio definitivo de los habitantes, quienes no verán reivindicadas las aspiraciones de contar con hospitales y demás centros de salud, escuelas en sus distintos niveles, tecnológicos y universidades para lograr un espacio geográfico de convivencia entre el ser humano y el entorno natural.
Estos personajes dan por descontado que los concejales en su gestión, no serán más que leales acatadores de la línea maestra diseñada desde la alcaldía, aprobando ciegamente cuanta maniobra se les presente, tan igual como ha sido en los años anteriores, desconociendo las funciones propias y autónomas en cuando al control y seguimiento del Concejo Municipal, de allí la escogencia a dedo y sin arraigo de las candidaturas polistas o mudistas.
Abg. Candidato a concejal nominal por Rafael Urdaneta en la tarjeta del PRT
